domingo, 11 de diciembre de 2022

LA ORACIÓN MASÓNICA DE RATZINGER


El domingo 20 de Abril de 2008, Benedicto XVI Ratzinger se dirigió a la “Zona Cero”, el epicentro del atentado de falsa bandera del 11 de Septiembre de 2001 en Nueva York. Acompañado del cardenal Edward Egan (entonces arzobispón de Nueva York), Michael Bloomberg (ex alcalde de la ciudad de Nueva York), David A. Paterson (ex gobernador del estado de Nueva York), John Corzine (ex gobernador del estado de Nueva Jersey), y 24 personas en representación de los bomberos, policía y protección civil, de los heridos, y de los familiares de las víctimas, Ratzinger encendió un cirio e hizo la siguiente oración:
   
INGLÉS
«O God of love, compassion, and healing,
look on us, people of many different faiths and traditions,
who gather today at this site,
the scene of incredible violence and pain.
    
We ask you in your goodness
to give eternal light and peace
to all who died here—
the heroic first-responders:
our fire fighters, police officers,
emergency service workers, and Port Authority personnel,
along with all the innocent men and women
who were victims of this tragedy
simply because their work or service
brought them here on September 11, 2001.
    
We ask you, in your compassion
to bring healing to those
who, because of their presence here that day,
suffer from injuries and illness.
Heal, too, the pain of still-grieving families
and all who lost loved ones in this tragedy.
Give them strength to continue their lives with courage and hope.
    
We are mindful as well
of those who suffered death, injury, and loss
on the same day at the Pentagon and in Shanksville, Pennsylvania.
Our hearts are one with theirs
as our prayer embraces their pain and suffering.
    
God of peace, bring your peace to our violent world:
peace in the hearts of all men and women
and peace among the nations of the earth.
Turn to your way of love
those whose hearts and minds
are consumed with hatred.
    
God of understanding,
overwhelmed by the magnitude of this tragedy,
we seek your light and guidance
as we confront such terrible events.
Grant that those whose lives were spared
may live so that the lives lost here
may not have been lost in vain.
Comfort and console us,
strengthen us in hope,
and give us the wisdom and courage
to work tirelessly for a world
where true peace and love reign
among nations and in the hearts of all».
  
TRADUCCIÓN (literal)
«¡Oh Dios de amor, compasión y sanación!
Míranos, gente de diferentes creencias y tradiciones,
reunidos hoy en este lugar,
escenario de violencia y dolor increíbles.
   
Te pedimos que por tu bondad
concedas la luz y la paz eternas
a todos los que murieron aquí—
a los que heroicamente acudieron los primeros,
nuestros bomberos, policías,
servicios de emergencia y de la Autoridad del Puerto,
y a todos los hombres y mujeres inocentes
que fueron víctimas de esta tragedia
simplemente porque vinieron aquí para cumplir con su deber
el 11 de septiembre de 2001.
   
Te pedimos, en tu compasión,
que traigas sanación a aquellos que,
por estar presentes aquí ese día,
hoy están heridos o enfermos.
Sana también el dolor de las familias que todavía sufren
y de todos los que han perdido a sus seres queridos en esta tragedia.
Dales fortaleza para seguir viviendo con valentía y esperanza.

También tenemos presentes
a cuantos murieron, resultaron heridos o sufrieron pérdidas
ese mismo día en el Pentágono y en Shanskville, Pensilvania.
Nuestros corazones se unen a los suyos,
mientras nuestras oraciones abrazan su dolor y sufrimiento.
    
Dios de la paz, trae tu paz a nuestro violento mundo:
paz en los corazones de todos los hombres y mujeres,
y paz entre las naciones de la tierra.
Trae a tu senda del amor
a aquellos cuyas mentes y corazones
están consumidos por el odio.
    
Dios de entendimiento,
abrumados por la magnitud de esta tragedia,
buscamos tu luz y tu guía
mientras confrontamos hechos tan terribles como éste.
Haz que aquellos cuyas vidas fueron salvadas
vivan de manera que las vidas perdidas aquí
no hayan sido perdidas en vano.
Confórtanos y consuélanos,
fortalécenos en la esperanza,
y danos la sabiduría y el coraje
para trabajar incansablemente por un mundo
en el que la verdadera paz y el amor
reinen entre las naciones y en los corazones de todos».

Fuera de la polémica que causó la frase «aquellos cuyas mentes y corazones están consumidos por el odio» entre algunos estadounidenses porque parecía orar por los secuestradores de los aviones [por lo que en la versión española publicada por el Vaticano cambiaron consumidos por nublados], la frase «Míranos, gente de diferentes creencias y tradiciones, reunidos hoy en este lugar». Es como decir: «Míranos, creyentes y aquellos de los tuyos que están resignados a quedar fuera de tu morada», o algo por el estilo. La blasfemia por delante, en toda su osada y notoria expresión, porque Dios ha establecido que Nuestro Señor Jesucristo es el único camino de salvacion, salvación que se obtiene dentro de la Iglesia Católica, la única Iglesia que Él fundó.

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