sábado, 10 de junio de 2023

LOS DEJARON SOLOS

Tuvo lugar el encuentro Fratelli Tutti en la plaza de San Pedro en el Vaticano, bajo el lema “#NotAlone” (No solos). Pero, ante estas fotografías de la plaza, queda decir que los dejaron “#QuiteAlone” (Bastante solos) durante la hora y 45 minutos que duró (y que la cadena pública RAI transmitió, malgastando el dinero de los contribuyentes italianos):
   
     
No les bastó la presencia de Andrea Bocelli, el baile descamisado de Roberto Bolle (casualmente sodomita), o el poeta y filósofo argentino Alejandro Guillermo Roemmers Colman (un tío equis que fundó la campaña equis del “Abrazo universal”) y su frase «Un abrazo es un puente entre dos corazones que crea un lazo indestructible». ¡Vaya!, se esforzó bastante para una frase naturalista que bien podía decirla un francmasón, un ateo o el Dalai Lama, o como dijo un comentarista en Twitter, «Más aplicable para el abrazo conyugal y más correctamente colocado allí».
  

Allí, sin la presencia de Bergoglio (por obvias razones), se presentó la Declaración sobre la Fraternidad Humana redactada y firmada por el Secretario de Estado vaticano Pietro Parolin Miotti y por los laureados con el desprestigiado y puteado Premio Nobel de Paz (Traducción tomada de IL SISMOGRAFO):
DECLARACIÓN SOBRE LA FRATERNIDAD HUMANA
Roma, Plaza San Pedro, 10 de junio de 2023
  
«Somos distintos, somos diferentes, tenemos diferentes culturas y religiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz» (Papa Francisco).
   
Cada hombre es mi hermano, cada mujer es mi hermana, siempre. Queremos vivir juntos, como hermanos y hermanas, en el Jardín que es la Tierra. El Jardín de la fraternidad es la condición de vida para todos.
  
Somos testigos de cómo, en cada rincón del mundo, florece la armonía perdida cuando se respeta la dignidad, se secan las lágrimas, se remunera justamente el trabajo, se garantiza la educación, se cuida la salud, se aprecia la diversidad, se resana la naturaleza, se honra la justicia y las comunidades aceptan la soledad y los miedos.
  
Juntos, elegimos vivir nuestras relaciones basadas en la fraternidad, que se alimenta del diálogo y del perdón que «no implica olvido» (Fratelli Tutti, n. 250), pero renunciando a «ser poseídos por esa misma fuerza destructiva» (FT, n. 251) que todos sufrimos sus consecuencias.
  
Unidos con el Papa Francisco, queremos reafirmar que «la verdadera reconciliación no escapa del conflicto sino que se logra en el conflicto, superándolo a través del diálogo y de la negociación transparente, sincera y paciente» (FT, n. 244). Todo ello en el marco de la arquitectura de los derechos humanos.
  
Queremos gritar al mundo en nombre de la fraternidad: ¡Nunca jamás guerra! Es la paz, la justicia, la igualdad lo que guía el destino de toda la humanidad. ¡No al miedo, a la violencia sexual y doméstica! No más conflictos armados. Acabemos con las armas nucleares y las minas terrestres. No más migraciones forzadas, limpiezas étnicas, dictaduras, corrupción y esclavitud. Detengamos el uso manipulador de la tecnología y de la inteligencia artificial, antepongamos el desarrollo tecnológico y abonémoslo a la fraternidad.
  
Animamos a los países a promover esfuerzos conjuntos para crear sociedades de paz, como por ejemplo la creación de un Ministerio para la Paz.
  
Nos comprometemos a purificar la tierra manchada por la sangre de la violencia y el odio, por las desigualdades sociales y la corrupción del corazón. Al odio respondemos con el amor.
  
La compasión, el compartir, la generosidad, la sobriedad y la responsabilidad son para nosotros las elecciones que nutren la fraternidad personal, la fraternidad del corazón.
  
Hacer crecer la semilla de la fraternidad espiritual comienza con nosotros. Es suficiente plantar una pequeña semilla cada día en nuestros mundos relacionales: nuestros hogares, barrios, escuelas, lugares de trabajo, plazas públicas e instituciones de toma de decisiones. También creemos en la fraternidad social que reconoce la igual dignidad para todos, fomenta la amistad y la pertenencia, promueve la educación, la igualdad de oportunidades, el trabajo decente, la justicia social, la hospitalidad, la solidaridad y la cooperación, la economía social solidaria y una transición ecológica justa, una agricultura sostenible, que garantice el acceso a los alimentos para todos, con el fin de promover unas relaciones armoniosas, basadas en el respeto mutuo y el cuidado del bienestar de todos.
  
En este horizonte, es posible desarrollar acciones de proximidad y leyes humanas, porque «la fraternidad tiene algo positivo que ofrecer a la libertad y a la igualdad» (FT, n. 103).
  
Juntos, queremos construir una fraternidad ambiental, hacer las paces con la naturaleza, reconociendo que «todo está en relación»: el destino del mundo, el cuidado de la creación, la armonía de la naturaleza y los estilos de vida sostenibles. Queremos construir el futuro en las notas del Cántico de las Criaturas de San Francisco, la canción de la vida eterna. La trama de la fraternidad universal teje los hilos de los versos del Cántico: todo está en relación, y en relación con todo y con todos está la vida.
  
Por lo tanto, nosotros, reunidos con motivo del primer Encuentro Mundial de la Fraternidad Humana, llamamos a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a abrazar nuestro llamado a la fraternidad. Nuestros hijos, nuestro futuro sólo pueden prosperar en un mundo de paz, justicia e igualdad, en beneficio de la única familia humana: sólo la fraternidad crea humanidad.
  
Depende de nuestra libertad querer la fraternidad y construirla juntos en la unidad. Únete a nosotros firmando este llamado para abrazar este sueño y transformarlo en prácticas cotidianas, para que llegue a las mentes y corazones de los líderes y de aquellos que, en todos los niveles, tienen una pequeña o gran responsabilidad cívica.
   
Solo citan la pseudoencíclica “Fratelli Tutti” que fue tan aplaudida de los masones, en la cual los lectores angloparlantes de cierta edad tal vez reconozcan allí la canción ochentera Give a little Love de Albert Hammond y Albert West. En el caso hispano, la ídem Yo tengo fe de Palito Ortega.
   
Silere Non Possum describió el evento como un “verdadero circo” en lugar de una oración. No hubo ni una mención de Jesucristo o el Evangelio en todo el evento.
   
Después se tuvo un opíparo banquete con aperitivos en el mismo atrio de la basílica, organizado por el arcipreste Mauro Gambetti OFM Conv. (que sin embargo estuvo contrariado porque a Salvatore Rino Fisichella se le encomendó organizar el Jubileo 2025 y no a él), mientras la basílica está cayéndose a pedazos, y viendo a manifestantes desnudos subiéndose al altar mayor.
   
    
A estas alturas, el Vaticano de Bergoglio debe darse cuenta que su discurso mundano y mundanizante ya no interesa a nadie, a pesar de perder tiempo en sus eventos inútiles de relaciones públicas, y no copan plazas ni canchas. Como dice un cántico de barras bravas: «¡Oh!, son una vergüenza, SON LOCALES Y NO ALIENTAN».

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