sábado, 5 de agosto de 2023

POR FIN, ¿VE O NO VE BERGOGLIO?

   
En su discurso a los trabajadores de la caridad el 4 de Agosto en el Centro parroquial San Vicente de Paúl en Serafina, Francisco Bergoglio tuvo que detener la lectura de su discurso por problemas de visión:
«Son muchas las cosas que quisiera decirles ahora, pero sucede que no me están funcionando los “reflectores” [la audiencia estalla en risas]. Y no puedo leer bien, y así que se los voy a dar para que lo hagan público esto después, ¿eh?, y no forzar la vista y leer mal [risas y aplausos]»,
dijo, pasando luego a dar un discurso improvisado sobre la caridad.
  
Más tarde, citó dificultades en la vista para no dar los discursos ayer en el Vía crucis del Parque Eduardo VII de Lisboa, ni hoy en la Capilla de las Apariciones en Fátima.

En el rezo del Rosario con los jóvenes enfermos en Fátima, dijo que la Virgen fue “apurada” (en portugués “apressada”) a ayudar a Santa Isabel, repitiendo el título “Nuestra Señora Apurada” que él inventó el 31 de Mayo de 2014.
  
El portavoz vaticano Matteo Bruni negó que hubiese alguna causa de alarmarse, ofreciendo la impotable explicación que el problema de Bergoglio era «debido a un problema de iluminación, que le causaba reflejo en los lentes. No hay ningún problema con la visión de Francisco», y añadiendo: «El papa decide cambiar su discurso como pastor ante los fieles que tiene al frente» (como si una cosa tuviese que ver con la otra).
  
A la verdad, el problema de él no es solo en los ojos físicos, sino en el espiritual, porque él es ciego voluntario para la Verdad, pero con buen ojo para el error, aplicándose lo que Nuestro Señor dijo a los fariseos:
«Si fuérais ciegos, no tendríais pecado; pero por lo mismo que decís: “Nosotros vemos”, y os juzgáis muy instruidos, por eso vuestro pecado persevera en vosotros» (San Juan IX, 41/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
    
Caricatura tomada de GLORIA CARTOON.

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