NOVENA EN HONOR A SAN MAGÍN ERMITAÑO

Novena dispuesta por el P. Lector Fray Pedro Mártir de Anglés OP, del convento de San Magín de Brufagaña en Tarragona, y publicada en Barcelona por la Compañía de Jorge Roca y Gaspar en 1806, con licencia del Superior.

  

INTRODUCCIÓN.

Los muchos y repetidos favores (si ya no diga milagros) que hace continuamente la Omnipotencia de Dios con los Devotos de San Magín Mártir y Ermitaño especialmente con los Devotos que le visitan en su Convento de Padres Predicadores de las Montañas de Brufagaña; dieron piadoso motivo que creciendo de día en día más y más su devoción a este Glorioso Santo, le consagraron un devoto Novenario. Para este fin procuraron un modo muy breve y fácil, para que no solamente en este su Convento, donde vivió, padeció martirio y se conserva su Cueva, sí que también en otra parte, delante su Altar o Imagen, se pueda hacer esta tan santa devoción, y pedir a Dios por los méritos e intercesión de este Ínclito Mártir, las gracias y los favores de los cuales cada uno necesitare.

   

El modo es el que se sigue: Primeramente procurar limpiar su conciencia mediante la Confesión y Sagrada Comunión, o por lo menos mediante un Acto de Contrición; y pedirle a Dios la gracia, por los méritos de este Glorioso Mártir, para empezar, continuar y concluir dignamente su devoto Novenario. Después se leerá un paso de la Vida e Historia del Santo y se notará la virtud, o virtudes, que en dicho paso de su Vida resplandecieron; y se hará una súplica o deprecación al mismo que les alcance de Dios el que puedan imitarle: Para cuyo efecto dirán cinco Padre nuestros, con cinco Ave Marías, y cinco Gloria Patris; pues a este nombre Magín le componen cinco letras: Después se hará el ofrecimiento y petición del favor que cada uno pretendiere, y rogará por la Paz y Concordia entre los Príncipes Cristianos, y Exaltación de la Santa Fe Católica: se cantarán los Gozos del Santo, con el Versículo y Oracion; y se concluirá el día.

  

Los que no supieren leer, hecha la señal de la Cruz y el Acto de Contrición, rezarán los cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y cinco Gloria Patris: Pedirán a Dios, por los méritos e intercesión del Santo, el favor de que más necesitaren: Rogarán por la Paz y Concordia entre los Príncipes Cristianos, y Exaltación de la Santa Fe Católica, y concluirán diciendo, para este efecto, un Padre nuestro y un Ave María.

   

NOVENARIO AL ÍNCLITO MÁRTIR ERMITAÑO SAN MAGÍN

   

Puestos de rodillas, y hecha la señal de la Cruz, se hará el Acto de Contrición siguiente.

  

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén. 

  

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, en quien creo, en quien espero, y a quien amo y aprecio sobre todo lo criado, por ser Bondad infinita, me arrepiento, y me pesa de haberos ofendido, proponiendo eficazmente de no ofenderos jamás, asistido de la gracia de vuestro Divino auxilio. Amén.

   

DEPRECACIÓN

Omnipotente, Clementísimo y Misericordiosísimo Señor, de cuya liberal mano piadosamente viene que os sirvan dignamente vuestros Fieles, multiplicad sobre mí vuestras Divinas Misericordias; y concededme por los méritos del Glorioso Mártir Ermitaño San Magín el auxilio de vuestra Divina gracia, para hacer dignamente, y con toda devoción este santo Novenario, a honra y gloria vuestra y de vuestro Glorioso Mártir, y provecho mío. Amén.

DÍA PRIMERO – 10 DE AGOSTO

PASO DE HISTORIA.

Nació el Glorioso Mártir Ermitaño San Magín en el Principado de Cataluña, en la Ciudad de Tarragona, de Padres Cristianos, y virtuosos, en tiempo que aún reinaba el Gentilismo, y eran perseguidos los Cristianos por los Gentiles e Infieles: El cual por seguir a Jesucristo desnudo, y renunciar a cuanto el mundo apetecía, vendiendo su Patrimonio le distribuyó con los Pobres, eligiendo la pobreza voluntaria por merecer los Cielos.

   

SÚPLICA AL SANTO MÁRTIR

¡Oh Mártir Gloriosísimo! Que supiste renunciar y despreciar lo perecedero y caduco por seguir a Jesucristo, y para alcanzar el Cielo: Ruégoos con toda humildad que me alcancéis de Dios, por vuestros merecimientos y santa intercesión, el desprecio de cuanto aprecia el mundo; y que quede mi corazón desasido de las riquezas y haberes, a que está el mundano asido y apegado: para que siguiendo con Pobreza de espíritu a mi Señor Jesucristo, merezca, imitándoos a Vos, las verdaderas riquezas, que son aquellas del Cielo. Amén.

Cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías, y cinco Gloria Patris, alternando uno con otro, esto es, Padre nuestro, Ave María, Gloria Patri; y esto cinco veces.

OFRECIMIENTO

¡Mi Dios, y mi Redentor Jesucristo! Yo os ofrezco estos cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y cinco Gloria Patris, dichos a honra y gloria vuestra y del Glorioso Mártir y Ermitaño San Magín; Ruégoos, Señor, por los méritos de este Glorioso Santo, me concedáis el Favor y Gracia que por su intercesión os pido: Paz y Concordia entre los Príncipes Cristianos, y Exaltación de la Santa Fe Católica: y manteniéndome siempre en vuestra santa amistad, mientras me duraren los alientos de la vida, merezca, después de ella, ver vuestra Divina Cara por los siglos de los siglos. Amén.

   

GOZOS DE SAN MAGÍN, MÁRTIR ERMITAÑO

  

Pues que en lo sumo del Cielo

Triunfáis siempre virtuoso:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

La Divina Providencia

Quiso que en una montaña

Llamada la Brufagaña

Hiciérades penitencia:

Donde os venera el desvelo 

Cristiano y Religioso:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

No pudo estar ocultada 

Luz tan clara en una cueva;

Predicábais la Ley nueva 

Por Jesucristo enseñada, 

Convirtiendo vuestro celo 

A un concurso numeroso:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

Imperando Maximiano 

De Cristo perseguidor,

A Tarragona un Pretor 

Envió, dicho Daciano, 

Que con un furioso anhelo 

Os buscó muy ansioso:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

Cuando os preguntó si erais 

Aquel Mago encantador 

Rebelde al Emperador, 

Qué la verdad le dijerais, 

Respondiste, que en el Cielo 

Hay solo un Dios, vuestro Esposo:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

Al punto os atormentaron,

Y en la Cárcel os pusieron,

Los Ángeles os abrieron,

Y las cadenas soltaron:

Y luego a la Cueva el vuelo

Tomaste muy presuroso:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

A vuestra Cueva se fueron,

Viendo que os habíais ido,

En que cual ave en su nido

Os hallaron, y os prendieron

Arrastrándoos por el suelo

De aquel monte tan fragoso:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

Recibiendo mal notable

Por haberos arrastrado,

Sacaste con el Cayado

Una fuente saludable,

Sin recibir algún duelo

Os mostraste piadoso:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

Volvisteis a vuestra Cueva,

Y otra vez os arrastraron

Hasta a donde os degollaron

(Que es de vuestra Fe la prueba):

Los Cristianos, sin recelo,

Os dan un Sepulcro honroso:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

Lo que pasma a todo el mundo

Es que aquellos, que intentaron

Ver vuestro cuerpo, cegaron

(Que es un misterio profundo);

Pero, en este desconsuelo,

Les dais la vista amoroso:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

Las mujeres cuando paren,

Y os invocan con fervor,

Las libra nuestro Señor

Del dolor en que se hallaren

Y de todo desconsuelo,

Haciendo el parto dichoso:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

Sois para el mal de Viruelas

Abogado singular,

Cuando os van á reclamar 

Se hallan todos libres de ellas 

Impetrándoles del Cielo 

La salud muy portentoso:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

Contra toda enfermedad 

Sois Medico Celestial, 

Y aplicáis siempre el raudal

De la vuestra gran piedad,

Siendo vuestra Agua el modelo,

En que os mostráis milagroso:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

     

Pues que en lo sumo del Cielo

Gozáis de eterno reposo:

Alcanzadnos el consuelo,

Magín, Mártir Glorioso.

    

℣. Rogad por nosotros, bienaventurado San Magín.

℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

   

ORACIÓN

Os suplicamos nos concedáis, Dios omnipotente, que por la intercesión de vuestro bienaventurado mártir San Magín, seamos libres de toda adversidad en el cuerpo, y nuestras almas sean purificadas de todo mal pensamiento. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

  

En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén. 

  

DÍA SEGUNDO – 11 DE AGOSTO

Acto de contrición, y Deprecación.

  

PASO DE HISTORIA.

Después que el Glorioso Mártir San Magín hubo distribuido su Patrimonio con los Pobres vistiéndose de Ermitaño, se partió de la Ciudad de Tarragona su Patria, para los montes de Brufagaña, distantes cosa de media jornada, en compañía de dos Hermanos que tenía: y allí despidiéndose de ellos se quedó solo y solitario en una cueva para pasar en ella en soledad, penitencia y mortificación lo restante de su vida, y para salir desde allí, a imitación de Cristo su Soberano Maestro, a predicar la Fe y Religión Cristiana a los Gentiles e Infieles, y confortar a los Cristianos que por causa de la persecución vacilaban con peligro de dejarla.

SÚPLICA AL SANTO MÁRTIR

¡Oh Mártir Gloriosísimo! Que supiste no solo despreciar lo caduco y transitorio por seguir a Jesucristo vuestro Divino Maestro, sí que también retiraros a un desierto y quedaros solitario, y sin compañía aun de vuestros propios Hermanos, para ejercitaros mejor en la penitencia en una áspera cueva; y salir desde allí a predicar a los Infieles la Fe y Religión Cristiana, y confortar a los Cristianos que vacilaban en ella: Ruégoos, con toda humildad, que me alcancéis de Dios, por vuestros merecimientos y poderosa intercesión, que viva de tal manera en el mundo como si en él no viviera; y tan ajeno de carne y sangre, como si no la tuviera; empleándome solamente en su santísimo servicio y ejercicios penitentes y de mortificación, según lo permitiere la prudencia y mi estado; manteniéndome en la Católica Fe que recibí en el Bautismo, mientras que me durare la vida. Amén.

  

Cinco Padre nuestros, con cinco Ave Marías, y cinco Gloria Patris. El Ofrecimiento y los Gozos se dirán todos los días.

   

DÍA TERCERO – 12 DE AGOSTO

Acto de contrición, y Deprecación.

  

PASO DE HISTORIA.

Después que el Glorioso San Magín se hubo despedido de sus Hermanos, quedándose en la cueva de la Brufagaña, en que vivió por espacio de treinta años haciendo áspera y rigurosa Penitencia; moviendo la crueldad de los Tiranos impíos Emperadores Romanos Diocleciano y Maximiano la más tirana y cruel persecución contra los Cristianos, haciendo morir a muchos con exquisitos y cruelísimos martirios: Encendido de Amor de Dios y de la Ley de su Santísimo Hijo nuestro Señor Jesucristo salió al instante a predicarla con mayor fervor y celo: Lo que oído por el Presidente Daciano, que se hallaba en Tarragona, fue preso, encarcelado y puesto cargado de grillos y de cadenas, en una obscurísima mazmorra, en que fue atormentado con muchos otros tormentos, que llevó por amor de Jesucristo y su Fe con paciencia y constancia.

SÚPLICA AL SANTO MÁRTIR

¡Oh Mártir Gloriosísimo! Que supiste no solo ejercitaros en los santos ejercicios de Penitencia, Mortificación y Soledad en vuestra cueva de la Brufagaña; sí que también salir de ella para predicar la Fe de Jesucristo vuestro Divino Maestro y defenderla cuando se hallaba más cruelmente perseguida, aunque fuese a costa de hallaros preso, cargado de grillos y de cadenas, y puesto dentro de una obscura mazmorra: Ruégoos con toda humildad que me alcancéis de Dios por vuestros merecimientos y poderosa intercesión, que lleve con paciencia, y santa resignación a la Divina Voluntad, los trabajos y aflicciones de esta miserable vida, para merecer la Gloria. Amén.

  

Cinco Padre nuestros, con cinco Ave Marías, y cinco Gloria Patris. El Ofrecimiento y los Gozos se dirán todos los días.

   

DÍA CUARTO – 13 DE AGOSTO

Acto de contrición, y Deprecación.

  

PASO DE HISTORIA.

Después de haber mandado el Tirano Daciano poner al Santo Mártir Magín en la obscurísima mazmorra, y haber ejercitado con grillos, cadenas y otros tormentos su invicta paciencia: Dispuso la Providencia Divina para gloria del Santo y confusión del Tirano que se apoderase el demonio del cuerpo de una única hija que Daciano tenía, además de tener por la Infidelidad aprisionada su alma; diciendo y publicando el demonio que no saldría del cuerpo que poseía, hasta que le sacase y le desposeyese el Ermitaño que estaba preso y atado en la mazmorra. Mandó el Padre que le soltasen y llevasen a la presencia de su hija, y apenas el Santo estuvo en ella cuando movido de caridad, olvidando la injuria que su Padre le hacía, rogó por ella a Dios, y al instante quedó libre del demonio la doncella.

SÚPLICA AL SANTO MÁRTIR

¡Oh Mártir Gloriosísimo! Que supiste a imitación de Cristo vuestro Divino Maestro perdonar a aquellos que os perseguían, rogar por ellos y aun hacerles bien, por mas que fueran indignos: Ruégoos con toda humildad que me alcancéis de Dios, por vuestros merecimientos y santa intercesión, la Caridad con mis prójimos, el perdón de todos mis enemigos, y el rogar y hacerles bien, aunque sean mis contrarios, y reciba de ellos injurias; para que mereciendo de esta suerte el perdón de mis culpas y pecados, goce después de la Gloria en los Cielos. Amén.

  

Cinco Padre nuestros, con cinco Ave Marías, y cinco Gloria Patris. El Ofrecimiento y los Gozos se dirán todos los días.

   

DÍA QUINTO – 14 DE AGOSTO

Acto de contrición, y Deprecación.

  

PASO DE HISTORIA.

Después de haber el Glorioso Mártir San Magín obrado el milagro de echar del cuerpo de la hija del Presidente al demonio; cuando en agradecimiento de aquel favor, que por los méritos del Santo le había hecho Dios, debía soltarlo de las cadenas y darle la libertad; mandó el cruel Tirano ponerle en otra mazmorra aun peor que la primera, y doblarle los tormentos; pero Dios que jamás desampara a sus Siervos, dispuso que al punto de media noche se le abrieran las puertas y se fuera otra vez el Santo a su cueva a continuar su soledad y áspera penitencia, hasta que llegase la hora que tenía destinada su altísima Providencia de que diese por Él, y por la Fe de su Santísimo Hijo nuestro Señor Jesucristo, en manos de la crueldad, los alientos de su vida.

SÚPLICA AL SANTO MÁRTIR

¡Oh Mártir Gloriosísimo! Que supiste no solamente hacer bien a quien os hacía mal, sí que también suportar con doblada paciencia la ingratitud del Tirano Daciano, y los doblados tormentos con que cruelmente os afligía en pago del favor que le había hecho Dios por vuestros merecimientos, y lograr la libertad que el Cielo os franqueaba, por poder continuar vuestra áspera penitencia hasta que llegase el fin y término de vuestra vida: Ruégoos con toda humildad, que me alcancéis de Dios por vuestros merecimientos y santa intercesión, que sufra con paciencia los que me fueren ingratos: y librándome el Cielo de los grillos y cadenas en que me tienen aprisionado mis culpas y mis pecados, logre yo la libertad para hacer, hasta el fin de mi vida, penitencia de ellos. Amén.

  

Cinco Padre nuestros, con cinco Ave Marías, y cinco Gloria Patris. El Ofrecimiento y los Gozos se dirán todos los días.

   

DÍA SEXTO – 15 DE AGOSTO

Acto de contrición, y Deprecación.

  

PASO DE HISTORIA.

Librado el Mártir Glorioso San Magín de la cárcel en que en la Ciudad de Tarragona le tenía Daciano, salióse de la Ciudad por la puerta dicha del Carro, abriéndosela los Ángeles, como le habían abierto las puertas de la mazmorra; y a la mañana hallándole que faltaba, mandó el Tirano Daciano salir por todas las puertas de la Ciudad gente armada que le buscasen, con orden de que, en cualquier parte que fuese hallado, se le quitase la vida. Salieron los Ministros Infernales, y los que acertaron a salir por la puerta dicha del Carro, por la cual había salido el Santo, quedaron imposibilitados para pasar adelante, cayéndose unos muertos, otros volviéndose ciegos, y otros paralíticos: dándoles a comprender con este milagro, que sin su permisión, nada puede la malicia y crueldad en los suyos.

SÚPLICA AL SANTO MÁRTIR

¡Oh Mártir Gloriosísimo! Cuya Fe y Santidad para acreditarlas el Cielo, multiplicó los prodigios, haciendo que de aquellos que persiguiéndoos os seguían, los unos cayeran muertos y los otros se volvieran paralíticos y ciegos, para que quedaran persuadidos que sin la Divina permisión, nada podían en Vos aquellos vuestros contrarios: Ruégoos con toda humildad, que me alcancéis de Dios por vuestros merecimientos y santa intercesión, que cuando me halle maltratado y perseguido, sepa conocer que es su disposición, o para castigar mis culpas, o para darme en esta vida cómo merecer los Cielos, conformándome en todo con su santísima voluntad. Amén.

  

Cinco Padre nuestros, con cinco Ave Marías, y cinco Gloria Patris. El Ofrecimiento y los Gozos se dirán todos los días.

   

DÍA SÉPTIMO – 16 DE AGOSTO

Acto de contrición, y Deprecación.

  

PASO DE HISTORIA.

No obstante que los infernales Ministros que salieron por la puerta dicha del Carro habían quedado muertos, o paralíticos o ciegos: no queriendo Dios obrar el mismo milagro con los que salieron por las otras puertas, por no diferirle al Santo la Corona del Martirio, se fueron algunos de estos en derechura a la Brufagaña, y cueva donde le hallaron primero: y encontrándole en su acostumbrada Oración y penitentes ejercicios; asiéndose de él como perros rabiosos le arrastraron cuesta abajo hasta un barranco que está al pie de la Brufagaña, lastimando y ensangrentando su Cuerpo por las piedras y malezas; cargándole no solamente de golpes, sí que también de mil baldones y oprobios.

SÚPLICA AL SANTO MÁRTIR

¡Oh Mártir Gloriosísimo! Que supiste por amor de Jesucristo y de su Santísima Fe tolerar con invicta fortaleza el ser arrastrado entre malezas y piedras, y sin esto sufrir muchos baldones e injurias: Ruégoos con toda humildad, que me alcancéis de Dios por vuestros merecimientos y santa intercesión, sepa yo sufrir con invencible tolerancia los oprobios, afrentas y maledicencias con que me arrastraren mis enemigos: para merecer con esto el poder cantar en el Cielo, por toda una eternidad, sus divinas alabanzas. Amén.

  

Cinco Padre nuestros, con cinco Ave Marías, y cinco Gloria Patris. El Ofrecimiento y los Gozos se dirán todos los días.

   

DÍA OCTAVO – 17 DE AGOSTO

Acto de contrición, y Deprecación.

  

PASO DE HISTORIA.

Fatigados los cruelísimos Verdugos de arrastrar y maltratar al Santo Mártir desde su cueva hasta el barranco, distancia bien cerca de un cuarto de hora, entre malezas y piedras y apretados de la sed, por ser en tiempo de los mayores calores (pues era a diez, y nueve de Agosto) constándoles por el suceso de haber librado del demonio a la hija del Presidente, que el Santo sabía volver beneficios por agravios, y favores por tormentos: Por no hallarse agua en ninguno de aquellos secos contornos; le pidieron que supuesto hacía milagros, les socorriese con ella, pues les tenía la sed casi en mortales aprietos. Compadecido el Santo de verles en semejantes ahogos, hizo una breve Oración a Dios; y luego hiriendo con su báculo la tierra, hizo soltar una caudalosísima fuente, con cuyas aguas quedaron refocilados, y libres de sus mortales angustias.

SÚPLICA AL SANTO MÁRTIR

¡Oh Mártir Gloriosísimo! Que supiste compadeceros aun de vuestros enemigos al mismo tiempo que os arrastraban y os maltrataban crueles, socorriéndoles con abundancia de agua cuando estaban más sedientos, y librarles de unos ahogos mortales: Ruégoos con toda humildad, que me alcancéis de Dios, por vuestros merecimientos y santa intercesión, que sepa yo hacer lo mismo con todos los necesitados; y especialmente con aquellos que me hicieren los mayores agravios y vilipendios: para que imitando vuestra Santa Compasión, merezca el alivio en mis trabajos y penas, y después acompañaros en los eternos descansos. Amén.

  

Cinco Padre nuestros, con cinco Ave Marías, y cinco Gloria Patris. El Ofrecimiento y los Gozos se dirán todos los días.

   

DÍA NOVENO – 18 DE AGOSTO

Acto de contrición, y Deprecación.

  

PASO DE HISTORIA.

Después de haber bebido los Ministros infernales de las aguas de la milagrosa Fuente con que el Mártir San Magín les había regalado, se durmieron: disponiéndolo así el Cielo para dar lugar al Santo de volverse a su cueva a prepararse para el último trance de su glorioso martirio. Fuese a ella y despertando los Verdugos, viendo que se les había escapado, subieron; y hallándole allí en Oración, le cogieron, olvidados del beneficio de la milagrosa Agua que habían de él recibido: y arrastrándole otra vez por las malezas y piedras, hasta medio camino del monte de Brufagaña, ejecutando el mandato que tenían del Presidente Daciano, crueles le degollaron: y fue su bendita Alma al mismo instante a gozar de Dios por toda una eternidad en el Cielo, laureada con la Palma, y Corona del martirio, a diez y nueve de Agosto después de la Encarnación del Señor, Año trescientos sesenta.

SÚPLICA AL SANTO MÁRTIR

¡Oh Mártir Gloriosísimo! Que supiste no solamente tolerar tantos tormentos, sí que aun morir degollado y dar la vida por. Cristo vuestro Divino Maestro: Ruégoos con toda humildad, que me alcancéis de Él, por vuestros merecimientos y santa intercesión, Fortaleza, Perseverancia y Constancia en padecer por su Divino Amor, los trabajos de esta miserable vida: y si importa por la Fe y Religión Cristiana (que profeso) darla a manos de la crueldad; asistido siempre de su Soberana Gracia, y ser coronado después con la Corona de la Gloria. Amén.

  

Cinco Padre nuestros, con cinco Ave Marías, y cinco Gloria Patris.

   

OFRECIMIENTO DE TODO EL NOVENARIO

¡Oh mi Dios y mi Redentor Jesucristo! Yo os ofrezco todo este santo Novenario, hecho a honra y gloria vuestra, y de vuestro Glorioso Mártir y Ermitaño San Magín. Ruégoos, Señor, por los méritos e intercesión de este glorioso Santo, me concedáis los favores y gracias, que en él os he pedido (si conviene para vuestra gloria y salvación de mi Alma; y sobre todo que se haga vuestra voluntad Santísima), Paz y Concordia entre los Príncipes Cristianos, y Exaltación de la Santa Fe Católica: y manteniéndome siempre en vuestra Santa Amistad mientras me duraren los alientos de la vida, merezca después de ella ver vuestra Divina Cara, por los siglos de los siglos. Amén.

   

Los Gozos se dirán todos los días.