Como si fuera poco con el caso de presunto fraude por los derechos sobre las imágenes del Vaticano, Francisco Bergoglio ordena el regreso a Grecia de tres fragmentos pertenecientes al Partenón de Atenas.
Las piezas, a saber, la cabezas de un niño con una canasta de panes votivos, un hombre con barba y un caballo, hacían parte respectivamente de los frisos norte y sur, y del frontón oeste del Partenón. Desde el siglo XIX, estaban en la colección panatenaica de los Museos Vaticanos.
Bergoglio calificó el retorno de las piezas como una “donación” a Jerónimo II Liapes, arzobispo de Atenas y jerarca de la Iglesia Ortodoxa Griega. La decisión había sido tomada tras el encuentro de Bergoglio con Liapes en 2021, y refleja «un signo concreto del deseo sincero del Papa Francisco de seguir el camino ecuménico de la verdad», dijo el Vaticano en una nota de prensa.
Por su parte, la archidiócesis ortodoxa de Atenas manifestó en un comunicado que Liapes agradece «con gratitud y emoción» el gesto de Bergoglio, sin especificar qué destino tendrán las piezas
La decisión fue celebrada por el gobierno griego, y contrastada con la negativa del Museo Británico de devolver las esculturas que conformaban el friso del Partenón, y que le habían sido vendidas por el diplomático británico Thomas Bruce, VII conde de Elgin en 1816 tras haberlas comprado diez años antes con el visto bueno de las autoridades otomanas en una actuación que Atenas califica como un flagrante saqueo.
El Partenón fue construido en la Acrópolis de Atenas entre los años 447 y 432 antes de Cristo durante el gobierno de Pericles por el arquitecto Fidias, en honor de la diosa Atenea en su advocación de Pártenos (en griego Παρθένος, “virgen”), de la cual toma su nombre, y como monumento a la victoria sobre Persia en la II Guerra Médica. Había sido transformada en el siglo VI después de Cristo en una iglesia dedicada a la Virgen María (primero en rito bizantino, luego en rito latino), y en 1458 fue convertida en mezquita en castigo porque Atenas apoyó una rebelión contra el sultán. Durante la VI Guerra Otomano-Veneciana (o Guerra de Morea), el Partenón fue convertido en un depósito de pólvora y refugio, por lo que sufrió grandes daños el 26 de Septiembre de 1687 cuando fue impactada por un mortero veneciano, causando 300 muertos y un incendio que destruyó gran parte de la ciudad. Desde 1975, ha estado bajo restauración, siendo el monumento más visitado de Atenas y símbolo de la civilización occidental.
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