En la Bendición “Urbi et Orbi” realizada hoy en en la Loggia de las Bendiciones de la Basílica de San Pedro (hasta el Domingo de Pascua 4 de Abril del presente inclusive, por motivo de corona, se daba en el balcón interno de la Basílica Vaticana), después de anunciada por el cardenal protodiácono Renato Raffaele Martino (sacerdote válidamente ordenado con el Rito Romano tradicional el 20 de Junio de 1957 por Demetrio Moscato, Arzobispo de Salerno, pero obispo nválidamente “instalado” el 14 de Diciembre de 1980 por el Secretario de Estado Vaticano Agostino Casaroli Parelli) en nombre de Francisco Bergoglio la Indulgencia plenaria «a todos los fieles presentes y a aquellos que reciben su bendición por medio de la radio, de la televisión, y de las nuevas tecnologías de la comunicación», Bergoglio “impartió” la bendición en una forma inválida al decir “Fílius” en vez de “Fílii”, y omitiendo la conclusión «descéndat super vos et máneat semper», que es parte de la misma e indica el destinatario (ver en el minuto 19:45).
Que cada quien juzgue las razones (réctius, los pretextos) para esta omisión (inexcusable desde todo punto porque tenía el libro abierto ante sus ojos). De todas maneras, Francisco Bergoglio no puede dar nada de lo que no tiene, porque él NO ES PAPA, NI OBISPO, NI SACERDOTE, NI CATÓLICO NI ES NADA.
Cabe reseñar que durante todo su mensaje, no dijo ni una palabra sobre las necesidades espirituales (gracia, santificación, propagación de la fe…). Solo habló de necesidades terrenas (como si sus súbditos fueran simples marranos para engordar –aunque a todo marrano su San Martín le llega–).
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