ARCOIRIS JESUÍTICO

Noticias tomadas de distintas fuentes.

   

1.º “NORMALIZAR LO ANORMAL”: UNIVERSIDAD JESUITA NOMBRA “RABINA RESIDENTE” A JUDÍA LESBIANA (Fuente: TRADITIO).

   

Camille Shira Angel (que no es ángel), nombrada por los jesuitas de Francisco Bergoglio para ser la “rabina residente” lesbiana en la Universidad jesuita de San Francisco.

Angel es pagada por la Iglesia Conciliar para enseñar un curso a los jesuitas titulado “homosexualizar la religión”, con plena aprobación de los jesuitas.

Angel viste una kipá, el cobertor de cabeza tradicional de los hombres judíos, y ondea la bandera homosexual del arcoiris en la ventana de su nueva oficina jesuita.

 

En la Iglesia Conciliar se propaga el plan de Francisco Bergoglio para “normalizar lo anormal”. Juan Pablo II Wojtyła y Benedicto XVI Ratzinger fueron herejes de la Fe Católica también, pero Bergoglio ha añadido un fuerte elemento marxista a su apostasía. Las enseñanzas morales anticatólicas bergogliamas, que están sesgadas hacia el pro-aborto, pro-“gay”, pro-bigamia, anti-fronteras, anti-celibato (pero sobornando la pedofilia) y lo demás, hayan sus raíces en la “Teología de la Liberación” marxista. Es por eso que la moral conciliar apesta hasta el Cielo Altísimo, con incluso obispones y cardenales, al igual que los presbíteros, violando, sodomizando y asaltando sexualmente de cualquier manera a menores con la impunidad de los Antipapas criminalmente cómplices.

   

Los más firmes proponentes de la “Teología de la Liberación” marxista, que aboga por la deconstrucción religiosa y la violencia física contra los no marxistas (por eso es que Bergoglio hizo del marxista Óscar Romero un “non sancto” conciliar) son los jesuitas, que justo sucede pertenecen a la misma orden corrupta a la que Bergoglio pertenece y con cuyas actividades estuvo profundamente implicado en sus años argentinos.

   

El más reciente ejemplo de la corrupción de Bergoglio y los jesuitas fue el nombramiento como “rabina residente” de Camille Shira Angel, una activista lesbiana, en una de las universidades estrella de los jesuitas, la de San Francisco. Este nombramiento presenta un doble agravante del ecumenismo herético (“todas las religiones son verdaderas”) y la descarada aprobación bergogliana por el “matrimonio gay” (al cual llama eufemísticamente “uniones civiles”) [Parte de la información para este Comentario proviene de “The Jewish News of Northern California”].

   

Católicos tradicionales, la rabina lesbiana de la universidad jesuita bergogliana tiene mucha confianza en sí misma. Es una activista descarada. Su propósito se revela en el título del curso que ella enseña a los jesuitas: “homosexualizar la religión”. Ella viste una kipá, el cobertor de cabeza tradicional de los hombres judíos, y ondea la bandera homosexual del arcoiris en la ventana de su oficina. ¿Quién sabe si el siguiente Motu próprio en la pila de pendientes de Bergoglio es la promulgación en su secta del “matrimonio gay”?

   

2.º LA CROIX LLAMA A BERGOGLIO “EL PRIMER PAPA GAY” (Fuente: GLORIA NEWS).

   

  
Robert Carl Mickens, un activista homosexualista y de la página web La-Croix escribió el 25 de Enero que muchos homosexuales creen que Francisco Bergoglio “nos cubre las espaldas”. El título de su artículo es “El primer Papa gay”.
  
Mickens fue un seminarista que desertó por lo que el Catecismo wojtyliano llama un trastorno homosexual. Fue contratado rápidamente por Radio Vaticano, ha servido a los medios de comunicación de los ricos (CNN, BBC, Australian Broadcasting Corporation), y llamó a Benedicto XVI Ratzinger “la rata” (por lo que fue suspendido del semanario británico The Tablet en 2014).
   
Admite que en la Iglesia del Concilio, la homosexualidad es “un trastorno objetivo” y se lo entiende como “una fuerte tendencia a un mal moral intrínseco”, pero subraya que Francisco Bergoglio lo ve de otra manera (“esa no es la clase de lenguaje que usa Francisco [Bergoglio]”).
    
Al contrario: Mickens señala que Bergoglio utiliza el lenguaje fraudulento de la propaganda homosexualista, como “gay”, es amigable con las personas con desórdenes sexuales [mientras es rígido y legalista con los católicos], y por lo tanto “ha cambiado todo” con respecto al vicio homosexual.