«Et in Unam, Sanctam, Cathólicam et Apostólicam Ecclésiam» (Domenico di Niccolò ‘dei Cori’, talla en madera. Siena, Palacio público, Capilla de los señores).
«¿Qué, entonces, profesamos creer por estas palabras del Credo: “Creo en la Santa Iglesia Católica”?
Profesamos creer que Jesucristo ha establecido una Iglesia visible, inacabable en su duración, e infalible en su doctrina, a la cual debemos creer y obedecer sin reserva, si queremos obtener la salvación eterna; y que esta no es otra sino la Iglesia Católica Romana.
Aplicación: Es justo que llamemos a la Iglesia como nuestra madre porque: 1.º Ella nos ha regenerado en una manera espiritual en el bautismo, y nos ha hecho hijos de Dios; 2.º Ella nos alimenta con la Palabra de Dios y el Pan de los Ángeles; 3.º Ella nos conduce en el temor del Señor; y 4.º Ella tiernamente ora por nosotros, nos consuela y nos asiste mientras vivimos aquí en la tierra, y aun después de partir de esta vida. Honra y ama, pues, a la Iglesia, como tu madre; escucha diligentemente sus instrucciones, y sométete a todas sus leyes y directrices, porque “no ha de tener a Dios por Padre, el que no tenga a la Iglesia por Madre” (San Cipriano de Cartago, Obispo y Mártir, † 258)» [P. JOSEPH DEHARBE SJ, A Complete Cathecism of the Catholic Religion/Un catecismo completo de la religión católica (P. John Fander, trad. inglés; Rvdos. James J. Fox S. Th. D., y Thomas McMillan CSP, editores), n.º 73; 6.ª edición estadounidense. Nueva York, Schwartz, Kirwin & Fauss Co., 1912, pág. 150. Imprimátur por Mons. John M. Farley, Arzobispo de Nueva York, 21 de Abril de 1908. Traducción propia).
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