«Siete días dura el llanto por un muerto, pero el llanto por el fatuo o impío ha de durar mientras vivan» (Eclesiástico XXII, 13/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
Gentes hay, en foros y tribunas
Que si les tocan a su dios braman furias,
Y a la razón y verdad oponen sornas
Que más que ignorancia, muestran hipocresías.
De apologetas titulados se las dan,
O de estudiar tedescos doctorados o cursos,
Y si el Catecismo, Credo y cánones les preguntan
Hácense los alumbrados y los saltan redondos.
Para ellos no hay más doctrina
Que los oráculos baladíes de su jefe,
Y al oírlo eruptar, lo creen revelación.
De ellos, por salud, conviene alejarse,
Y hacer el duelo toda la vida,
Porque para su estulticia, ya no hay redención.
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