El 2 de Mayo de 2024 (Jueves Santo en la Iglesia Ortodoxa), la catequista Angélica Molen fue “ordenada” diácono por el Metropólita Serafín Kikotis (nacido Jorge Felipe Iakovou) de Zimbabue y Exarca de África Meridional en la parroquia de la Misión San Nectario en el suburbio Cascadas (Harare, Zimbabue) con la aprobación y el apoyo del patriarca Teodoro II Horeftakis y el Sínodo del Patriarcado de Alejandría de los melquitas ortodoxos.
Kikotis usó las oraciones y ceremonia para la ordenación diaconal en el rito bizantino, sustituyendo el género masculino con el femenino en las secciones correspondientes. Antes de la ceremonia, dijo en una entrevista: «Ella va a hacer lo que el diácono hace en la liturgia y en todos los sacramentos en nuestros servicios ortodoxos».
Si bien es cierto que en algunos sectores del lado oriental de la Iglesia primitiva (porque nunca las hubo en todas partes del Oriente –no existían en los coptos, siríacos ni maronitas–, ni mucho menos en el Occidente latino –donde fueron condenadas como rezago del montanismo–) existieron las “diaconisas” como sustituto del Ordo viduárum de los tiempos apostólicos, estas cumplían unas funciones limitadas de asistencia a las mujeres creyentes en las cuales la presencia de los hombres era prohibida por razones de modestia (ejemplo, el bautismo y la unción de las neófitas), y lo mas importante, NO recibían el sacramento del orden en su primer grado, sino una “bendición” para ejercer sus funciones (que desde luego NUNCA INCLUYERON ENSEÑAR Y PREDICAR EN PÚBLICO, Y MUCHO MENOS SERVIR EN EL ALTAR).
Después que el Santo Sínodo de la Iglesia Melquita de Alejandría decidiese el 16 de Noviembre de 2016 restablecer el ministerio de las diaconisas aduciendo “necesidades pastorales” tras el informe del metropólita Gregorio (Jorge) Stergiou de Camerún y exarca de África central (siguiendo la decisión del fallido Concilio de Creta de dejar el asunto a las iglesias locales), el propio patriarca Teodoro II consagró en la iglesia de San Nicolás en el centro misionero de Kolwezi (Rep. Dem. del Congo) el 17 de Febrero de 2017 a la catequista Téano como “Diaconisa de las Misiones” para la Metrópolis de Katanga, e hizo la oración de entrada al “ministerio eclesiástico” para tres monjas y dos catequistas para asistir al trabajo misionero como bautismo de adultos, matrimonios y catequesis. Pero esto de ahora es un abominable sacrilegio al “ordenar” inválidamente a una mujer como diácono, lo cual tendrá repercusiones entre los distintos patriarcados ortodoxos.
Por último, un mensaje para aquellos conciliares que, ante la deriva que su iglesia está tomando (y de la cual Alemania es la primera muestra) hacia el “diaconado femenino”, pretendan “cruzar el Bósforo”: eso es «Escapar del trueno y dar con el relámpago», o (con perdón a nuestros lectores guatemaltecos), «Ir de Guatemala a Guatepeor».
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