EL MISTERIOSO CASO DEL OBISPÓN EMÉRITO DE CHILPANCINGO

Elementos tomados de EL PAÍS y MARCA (España), EL UNIVERSAL y MVS NOTICIAS (Méjico) e INFOBAE (Argentina).

   

El obispón emérito de Chilpancingo-Chilapa (Guerrero) Salvador Rangel Mendoza OFM, de 78 años, fue reportado como desaparecido el 27 de Abril tras salir de su casa de Jiutepec, junto a Cuernavaca, el viernes por la tarde hacia el restaurante Pizzetas Tradicionales del municipio de Emiliano Zapata al sur del Área Metropolitana de Cuernavaca, siendo hallado dos días después con afectación neurológica y estado grave en el hospital general “Dr. José Guadalupe Parres”, que abandonó por su propio pie sin dar declaraciones para dirigirse a un hospital privado.

A partir de su hallazgo, las versiones se contraponen: según su ex-abogado Pedro Martínez Bello y el fiscal estatal de Morelos Uriel Carmona Gándara, Rangel había sido víctima de secuestro exprés para robar sus cuentas bancarias. Pero el almirante en retiro José Antonio Ortiz Guarneros, titular de la Comisión Estatal de Seguridad Pública, declaró que el prelado entró al motel Real Ocotepec, al otro extremo del área metropolitana, acompañado de otro hombre, el cual salió poco después. Tras una llamada en el hotel, Rangel fue hallado desnudo, sin sus pertenencias y con un blíster de dos pastillas de sildenafil (Viagra), siendo llevado al hospital.

   

«Llegó con deterioro neurológico a expensas de estupor, sin pertenencias y con un blíster de dos pastillas de sildenafil, que usalmente se vende bajo el nombre comercial de Viagra», dice el comunicado policial. El examen toxicológico arrojó la presencia de restos de cocaína y benzodiacepina (generalmente presente en medicamentos como Diazepam, y que sirve para contrarrestar los efectos de la cocaína) en su organismo.

Ortiz Guarneros criticó la versión del fiscal: «Los que están en la política están tratando de aprovechar esto para denostar el actuar de la seguridad en el estado. Se hicieron algunas declaraciones de que fue un secuestro exprés. Nosotros pensamos que no pero el fiscal tendrá que demostrar por qué sí fue un secuestro exprés, con base en qué lo dijo».

   

Es de saber que en el estado de Morelos, con ocasión de la campaña electoral, se intensificó la guerra entre el gobernador interino Samuel Sotelo Salgado (en sustitución del exfutbolista Cuauhtémoc Blanco Bravo) y el fiscal del estado Carmona Gándara. Si bien admitió no tener acceso al expediente, Sotelo refutó las versiones de Carmona y Martelo: «No hay un solo elemento para determinar que [Rangel] haya sido privado de la libertad como tal. Los datos que se tienen objetivos es que hubo dos retiros, uno el sábado en la mañana y otro en la tarde noche, pero hasta ahí. No hay testigos, ni cámaras que muestren que fuera privado de la libertad».

Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mejicano, después de especular sobre el posible secuestro de Rangel, publicó un comunicado agradeciendo a la policía por hallarlo, y pidió no especular sobre las circunstancias de su desaparición. Martelo renunció a la defensa de Rangel tras ser desvirtuada la versión del secuestro, por lo que su nuevo abogado Luis Alberto Vázquez Cisneros dijo que no emitirán declaraciones ni iniciarán acciones legales hasta que se recupere.

Salvador Rangel Mendoza nació en Tepalcatepec (Michoacán) el 23 de Abril de 1946. Tras un tiempo en el Seminario menor de los Operarios del Reino de Cristo, ingresó en la provincia franciscana de San Pedro y San Pablo de Michoacán donde el 24 de noviembre de 1970 pronunció sus primeros votos y realizó su profesión perpetua el 19 de diciembre de 1973 siendo el 29 de Junio de 1974 por el obispo de Celaya (Guanajuato) Victorino Álvarez Tena, y obispón de Huejutla (Hidalgo) el 5 de Junio de 2009 por el hoy cardenal emérito de Morelia Alberto Suárez Inda.

   

Desde 2015 hasta su renuncia por edad en 2022 como ordinario de Chilpancingo-Chilapa, estaba mediando entre las bandas criminales para disminuir la violencia en el estado de Guerrero, destacando entre ellas haber logrado salvar la vida de un sacerdote que habría sido «condenado a muerte» por el crimen organizado, y con La Familia Michoacana lograr una celebración segura de la Semana Santa en Taxco, valiéndole elogios por el presidente Andrés Manuel López Obrador como críticas de otros sectores, ser separado del Consejo Interreligioso de Guerrero y recibir amenazas de muerte (las cuales no informó en Cuernavaca hasta el 2 de Mayo). Aun así, no ahorró en controversias porque en 2018 fue acusado de difamación al afirmar que las mujeres asesinadas en el estado tenían vínculos con narcotraficantes.