Novena basada en la vida del Beato, sin autor conocido.
NOVENA AL BEATO CLAUDIO DE LA COLOMBIÈRE
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
Señor
mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío;
por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas
las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa
porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra
divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir
la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
DÍA PRIMERO – 6 DE FEBRERO
HOMBRE DE ELEVADOS IDEALES
Claudio La Colombière, tercer hijo del notario Beltrán La Colombière y Margarita Coindat, nació el 2
de febrero de 1641 en St. Symphorien, Delfinado. Trasladada su familia a Vienne, recibió la primera
educación escolar, que después completó en Lyón con el estudio de la Retórica y la Filosofía.
En este último período precisamente se sintió llamado a la vida religiosa.
En uno de sus escritos, nos
ha dejado esta confesión: «Sentía enorme aversión a la vida que abrazaba". Resulta fácil comprender
esta afirmación en la vida de San Claudio, cuya naturaleza, muy sensible a las relaciones familiares y
de amistad, era también harto inclinada a la literatura y al arte, y a cuanto hay de más digno en la vida
de sociedad; pero no era hombre que se dejase guiar del sentimiento y decididamente ingresó en la
Compañía de Jesús.
MÁXIMA DEL SANTO:
«Dios está en medio de nosotros y parece que no le reconocemos. Está en nuestros hermanos y quiere
ser servido en ellos, amado y honrado, y nos recompensará más por esto que si le sirviésemos a Él en
persona. Que cada uno considere en su hermano a Jesucristo».
PRÁCTICA: «He resuelto estudiar los medios para hacer recaer la conversación sobre cosas que puedan edificar,
sea quien sea aquel con quien me encuentre; de tal modo, que nadie se separe de mi sin tener más
conocimiento de Dios que cuando llegó, y, si es posible, con mayor deseo de su salvación»
ACTO DE CONFIANZA: «Mas yo, Dios mío, dormiré en paz, y descansaré en tus promesas: Porque tú, ¡Oh Señor!, sólo tú has asegurado mi esperanza»
(Salmo 4, 10).
Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN
Oh Señor Jesucristo, que os habéis dignado hacer del bienaventurado Claudio el servidor fiel y el amigo de vuestro Sagrado Corazón, acordadnos por su intercesión, que seamos revestidos con las virtudes e inflamados con los sentimientos de vuestro Corazón. Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 7 DE FEBRERO
Por la señal…
Acto de contrición.DOTADO DE PRUDENCIA Y DE FINURA
A los 17 años entró en el Noviciado de la Compañía de Jesús de Aviñón. En 1660 pasó del Noviciado al
Colegio para concluir los estudios de Filosofía y pronunciar los primeros votos religiosos. Al terminar
el curso fue nombrado profesor de Gramática y Literatura, función que desempeñó durante cinco años
en dicho Colegio.
En 1666 se le envió a París, a estudiar Teología en el Colegio de Clermont; en la misma época se le
confió una misión de gran responsabílidad. La notable aptitud demostrada por Claudio a los estudios
humanísticos, unida a sus dotes de prudencia y finura, movieron a los Superiores a elegirlo preceptor
de los hijos de Colbert, Ministro de Finanzas de Luis XIV.
Finalizados los estudios de Teología y ordenado Sacerdote, volvió de nuevo a Lyón en calidad de
profesor durante un tiempo para dedicarse después enteramente a la predicación y a la dirección de la
Congregación Mariana.
MÁXIMA DEL SANTO: «La predicación es inútil sin la gracia, y la gracia no se obtiene sino por la oración. Si hay tan pocas
conversiones entre los cristianos es porque hay pocas personas que oren, aunque hay muchas que
predican».
PRÁCTICA: «Dios está en medio de nosotros, o mejor dicho, nosotros estamos en medio de Él; en cualquier lugar
donde estemos nos toca: en la oración, en el trabajo, en la mesa, en la conversación. Hagamos a
menudo actos de fe; digamos con frecuencia: Dios me mira, aquí está presente. No hacer nunca nada,
estando a solas, que no quisiéramos hacer a vista de todo el género humano».
ACTO DE CONFIANZA: «[A tus enemigos] los entregó el Señor en tus manos, por haber puesto en Él tu confianza»
(II Crónicas 16, 8).
DÍA TERCERO – 8 DE FEBRERO
Por la señal…
Acto de contrición.EL PREDICADOR ASERTIVO
La predicación de La Colombière se distinguió siempre por su solidez y hondura; no se perdía en
vaguedades sino que hábilmente se dirigía al auditorio concreto y, con tan vigorosa inspiración
evangélica, que infundía en todos serenidad y confianza en Dios.
Las ediciones de sus sermones produjeron –y siguen produciendo hoy– abundantes frutos espirituales;
porque, tenidos en cuenta el lugar y la duración de su ministerio, resultan menos envejecidos que los
de otros oradores de mayor fama.
MÁXIMA DEL SANTO: «No tengo alegría semejante a la que experimento, cuando descubro en mi alguna nueva flaqueza, que
se me había ocultado hasta entonces. Creo firmemente y siento gran placer al creerlo, que Dios
conduce a los que se abandonan a su dirección y que se cuida aun de sus cosas más pequeñas».
PRÁCTICA: «No buscar sino a Dios, ni siquiera buscar sus bienes, sus gracias, las ventajas que en su servicio se
encuentran como la paz, la alegría, etc., sino a Él»
ACTO DE CONFIANZA: «Confiad en el Señor Dios vuestro, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y todo irá felizmente»
(II Crónicas 20, 20).
DÍA CUARTO – 9 DE FEBRERO
Por la señal…
Acto de contrición.EL HOMBRE GENEROSO CON DIOS
El año 1674 fue decisivo en la vida de Claudio. Hizo la Tercera Probación en la Maison de Saint-Joseph
de Lyón y, en el mes de Ejercicios que es costumbre hacer, el Señor lo fue preparando a la misión que
le tenía reservada. Los apuntes de este período nos permiten seguir paso a paso las luchas y triunfos
de su espíritu, extraordinariamente sensible a los atractivos humanos, pero generoso con Dios.
El voto que hizo de observar todas las Constituciones y Reglas de la Compañía no tenía por objeto
esencial la vinculación a una serie de observancias minuciosas, sino la realización del recio ideal de
apóstol descrito por San Ignacio. Precisamente porque este ideal le pareció espléndido, Claudio lo
asumió como programa de santidad.
MÁXIMA DEL SANTO: «En reparación de tantos ultrajes y de tan crueles ingratitudes, adorable y amable Corazón de Jesús, y
para evitaren cuanto de mi dependa el caer en semejante desgracia, yo os ofrezco mi corazón con
todos los sentimientos de que es capaz; yo me entrego enteramente a Vos».
PRÁCTICA: «Y desde este momento protesto sinceramente que deseo olvidarme de mi mismo, y de todo lo que
pueda tener relación conmigo para remover el obstáculo que pudiera impedirme la entrada en ese
divino Corazón, que tenéis la bondad de abrirme y donde deseo entrar para vivir y morir en él con
vuestros más fieles servidores, penetrando enteramente y abrasado de vuestro amor».
ACTO DE CONFIANZA: «Tened confianza, Dios volverá su compasión hacia nosotros porque no nos ha de abandonar por
siempre»
(Judit 7, 30).
DÍA QUINTO – 10 DE FEBRERO
Por la señal…
Acto de contrición.DIRECTOR DE ALMAS
El 2 de febrero de 1675 hizo la Profesión solemne y fue nombrado Rector del Colegio de Paray-le Monial. No faltó quien se sorprendiera de que un hombre tan eminente fuera destinado a una ciudad
tan recóndita como Paray.
La explicación se halla en el hecho de que los Superiores sabían que aquí, en el Monasterio de la
Visitación, vivía en angustiosa incertidumbre una humilde religiosa, Santa Margarita María Alacoque, a la que
el Señor estaba revelando los tesoros de su Corazón; y esperaba que el mismo Señor cumpliese su
promesa de enviarle un «siervo fiel y amigo perfecto suyo» que le ayudaría a cumplir la misión a que la
tenía destinada: manifestar al mundo las insondables riquezas de su amor.
MÁXIMA DEL SANTO: «No quiero temer ya ni las ilusiones, ni los artificios del demonio, ni mi propia debilidad, ni mis
indiscreciones, ni aun siquiera mi desconfianza; porque Vos debéis ser mi fortaleza en todas mis cruces,
y me prometisteis serio a proporción de mi confianza. “Todo lo puedo en Aquel que me conforta”
(Filipenses 4,13). Vos en todas partes estáis en mí y yo en Vos; luego en cualquier parte que me
encuentre, ante cualquier peligro, cualquier enemigo que me amenace, tengo mi fuerza conmigo».
PRÁCTICA: «Me promete Dios ser mi fortaleza, según la confianza que tenga en Él. Por esto he resuelto no poner
límites a esta confianza y extenderla a todo. Me parece que en lo sucesivo debo servirme de nuestro
Señor como de un escudo que me rodea, y que opondré a todos los dardos de mis enemigos».
ACTO DE CONFIANZA: «Pon tu esperanza en el Señor, y haz obras buenas, y habitarás en la tierra, y gozarás de sus riquezas»
(Salmo 37, 3)
DÍA SEXTO – 11 DE FEBRERO
Por la señal…
Acto de contrición.AMIGO DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Una vez en su nuevo destino y mantenidos los primeros encuentros con Santa Margarita María, ésta le abrió enteramente su espíritu y, por tanto, también las comunicaciones que ella creía recibir del Señor.
El Padre dio su aprobación plena y le sugirió que pusiera por escrito lo que ocurría en su alma, a la vez
que la orientaba y sostenía en el cumplimiento de la misión recibida.
Cuando después, gracias a la luz divina que recibía en la oración y el discernimiento, estuvo seguro de
que Cristo deseaba el culto de su Corazón, se entregó a él sin reservas, como atestiguan su dedicación
y sus apuntes espirituales.
En éstos aparece claro que, ya antes de las confidencias de Margarita María Alacoque y siguiendo las
directrices de San Ignacio, Claudio había llegado a la contemplación del Corazón de Cristo como
símbolo de su mismo amor.
MÁXIMA DEL SANTO: «Lo cierto es que, de todas las confianzas, la que más honra al Señor es la de un pecador insigne que
está tan persuadido de la misericordia infinita de Dios, que todos sus pecados le parezcan como un
átomo en presencia de esa misericordia».
PRÁCTICA: «Sólo se encuentra la paz en el total olvido de sí mismo. Es necesario que nos resolvamos a olvidarnos
hasta de nuestros intereses espirituales, para no buscar más que la pura gloria de Dios».
ACTO DE CONFIANZA: «Bienaventurado el hombre cuya esperanza toda es el nombre del Señor, y que no volvió sus ojos hacia la vanidad y a las necedades engañosas de los ídolos»
(Salmo 40, 5).
DÍA SÉPTIMO – 12 DE FEBRERO
Por la señal…
Acto de contrición.APÓSTOL DE INGLATERRA
Tras año y medio de permanencia en Paray, en 1676 el P. La Colombière salió hacia Londres, nombrado
predicador de la Duquesa de York.
Era una misión sumamente delicada, dados los sucesos que sacudían a Inglaterra en este momento;
antes de finales de octubre del mismo año, el Padre ocupaba ya el apartamento a él reservado en el
palacio de St. James.
Además de predicar en la capilla y dedicarse a la dirección espiritual sin tregua, oral y escrita, Claudio
pudo entregarse a la sólida instrucción religiosa de no pocas personas que habían abandonado la
Iglesia Romana.
MÁXIMA DEL SANTO: «No dude de que Dios le ha de dar por si, o por ese confesor, todo lo que le sea necesario, ni de que
nunca dejará perecer un alma que preferiría morir antes que desagradarle.
Es una gran injuria a su Señor, que soporta, conserva y colma de bienes a sus mayores enemigos;
piense si querrá perder a los que no sueñan sino en servirle».
PRÁCTICA: «Es necesario ser paciente con buena fe, y dulce como Jesucristo hasta el fondo del alma.
Le recomiendo esta virtud sobre todas las cosas, es preciosa a los ojos de Dios.
Es dulce hablar de lo que se ama, pero más todavía con Jesucristo dentro de su corazón».
ACTO DE CONFIANZA: «Pues Tú eres, Señor, la expectación mía: Tú, ¡oh Señor!, mi esperanza desde mi juventud»
(Salmo 71, 5).
DÍA OCTAVO – 13 DE FEBRERO
Por la señal…
Acto de contrición.ENTRE ENFERMEDADES Y PRISIÓN
Entre grandes peligros, gozó del consuelo de ver volver a muchos, hasta el punto de que al cabo de un
año decía: «Podría escribir todo un libro sobre las misericordias de que he sido testigo desde que estoy
aquí».
La intensidad de trabajo y el clima minaron su salud y comenzaron a manifestarse los primeros
síntomas de una afección pulmonar. Pero el P. Claudio prosiguió con su mismo plan de vida.
A finales de 1678 fue arrestado de repente, bajo la acusación calumniosa de conspiración papista.
A los dos días se le trasladó a la horrenda cárcel de King's Bench y allí permaneció tres semanas
sometido a graves privaciones, hasta que se le expulsó de Inglaterra por Decreto real.
MÁXIMA DEL SANTO: «Teme usted que Dios le mande pruebas que no pueda soportar; es un pensamiento que le pasa por la
imaginación, porque si creyera que así lo siente no le perdonaría esa desconfianza y el ultraje que haría
a la sabiduría y a la bondad de nuestro Señor. No llega a entender todavía que es El principalmente
quien lo hace todo en nosotros, excepto los pecados, y que no debemos considerar ni nuestras faltas
ni nuestra debilidad, sino esperarlo todo de Él».
PRÁCTICA: «Bien se yo que se puede comulgar de tal forma que no se saque ningún fruto; pero sostengo que eso
no puede ser consecuencia de acercarse demasiado frecuentemente. Creo que ninguna indisposición,
exceptuando el pecado mortal, puede impedir el efecto del sacramento que es el de santificar el alma,
de darle fuerzas y vigor para hacer el bien y resistir al mal; que como cada vez que se comulga se recibe
un aumento de mérito y de gracia habitual, es necesario que una comunión nos disponga para
aprovecharnos de otra; y, por consiguiente, cuantas más comuniones se hacen, más se está en
disposición de aprovechar de las que se deben hacer».
ACTO DE CONFIANZA: «¡Ay de los pusilánimes, que no creen en Dios, y por eso no serán protegidos por Él» (Eclesiástico 2, 15).
DÍA NOVENO – 14 DE FEBRERO
Por la señal…
Acto de contrición.MUERTE Y GLORIA
Todos sus padecimientos fueron minando su salud, que fue empeorando con altibajos a su vuelta a
Francia. Habiéndose agravado notablemente, se le envió de nuevo a Paray.
El 15 de febrero de 1682, primer Domingo de Cuaresma, al atardecer le sobrevino una fuerte
hemoptisis que puso fin a su vida. Al día siguiente Santa Margarita María recibió un aviso del Cielo en
el sentido de que Claudio se hallaba ya en la gloria y no necesitaba de oraciones.
El 16 de junio de 1929, el Papa Pío XI beatificó a Claudio la Colombière, cuyo carisma según Santa
Margarita María Alacoque, consistió en elevar las almas a Dios siguiendo el camino de amor y
misericordia que Cristo nos revela en el Evangelio, en la Cruz y en el Santísimo Sacramento.
MÁXIMA DEL SANTO: «Este Corazón se encuentra aún, en cuanto es posible, en los mismos sentimientos y, sobre todo,
siempre abrasado de amor para con los hombres; siempre sensible a nuestros males; siempre
apremiado del deseo de hacernos participantes de sus tesoros y de dársenos a sí mismo; siempre
dispuesto a recibirnos y a servirnos de asilo, mansión, de paraíso, ya en esta vida.
A cambio de todo no encuentra en el corazón de los hombres más que dureza, olvido, desprecio,
ingratitud. Ama y no es amado y ni siquiera es conocido su amor; porque no se dignan los hombres
recibir los dones por los que quiere atestiguarlo, ni escuchar las amables e íntimas manifestaciones que
quiere hacer a nuestro corazón».
PRÁCTICA: «Ponga toda su confianza en Dios y no en criatura alguna; ponga toda su esperanza en El; espérelo
todo de Él, y no de criatura alguna; ni aun de sus directores, quien quiera que sean; no pueden nada sin
Nuestro Señor, y Él lo puede todo sin ellos».
ACTO DE CONFIANZA: «Mantén tu palabra y ten confianza en Él, y en toda ocasión encontrarás lo que necesitas»
(Eclesiástico 29, 3).
Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria. La Oración se dirá todos los días.
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