Después de cinco años de restauración, la tunicela de San Pedro y la dalmática de San Juan, han sido expuestas excepcionalmente por los Museos Vaticanos como parte de la iniciativa Jueves de museos.
Las túnicas, de origen copto y Tejidas a mano con lino y lana, en forma de “T” y adornadas con líneas decorativas en los costados, las mangas y los cuellos, habían estado en la capilla papal de San Lorenzo al final de la Escalera Santa en el Palacio de Letrán (más conocida como el Sancta Sanctórum) junto con varias reliquias como la imagen aqueirópita (no hecha por mano de hombre) del Santísimo Salvador, la cruz enjoyada del papa San Sergio I, la cruz esmaltada de San Pascual I y la cabeza de Santa Práxedes.
Según cuenta el diácono Juan Himónides de Monte Casino OSB en la vida de San Gregorio Magno, este Papa hizo traer estas reliquias de tercer grado (objetos que estuvieron en contacto con los restos de los santos o sus sepulcros) desde el convento de Santa Lucía de Siracusa, las cuales hizo colocar en la basílica de San Juan de Letrán. Posteriormente, durante el pontificado de Nicolás III (reinó entre 1277 y 1280) fueron trasladadas a la capilla papal de San Lorenzo. En 1903, el papa León XIII ordenó abrir la capilla para permitir el estudio de las reliquias existentes allí, y tres años después, San Pío X las trasladó al Museo Cristiano de la Biblioteca Vaticana donde permanecieron hasta que en 1988, Juan Pablo II Wojtyła las puso bajo competencia de los Museos Vaticanos.
Las reliquias estarán expuestas por poco tiempo en la la Sala de los Discursos de Pío IX situada a la salida de la Capilla Sixtina.
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