En
audiencia concedida al prefecto de la Congregación para la Causa de los
Santos [del Nuevo Orden] Marcello Semeraro el día de ayer, 18 de
Febrero de 2022, Francisco Bergoglio autorizó publicar el decreto por el
que se reconoce las “virtudes heroicas” de María Constanza –en el siglo Inés Pacífica– Panas Biassoto OSC Cap. († 1963), a Immaculado José de
Jesús –en el siglo Aldo Brienza Trevisani– OCD († 1989), a Benigna de Dios
Víctima de Jesús –en el siglo Maria da Conceição Santos– CIANSP († 1981),
Juana Méndez Romero OCJ († 1990) y la del cardenal curial argentino
Eduardo Francisco Pironio Buttazzoni († 1998), de quien haremos la reseña
siguiente:
Pablo VI Montini y Eduardo Francisco Pironio (24 de Mayo de 1976).
Nacido
el 3 de Diciembre de 1920, Eduardo Francisco Pironio fue el ¡22.º hijo! (leíste bien, VIGÉSIMO SEGUNDO) de Giuseppe Pironio y Enrica Rosa Buttazzoni, matrimonio de italianos
de la región de Friuli que llegaron a la Argentina en 1898. Ingresó al
seminario de San José de La Plata en 1938 y fue ordenado sacerdote el 5
de Diciembre de 1943. Egresado de la facultad de Teología en la
Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino, fue profesor y rector de
seminarios hasta que en 1964 fue nombrado obispo titular de Ceciri en
Túnez y auxiliar del Arzobispado de la Plata, recibiendo la consagración
episcopal el 31 de Mayo de ese año. Participó en las dos últimas
sesiones del Vaticano II como obispo (en las dos primeras participó como
perito), y en 1972, tras ser asesor nacional de la Acción Católica
Argentina, fue instalado obispo de Mar del Plata. Fue secretario general
del Consejo Episcopal Latinoamericano entre 1967 y 1972, y presidente
de la misma desde 1972 hasta 1975 –el mandato iba hasta 1974, pero se lo
prorrogaron un año más–, participando en las conferencias
Generales de Medellín (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992).
Debido
a las amenazas de muerte que recibió a causa de su adhesión a la
Teología de la Liberación (aunque extrañamente, en sus muchos viajes a
la Argentina durante la época de la Junta Militar, nunca se reunió con
los familiares de las víctimas de la represión, pero sí se entrevistó
varias veces con el general Jorge Rafael Videla) durante el gobierno de
María Estela “Isabelita” Martínez Cartas vda. de Perón, fue trasladado a
Roma, desempeñando su carrera posterior en la Curia: Pro-prefecto de la
Congregación para la Vida Consagrada en 1975 (prefecto desde 1976 hasta
1984), y presidente del Pontificio Consejo para los Laicos desde 1984
hasta 1996, puesto donde organizó las Jornadas Mundiales de la Juventud
de Buenos Aires (1987), Santiago de Compostela (1989), Częstochowa (1991), Denver (1993) y Manila (1995).
Creado
cardenal el 24 de Mayo de 1976, participó en los dós cónclaves de 1978.
Fue confesor de Pablo VI Montini, y amigo de Óscar Arnulfo Romero y del
padre Pedro Arrupe SJ (por, según su amigo Camillo Ruini Rizzoli dijo en 1995,
Pironio consideró que su nombramiento como presidente del Pontificio
Consejo para los Laicos en 1984 por Wojtyła fue un castigo).
A
su muerte el 5 de Febrero de 1998 tras sufrir un cáncer en los huesos,
Pironio fue además miembro del Consejo de la Sección Segunda de la
Secretaría de Estado de la Santa Sede, de la Congregación para las
Iglesias Orientales, de la Congregación para las Causas de los Santos,
de la Congregación para los Obispos, de la Congregación para la
Evangelización de los Pueblos, de la Congregación para la Educación
Católica, del Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos
Legislativos y de la Pontificia Comisión para América Latina. El proceso
de beatificación de Pironio comenzó el 23 de Junio de 2006, cuando en
Roma se aprobó la apertura de su causa, recibiéndose testimonios en la
Argentina 22 de Febrero de 2007 en la Archidiócesis de Buenos Aires, y
la fase romana comenzó el 11 de Marzo de 2016.
Ya que se habla de las “virtudes heroicas” del cardenal Pironio, repasemos pues, algunas de ellas:
- Su
apoyo al progresismo izquierdista, evidenciado entre otras por sus
declaraciones privadas y públicas en favor del Movimiento de Sacerdotes
para el Tercer Mundo, la II Conferencia del CELAM –del cual fue dos
veces secretario general y presidente– en Medellín (Colombia), el
Marxismo y su variante bautizada la “Teología de la Liberación”, la
violencia y el cambio de poder, le valió ser acusado de ser «un pirómano
incendiario» y «amalgama mal lograda de cristianismo y comunismo» (lo
cual truncó las posibilidades de salir elegido en el cónclave de Octubre
de 1978). Recomendado especialmente el opúsculo “Monseñor Pironio, ¿Pirómano?: El extraño maridaje clerical-subversivo”, publicado originalmente en 1977 por Thomas Gilbert.
- Como prefecto de la Congregación para los Institutos
de Vida Consagrada (y por ende, encargado de aggiornar las
congregaciones religiosas), libró una guerra sin cuartel contra la regla
de Santa Teresa, y ocasionando que la segunda orden carmelita descalza
se dividiera (por eso en las carmelitas descalzas conciliares hay dos
constituciones: una de 1990 y otra de 1991).
- Creó en 1984 con Karol Wojtyła la “Jornada Mundial de la Juventud”, esa versión eclesial descafeinada del festival de Woodstock en que lo último que hay es reverencia hacia el que creen es su “Santísimo Sacramento” y la modestia en el vestir y el trato.
En
otros tiempos, la Iglesia dejaba transcurrir décadas, ¡siglos
inclusive! para iniciar oficialmente la causa de beatificación de una
persona muerta en fama de santidad, para estudiar la documentación y
recabar los testimonios (tanto en pro como en contra), y verificar si
esa fama continuaba en el tiempo. Pero en la fábrica de santos del Novus
Ordo, basta simplemente que pasen cinco míseros años (o como en tiempos
recientes, que le dé la gana al usurpador de turno).
Permítasenos pues, disgregar que, AL DECLARAR “VENERABLE” A PIRONIO, BERGOGLIO ESTÁ ACELERANDO LA “CANONIZACIÓN” ¡DE SÍ MISMO!
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