sábado, 25 de septiembre de 2021

SÁTIRAS DIECIOCHESCAS PARA EL TIEMPO PRESENTE

Traducción del artículo publicado por Giuliano Zoroddu para RADIO SPADA.
    
Tumba del Papa Clemente XIV (Antonio Canova, 1787. Roma, Basílica de los Santos Doce Apóstoles)
   
En los días en que el mundo veía la Pachamama debajo del baldaquín de Bernini –Octubre de 2019–, un amigo me indicó una curiosa sátira compuesta para la muerte de Clemente XIV. Como el texto era interesante y divertido, me puse a buscarlo en Google Libros. La búsqueda fue breve y muy fecunda: No solo encontré la sátira que ya conocía, sino varias otras. Entonces decidí escribirlas en algunas líneas. Lo hago después de tres años, Nada mal: la actualidad las hace más preciosas.
   
Comencemos por el sujeto de la sátira: Clemente XIV. El cardenal Lorenzo (en el siglo Giovanni Vincenzo Antonio) Ganganelli Mazza OFM Conv., fue elegido al pontificado el 28 de Mayo de 1769. Su acto más conocido es sin duda la supresión de la Compañía de Jesús (los jesuitas) en 1773, el año precedente a su muerte (10 de Septiembre de 1774).
   
Los romanos siempre han acompañado la muerte del papa con versos mordaces. Ejemplo de ellos son las pasquinadas por la muerte de Sixto V (1590): “Descansa el diablo según el papa Sixto, / al diablo fiel, hostil a Cristo”; o por la muerte de León XII (1829): “Aquí della Genga yace, / por su paz y la nuestra”. Por tanto, el Pasquino de 1774 exhibiendo sátiras contra el decimocuarto entre los Clementes ni bien se presentó a su Criador, entra en las ordinariedades de la Roma papal.
   
La particularidad de estos escritos está en el hecho que estos pasquines describen el “pontificado” actual, el primero de un jesuita, entre sincretismo pachamámico, colaboradores de dudosa moralidad, comisariamientos no siempre claros de congregaciones religiosas, relaciones con los Estados no siempre en el interés de la Iglesia, y frecuentes distanciamientos respecto al dictado de la doctrina revelada.
   
No se quiere con esto atribuir a los siguientes textos autoridad poética, sino solo realzar la existencia y la curiosidad desde el punto de vista de la historiografía eclesiástica y de la historia de la literatura. Vea el lector qué pensar. Lo importante es que no se piense que aquí se publican con intento denigratorio del Papado Romano y de la Santa Iglesia.
   
1) Cuatro “lemas” para Clemente XIV 
Para el difunto Pontífice erigióse una suerte de mausoleo en forma de pirámide, con el fin de recordar los “beneméritos”. En la primera cara mostraba la bula In Cœna Dómini por tierra con el lema SACRÓRUM CANÓNUM DESTRÚCTOR (destructor de los sagrados cánones). De hecho, Clemente XIV interrumpió la publicación del documento, que condenaba las violaciones de la libertad eclesiástica y otros delitos. En la segunda cara se representaba un altar con un ídolo encima, a cuyos pies estaban un inglés y un judío adorándolo, cuyo lema era: IDOLÓRUM CULTOR (adorador de los ídolos). La tercera cara estaba decorada con una imagen asaz evocativa: El Castillo de San Ángel hacinado de clérigos apresados. Aludíase claramente al padre Lorenzo de’ Ricci Gianni, general de los jesuitas, encarcelado después de la supresión de la Compañía. Su lema era: CLERICÓRUM PERSECÚTOR (perseguidor de los clérigos). Similar la última cara con tantos monjes y frailes despojados de su sayo y el lema CŒNOBIÓRUM DEPOPÚLATOR (devastador de monasterios). 
   
2) El epitafio de Clemente XIV 
Sacerdótum Persecutóri
Cœnobiórum Depopulatóri
Sacrórum Cánonum Destructóri
Idolórum Cultóri
Senátus Populúsque Románus
Ne tanti excídii memória péreat
Monuméntum poni curávit.
  
Para que de tantos excesos la memoria no perezca,
El Senado y el Pueblo Romano
Procuraron que fuese puesto un monumento
Al Perseguidor de los Sacerdotes,
Al Devastador de los Monasterios,
Al Destructor de los Sagrados Cánones,
Al Adorador de los Ídolos. 
   
3) Reproche de San Pedro a Clemente XIV
Dime, indigno Pastor, ¿qué no hiciste
En el curso de un solo lustro que reinaste?
Los derechos de la Iglesia a otros cediste,
Sobre mi santa sede en vano te apoyaste.
 
Turba de ínfima al lado tuviste
Por el cual el erario disipar dejaste;
Mi pequeña barca salvar fingiste,
Mas entre las olas más infieles la dirigiste.
   
Con infames labores la Iglesia entregaste;
Base y apoyo de la fe no fuiste.
Mas a los enemigos de ella solo favoreciste.
     
Así San Pedro desde los etéreos puestos,
Gritó a Clemente y fue arrojado entre los tristes
Ígneos lazos a sus miembros fueron impuestos.
   
4) Soneto para la tan decantada paz hecha por la santa memoria de Clemente XIV 
La bula que ab antíco siempre fue
El antemural de la inmunidad,
La compañía de Jesús tan ilustre
Que mantenía la fe y la piedad;
   
La justicia del Foro alma virtud,
Del purpúreo senado la majestad,
El honor del Papa que sobre sí tenía,
De la fe de Pedro la santidad:
    
Todo esto en cinco años devastó;
Las llaves en mano a los soberanos cedió,
Y los dogmas en el error abandonó.
   
En compensación el Camauro tuvo para sí
Dos tierras para el estado reconquistó,
He aquí la paz que Clemente hizo.
   
P. AUGUSTIN THEINER CO, Historia del Pontificado de Clemente XIV, (Traducción italiana de Francesco Longhena Serra), Florencia, 1854.

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