viernes, 27 de enero de 2023

“Amíci Ísraël”: UN ELEMENTO DE LA BATALLA CONTRA EL VIERNES SANTO

A comienzos del siglo XX, el sionismo había cobrado nueva fuerza después de la Declaración Balfour, por la cual el Imperio Británico se pronunció a favor del establecimiento de los judíos en Palestina; y algunos católicos vieron en esto una señal, propugnando por una “amistad católico-sionista” para facilitar la conversión de los judíos a la fe católica. En tal sentido, el islamólogo francés Louis Massignon y el filósofo Jacques Maritain le envían a Pío XI un “Informe sobre el Sionismo” en 1925, quien le recomendó a Maritain una actitud más cautelosa y reservada, porque no quería que la Iglesia Católica ni la Santa Sede se implicasen en esa cuestión.

Es en ese contexto que en Roma, el 24 de Agosto de 1926, se funda el “Opus Sacerdotále Amíci Ísraël” (Obra Sacerdotal Amigos de Israel) por el canónigo neerlandés Anton van Asseldonk van der Steen (procurador general de los Canónigos regulares de la Santa Cruz), el fraile Laetus (nacido Johannes Antonius) Himmelreich Willebrands OFM, y la convertida del judaísmo María Franceska (nacida Sophie) van Leer Calkar. La asociación contó con el apoyo de varios cardenales como Willem Marinus van Rossum (prefecto de Propaganda Fide), Rafael Merry del Val (secretario del Santo Oficio), y Michael von Faulhaber (arzobispo de Múnich-Frisinga).
   
Además de la oración por la conversión de los judíos, “Amici Israel” difundía folletos llamando a los católicos a apoyar el sionismo y tener una actitud más favorable a los judíos. En tal sentido, Van Leer había solicitado en una carta al cardenal Van Rossum el 2 de Febrero de 1925, y Benoît Gariador OSB Sub. (presidente de la asociación) y Van Asseldonk presentaron el 2 de Enero de 1928 un memorial a Pío XI solicitando la reforma de la liturgia del Viernes Santo, en el sentido de eliminar el adjetivo «pérfidis» de la Oración por los judíos, y reintroducir la genuflexión durante la misma. En esencia, aducían lo siguiente:
  • Históricamente, los cristianos habrían orado desde muy temprano por la conversión de los judíos a Cristo, no por su conversión al cristianismo.
  • La expresión pérfidus originalmente solo se refería a violaciones concretas de la ley por parte de ciertos judíos, solo más tarde entendida como depravación completa y, por lo tanto, reinterpretada como una característica inmutable de todos los judíos.
  • El supuesto judío burlón arrodillado ante Jesús no está documentado en el Nuevo Testamento y es una ficción añadida más tarde.
  • Hoy, la oración es mal utilizada como argumento para el antisemitismo, que la Iglesia Católica también propaga, incluso en sus servicios.
Pío XI (que personalmente tenía buenas relaciones con Alessandro del Fano, Gran Rabino de Milán) remitió la solicitud al benedictino Alfredo Ildefonso Schuster OSB (nacido Alfred Aloisius Schuster), abad de San Pablo Extramuros y consultor de la Sagrada Congregación de Ritos. Schuster examinó la cuestión, y la Congregación de Ritos dio un dictamen favorable.
 
Pero para poder tomar una decisión definitiva, debía someterse el tema al Santo Oficio. Primero se consultó a fray Marco Sales OP, teólogo papal, quien dijo que si bien no había nada objetable en la propuesta desde el punto de vista de la fe, en la tradición sí lo era, por lo siguiente:
  • Todas las partes criticadas de la intercesión judía, incluida la omisión de arrodillarse y el Amén, ya habían aparecido en la iglesia primitiva. Como «venerable liturgia sagrada que se remonta a la antigüedad», eluden cualquier reformabilidad.
  • Permitir que una asociación privada interfiera con esta tradición de esta manera no llevaría a ningún fin y fácilmente podría permitir la eliminación de pasajes objetables en el Credo Apostólico, los Improperios y los Salmos de Imprecación de la liturgia. Estos contenían formulaciones mucho más duras para los judíos.
  • Pérfidus siempre ha significado un incumplimiento de palabra y contrato: Esto es exactamente de lo que Dios mismo acusa a los judíos en la Biblia (cf. Deut. XXXI, 16,20,27; Salmo LXXVII, 57; IV Reyes XVII, 15 y Hechos VII, 51).
  • Así como Dios solo hizo un pacto con los judíos, solo que ellos rompieron este pacto y continuaron haciéndolo: Por eso la expresión pérfidus, en contraste con los gentiles, es apropiada para ellos.
  • Nadie podría acusar a San Pío V, el autor del Missále Románum, de antisemitismo porque siempre defendió a los judíos.
  • Según Mateo XXVII, 25, los judíos asumieron la responsabilidad de la crucifixión de Cristo.
En resumen, Nihil esse innovándum (Nada se debe innovar). Postura que asumió el cardenal Rafael Merry del Val, secretario del Santo Oficio. Merry del Val dijo el 7 de Marzo: «Si comenzáis a reformar la liturgia, no acabaréis nunca», añadiendo que
«Este reporte [“Pax super Ísraël”, publicado en Enero de 1928] presentado por los denominados Amíci Ísraël me parece completamente inaceptable, de hecho incluso áspero. Estamos tratando con oraciones y ritos antiguos de la liturgia de la Iglesia, una liturgia inspirada y consagrada por siglos que incluye la condena de la rebelión y traición perpetrada por el pueblo elegido que fue de inmediato infiel y deicida... Esperaría que estos Amíci Ísraël no cayeran en una trampa puesta por los mismos judíos, que se insinúan por medio de la sociedad moderna y buscan de cualquier manera minimizar la memoria de su historia y tomar ventaja de la buena voluntad de los cristianos»
Merry del Val había ingresado a Amíci Ísraël el año anterior, y había sido invitado a la reunión anual en Febrero de 1928. Allí se dio cuenta que, aparte del fin declarado, querían discutir públicamente y promover la reforma y el sionismo. Por otra parte, el mismo Pío XI (que recibió al cardenal Merry del Val el 8 de Marzo, y le recomendó que abordasen la disolución de la asociación con mucho cuidado) estaba poco convencido por el trabajo que los “Amíci Ísraël” tenían en relación con líderes sionistas como Viktor Jacobson y Albert Cohen.
   
Finalmente, el Santo Oficio decretó la disolución de los “Amíci Ísraël” y ordenó que sus miembros (incluido Schuster) se retractaran de sus posturas:
 
LATÍN
SUPREMA SACRA CONGREGÁTIO SANCTI OFFÍCII
DECRETUM DE CONSOCIATIÓNE VULGO «AMÍCI ÍSRAËL» ABOLÉNDA
   
Cum Suprémæ hujus Sacræ Congregatiónis Sancti Offícii judício subjécta sint natúra et finis consociatiónis, cui nomen «Amíci Israël» nec non libéllus, qui Pax super Ísraël inscríbitur, a moderatóribus consociatiónis idcírco éditus et longe láteque diffúsus ut ejus índoles ac méthodus públice innotéscerent, Emminentíssimi Patres, fídei et móribus tutándis præpósiti, laudábile præ primis agnóverunt in ea propósitum exhortándi christifidéles ut Deum orent et adlabórent pro Israëlitárum ad Regnum Christi conversióne. Néque mirum si, hunc únice finem attendéntes, ab inítio consociatióni illi non solum plures fidéles átque sacerdótes, sed étiam non páuci Epíscopi et Dominórum Cardináles adhæsérunt. Ecclésia enim cathólica pro pópulo judáico, qui divinárum úsque ad Jesum Christum promissiónum depositárius fuit, non obstánte subsequénte ejus obcæcatióne, immo hujus ipsíus obcæcatiónis cáusa, semper oráre consúevit. Qua caritáte permóta Apostólica Sedes eúmdem pópulum contra injústas vexatiónes protéxit, et quemadmódum omnes invídias ac simultátes inter pópulos repróbat, ita vel máxime damnat ódium advérsus pópulum olim a Deo eléctum, ódium nempe illud, quod vulgo «antisemitísmi» nómine nunc significári solet. Áttamen, animadverténtes et considerántes consociatiónem «Amíci Ísraël» deínde ratiónem agéndi inívisse ac loquéndi a sensu Ecclésiæ, a mente Sanctórum Patrum et ab ipsa sacra Litúrgia abhorréntem, Emminentíssimi Patres, præhabíto Emminéntium Dominórum Consultórum voto, in Congregatióne plenária Féria IV, 23 Mártii 1928, habíta, consociatiónem «Amíci Ísraël» aboléndam esse decrevérunt et de facto abolítam declarárunt, átque præcepérunt ne quis in postérum áudeat libros seu libéllos scríbere vel édere, qui hujúsmodi erróneis incéptis quomodocúmque fáveant.
  
Et insequénti Féria V, die 22 ejúsdem mensis et anni, Sanctíssimus Dóminus Noster Pius divína Providéntia Papa XI, in sólita audiéntia Emminentíssimo Patre Dómino Assessóri Sancti Offícii impertíta, relátam sibi Emminentissimórum Patrum resolutiónem approbávit, confirmávit et publicándam jussit.
   
Datum Romæ, ex ǽdibus Sancti Offícii, die 30 Mártii 1921.
   
L. S.
   
Alóisius Castellano, Suprémæ S. C. S. Off. Notarius
 
TRADUCCIÓN
SUPREMA Y SAGRADA CONGREGACIÓN DEL SANTO OFICIO
DECRETO DE ABOLICIÓN DE LA ASOCIACIÓN LLAMADA “AMIGOS DE ISRAEL”
   
Habiendo sido sometida al juicio de esta Suprema y Sagrada Congregación del Santo Oficio la naturaleza y los fines de la asociación denominada “Amigos de Israel”, como también un opúsculo que lleva por título Pax super Ísraël, editado a este efecto por sus dirigentes y abundantemente propagado para mejor hacer comprender sus características y método, los Eminentísimos Padres prepósitos para la custodia de la fe y las costumbres, han reconocido desde el comienzo el aspecto loable de esta asociación, que es el de exhortar a los fieles a orar a Dios y trabajar por la conversión de los israelitas al reino de Cristo. No es sorprendente que en sus comienzos, teniendo en cuenta este fin único, no solo hayan adherido a esta asociación bastantes fieles y sacerdotes, sino también un buen número de obispos y señores cardenales. En efecto, la Iglesia Católica siempre ha tenido la costumbre de orar por el pueblo judío, que fue depositario de las divinas promesas hasta Jesucristo, a pesar de la ceguera continua de este pueblo, más aún, por causa misma de esta ceguedad. Con cuánta caridad la Sede Apostólica ha protegido al mismo pueblo contra las vejaciones injustas, y porque ella reprueba todas las envidias y animosidades entre los pueblos, condena con mayor razón el odio contra el pueblo que en otro tiempo fue el elegido de Dios, odio que actualmente se acostumbra designar bajo el nombre de “antisemitismo”. Con todo, resaltando y considerando que esta asociación de los “Amigos de Israel” ha adoptado pronto una manera de proceder y de pensar contraria al sentido y al espíritu de la Iglesia, al pensamiento de los Santos Padres y a la liturgia, los Eminentísimos Padres, después de haber recibido los votos de los Eminentes Señores Consultores en la Asamblea plenaria del miércoles 21 de Marzo de 1928, ha decretado que la asociación de los “Amigos de Israel” debe ser suprimida y la ha declarado abolida efectivamente, y ha prescrito que nadie, en el futuro ose escribir o editar libros u opúsculos que favorezcan semejantes iniciativas erróneas.
  
El jueves siguiente, 22 del mismo mes y año, en la habitual audiencia concedida al Eminentísimo Padre Asesor del Santo Oficio, el Santísimo Padre Pío, por la divina Providencia Papa XI, aprobó la decisión de los Eminentísimos Padres, la confirmó y ordenó que sea publicada.
   
Dado en Roma, en la sede del Santo Oficio, 30 de marzo de 1921.
  
(Lugar del Sello)

Luis Castellano, Notario de la Suprema y Sagrada Congregación del Santo Oficio.

La asociación “Amici Israël” fue disuelta, como ya se dijo, por causa de las imprudencias del padre Van Asseldonk, y las creencias quiliásticas (milenarismo carnal) de Himmelsreich, quien le daba al judaísmo contemporáneo un rol de revelación alterna en el plan salvífico de Dios y veía en el sionismo una señal de la Parusía, desalentando las conversiones individuales. Inclusive, hubo un elemento de marca mayor: alguien acusó a Asseldonk de mantener estrecha convivencia con Van Leer (el cardenal Van Rossum le prohibió comunicarse con ella, pero ambos escaparon a Tel Aviv después de la disolución de “Amíci Ísraël”).
 
Por otra parte, era preocupante que algunos obispos, arzobispos y cardenales, v.g., el cardenal Michael von Faulhaber (cuyas armas cardenalicias incluían el candelabro judío de siete brazos), pertenecieran a esta asociación projudía. A los miembros (entre ellos el futuro cardenal Schuster) se les ordenó retractarse de sus posturas.
   
En ese momento, numerosos judíos anti-Iglesia, ateos, comunistas, anarquistas y capitalistas estaban activos en todo el mundo en la lucha y aniquilación del cristianismo y la Iglesia Católica por la Revolución bolchevique, y años más tarde, en plena Guerra Civil Española (1936-1939), muchos judíos se unieron a las “Brigadas Internacionales” “socialistas”, comunistas y anarquistas para defender la nueva España republicana, masónica, de izquierdas y sin Dios contra la Iglesia Católica y contra la monárquicos.
   
Durante la Guerra Civil Española, los republicanos y sus aliados destruyeron edificios de iglesias católicas, la estatua del Sagrado Corazón en el Cerro de los Ángeles de Getafe fue fusilada –una foto muy conocida–, se violaron monjas y se asesinó a numerosos obispos católicos, sacerdotes y laicos (a uno de ellos lo obligaron a tragarse un rosario), etc. Las atrocidades de estos enemigos de la Iglesia y los impíos eran inimaginables e inconmensurables. ¿“Amíci Ísraël”? ¡De ninguna manera!

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