Elementos tomados de GLORIA NEWS, NOVUS ORDO WATCH y otras fuentes.
Para el 50.º de la colección de “arte” contemporáneo de los Museos Vaticanos, Francisco Bergoglio el 23 de Junio recibió en la Capilla Sixtina a doscientos “artistas”, alabándolos como “verdaderos visionarios” que pueden “ver”, “imaginar” y “soñar” [pero nunca despertar].
Entre ellos estaba el blasfemo fotógrafo neoyorquino de raíces hondureñas y afro-cubanas Andrés Serrano (pseudónimo de Camilo Andrés Serrano Legual), de 73 años, el cual en 1987 sumergió un crucifijo de plástico en una jarra de vidrio llena con su propia orina y la fotografió con el título “Piss Christ”.
Bergoglio reconoció que algunos en la multitud usan la “confrontación” para hacer “pensar” a la gente. Pero (como se podía esperar dél), llamó blanco a lo negro, y afirmó que producir blasfemia y malestar era una manera de encontrar “belleza” y “armonía”.
No es, sin embargo, la primera vez que Bergoglio muestra su afinidad con el “arte” contemporáneo (y si es blasfemo, mejor): en el 2004, siendo arzobispón de Buenos Aires, dijo que no obstante ser una ofensa al sentir de los argentinos, había que responder con ternura a las obras de León Ferrari del Pardo († 2013), expuestas en el Centro Cultural Recoleta como parte de una muestra retrospectiva por sus 50 años de carrera. Ferrari fue fundador del “CIHABAPAI” (Club de impíos herejes apóstatas blasfemos ateos paganos agnósticos e infieles). La exhibición comprendía, inter ália:
- Una imagen de la Virgen María con cucarachas y escorpiones
- Una sartén llena de estatuillas de Santos.
- Un tablero de ajedrez con figuras del Sagrado Corazón y con retretes.
- Una copia del Juicio Final de Miguel Ángel con excremento de canarios enjaulados.
- Jesucristo crucificado en un avión bombardero FH107 estadounidense (la “obra”, titulada “La civilización cristiana y occidental”, fue posteriormente premiada con el “León de oro” en la LII Bienal Internacional de Venecia en 2007; Ferrari le dedicó el premio a Bergoglio).
- Una botella llena de preservativos con una fotografía del “Papa” Juan Pablo II al frente.
- Una escena de la Última Cena con Jesús y los Apóstoles enfrentados a gorilas y orangutanes.
A continuación, la carta pastoral que envió Bergoglio (cuando se llamaba Jorge Mario) a su clero y grey en ese entonces (Fuente: STAT VERITAS).
A LOS SACERDOTES, CONSAGRADAS, CONSAGRADOS Y FIELES DE LA ARQUIDIÓCESISCarta del cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos AiresBuenos Aires, 1º de diciembre de 2004Queridos hijos y hermanos:Desde hace algún tiempo se vienen dando en la Ciudad algunas expresiones públicas de burla y ofensas a las personas de nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen María; como asímismo diversas manifestaciones contra los valores religiosos y morales que profesamos. Hoy me dirijo a Ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada en el Centro Cultural Recoleta con motivo de una exposición plástica. También me apena que este evento sea realizado en un Centro Cultural que se sostiene con el dinero que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos.Jesús ya nos había advertido que sucederían estas cosas y, con mucha ternura, nos dijo que no tuviéramos miedo, que somos su pequeño rebaño, que perseveráramos en la lucha por la fe y en la caridad, esperando en Él, orando con verdadera confianza de hijos al Padre que nos quiere.Frente a esta blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad les pido que, todos unidos, hagamos un acto de reparación y petición de perdón. Por ello, el próximo 7 de diciembre, víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, los invito a que sea un día de ayuno y oración, un día de penitencia en el que, como comunidad católica, pidamos al Señor perdone nuestros pecados y los de la ciudad. Que nuestra Madre de Luján nos acompañe con su cariño.Card. Jorge Mario Bergoglio S.J., arzobispo de Buenos Aires.
Muy bueno todo, PERO… Bergoglio se distanció de la Asociación Cristo Sacerdote, un grupo de católicos militantes que armados de celo por el honor de Dios y al grito de «¡Viva Cristo Rey!» empezaron a destruir las obras blasfemas (aunque, a honor de la verdad, él les pagó los abogados). Prueba de ese distanciamiento fue su sermón de Navidad ese año:
«La respuesta del cristiano no puede ser otra que la misma respuesta de Dios a nuestra pequeñez: ternura, mansedumbre. Acuérdense de aquella vez, cuando a Jesús y sus Apóstoles no los quisieron recibir en un pueblo de Samaría, Juan le propuso a Jesús: “¿…hacemos caer fuego del cielo…?”, que es lo mismo que decir “nos metemos adentro y les rompemos todo” [Referencia a las “obras” de León Ferrari destruidas por la Asociación Cristo Sacerdote, N.del E.]. Y Jesús les responde “no saben de qué espíritu son ustedes”; los reta, hoy les diría “eso no es cristiano”. Acuérdense también de aquella noche en que tomaron preso a Jesús y Pedro saca la espada, heraldo, defensor de la Iglesia que nacía, defensor infeliz (pues pocas horas después lo traicionó) y Jesús le dijo: “guarda la espada ¿acaso no crees que si yo le pidiera a mi Padre más de doce legiones de ángeles para defenderme no las mandaría? (Cfr. Mt. 26, 53), pero mi camino es otro, es la ternura”».
Regresemos al presente: Serrano había sido invitado por el obispón irlandés Paul Desmond Tighe Johnson, secretario emérito del ex Pontificio Consejo para la Cultura dirigido por el cardenal portugués José Tolentino Calaça de Mendonça, porque «la inclusión hasta de artistas provocadores era evidencia del deseo del Vaticano en entrar en diálogo con la cultura contemporánea».
Ahora, no faltará el conciliar que diga: «El Santo Padre no sabía que le iban a colar a ese personaje». Concedámosle un momento esa posibilidad improbable, para que no lloren. Esto es lo que Bergoglio debe hacer en tal caso:
- REPROBAR PÚBLICAMENTE a Camilo Andrés Serrano Legual y sus obras.
- DESPEDIR a toda la dirigencia del Dicasterio para la Cultura y la Educación, exigiéndoles la devolución de los salarios y honorarios devengados (como hizo con Gänswein).
- EMITIR la disculpa más contrita que se haya visto en el mundo, donde
- explique cómo pudo suceder esta falta tan catastrófica a la decencia, y
- qué pasos tomará para que no se vuelva a presentar algo así en el futuro.
- REPARAR PÚBLICAMENTE el escándalo causado.
Pero eso sería pedirle demasiado, porque no lo hará ni aunque le vaya la vida en ello. Para Bergoglio, no existe la blasfemia como ofensa a Dios o a lo que es de Él. No, para Bergoglio es blasfemia la violencia contra la mujer, el calentamiento global o las políticas contra los inmigrantes.
Además, Bergoglio le encanta recibir y/o elogiar a gente desaconsejable, como las abortistas Elisabeth Maria Josepha “Liliane” Ploumen y Emma Bonino Barge, el ateo Eugenio Scalfari Scotti, la activista Hebe María Pastor Bogetti ex de Bonafini, el presbítero James “Jim” Martin SJ o los “católicos devotos” Joseph Robinette II “Joe” Biden Finnegan y Nancy Patricia D’Alessandro Lombardi de Pelosi. Y cómo no olvidar cuando en 2015, el entonces presidente boliviano Juan Evo Morales Ayma le regaló el “crucifijo hoz y martillo”.
Hagamos, pues, reparación por los pecados públicos, entre ellos la blasfemia.
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