Antero, hijo de Rufino y griego de nación, nació en Petilia Policastro de Calabria a fines del siglo II. Algunas crónicas refieren que vivió como ermitaño en Cerdeña. No obstante ser un liberto, fue elegido el 21 de noviembre del 235 como el 19.º Sumo Pontífice para suceder en la Sede de Pedro a un San Ponciano que fue desterrado a las minas de Cerdeña junto al antipapa Hipólito, y murió el 3 de enero del 236, por lo que su pontificado duró sólo cuarenta y tres días. Fue martirizado por orden del emperador Maximino I Tracio y del prefecto Máximo, por haber ordenado a los notarios que recogieran asiduamente y conservaran las Actas de los mártires en las scrínia (archivos) de la Iglesia de Roma (recopilación que fue quemada por Diocleciano y que se reanudó hasta su desaparición en tiempo de Honorio III). Su cuerpo fue trasladado en la cripta de los papas de las catacumbas de S. Calixto. Las reliquias están guardadas hoy en la iglesia romana de S. Silvestre in capite, donde fueron descubiertas el 17 de Noviembre de 1595, cuando el Papa Clemente VIII reconstruyó la iglesia.
Solo consagró un obispo para Fondí en la Campania; se le atribuye un decreto sobre la traslación de Obispos a otra sede, expedida a instancias de los prelados de Toledo y Sevilla.
En el Calendario propio de la Diócesis de Roma, es conmemorado junto con San Melquíades, el Papa que vio, junto con la victoria de Constantino en el Puente Milvio, el amanecer del triunfo de Cristo y su Iglesia sobre el paganismo.
ORACIÓN
Oh Dios, que fundaste a tu Iglesia sobre la sólida piedra apostólica para que sea libre del terror de las puertas del Infierno, concédenos te suplicamos, que por la intercesión de tu bienaventurado Mártir y Sumo Pontífice San Antero, ella persista siempre en tu Verdad para que pueda conseguir continua seguridad. Por J. C. N. S. Amén.
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