Elementos tomados de GLORIA NEWS y CATHOLIC CONCLAVE.
El marchante de maquinaria para la construcción y fanático de los automóviles Jörg Künzel, de 59 años y oriundo de Herne, compró a la diócesis de Eßen la iglesia de San Ludgero (foto), que había sido consagrada en 1915, para convertirla en un museo de coches y motocicletas clásicos.
«Hay pocos católicos con nosotros. Por razones pastorales y económicas, en los últimos años hemos decidido cerrar algunas iglesias. Mientras todas las iglesias están siendo abandonadas, la pregunta es “¿qué pasará con ellas?”. Entonces el señor Künzel nos contactó con la autoridad local de monumentos, y presentó el proyecto. Y así resultó», dijo Ludger Klingeberg, director de relaciones públicas de la parroquia de San Urbano en Gelsenkirchen.
Un orgulloso Künzel le dijo a T-Online el 22 de Agosto con un fuerte acento del Ruhr: «La compra ha sido firmada y sellada. Los obispos que son responsables de ella, los auditores diocesanos, todos están de acuerdo. Si bien todavía no soy propietario [lo será a partir del 27 de Noviembre, N. del E.], pero ya me dejaron hacerlo. Y tengo que decirlo claramente: la Iglesia Católica, hacia la cual tengo y he tenido prejuicios, me ha apoyado mucho, como también la Oficina para la Preservación de Monumentos Históricos de Gelsenkirchen, lo han dado todo». Künzel planea exhibir allí su colección de 40 coches clásicos.
Los confesionarios ya habían sido retirados para la renovación interior del inmueble.
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