¿POR QUÉ EL AUGE DE LAS “CONCELEBRACIONES” EN EL MODERNISMO?

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.

  

La farsa de una “misa concelebrada”, en la cual hordas de presbíteros conciliares pululan alrededor de la mesa “eucarística” del Novus Ordo cual molestos avispones y simulan juntos el servicio.

Esta práctica protestante fue impulsada por el Anticoncilio Vaticano II en conjunto con la destrucción de la Misa Católica en la Pseudoiglesia.

  

«Queridos Padres de TRADITIO: Yo sé que la Iglesia Conciliar no tiene una Misa válida, pero me estaba preguntando justamente sobre la proliferación de los servicios “concelebrados”. Incluso en la Roma modernista se ven hordas de presbíteros pululando alrededor de la mesa “eucarística” (anteriormente un altar) bebiendo vino y masticando galletas hasta la saciedad. ¿Cómo surgió esta parodia en la Iglesia Conciliar?».

    

RESPUESTA DE LOS PADRES DE TRADITIO: La práctica de la concelebración, o la celebración conjunta de la Misa por más de un sacerdote a la vez, está absolutamente prohibida en la Tradición Católica y Apostólica, y por ende en el Derecho Canónico tradicional. La concelebración fue un producto del Anticoncilio Vaticano II (1962-1965) y fue propagada por toda la Iglesia Conciliar como el servicio análogo para imitar a las heréticas sectas protestantes. El Anticoncilio alentó la práctica porque quería promover la doctrina herética y protestante del “sacerdocio común de los fieles”, en la cual cualquier fulano piensa que puede ejercer funciones sacerdotales, como es el caso en las heréticas sectas protestantes.

      

Solamente habían dos casos limitados en la práctica católica, y estaban involucrados específicamente en las funciones peculiares del obispo: ordenar y consagrar. En estos dos casos peculiares, el nuevo sacerdote u obispo celebra el Ofertorio y el Canon de la Misa de ordenación o consagración con su obispo ordenante o consagrante. Estos casos peculiares no existen más en la secta novusordita porque el 18 de Junio de 1968 esta adoptó un Nuevo Ordinal inválido y protestantizado, que no confiere más el sacramento de las Órdenes Sagradas.

    

Un grave problema que existiría con la concelebración es que sin importar cuántos sacerdotes celebren juntos una Misa, ellos solo celebrarían una única Misa y merecerían los frutos de esa única Misa. Si, por el contrario, los sacerdotes ofrecieran individualmente sus propias Misas, habrían tantas Misas como sacerdotes individualmente celebrando, y los frutos de la Misa se multipicarían por el número de Misas celebradas.