martes, 1 de agosto de 2023

POSTALES DEL PASADO: RATZINGER Y LA JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD EN COLONIA

ADVERTENCIA: Las imágenes que se presentarán en este artículo no son aptas para menores de edad o personas impresionables, por lo que se recomienda encarecidamente discreción al lector.

En el año 2005, a un recién elegido Joseph Ratzinger le tocó asistir a la Jornada Mundial de la Juventud que se realizó en Colonia (Alemania), donde abundaron las siguientes escenas (tomadas de TRADITION IN ACTION):


Un presbítero y una monja bailando en la tarima frente a la catedral de Colonia. - Jóvenes vestidas de blanco danzando alrededor de la mesa donde el “Santísimo Sacramento” está expuesto en una custodia.

Parejas jóvenes llegando a la estación de trenes de Colonia a pasar cinco días y sus noches juntos. - Una pareja acostada en el suelo en sus sacos de dormir durante la “Misa” de Benedicto XVI. - Un personaje hippie enrolla camándulas alrededor de su cabeza como una bandana sosteniendo una bandera de la Santa Sede. - Una chica teniendo tatuada una cruz en su estómago. - Jóvenes se cubren con la bandera de su país, dando la impresión de que están desnudos. Una pareja abrazándose en una atmósfera de gran libertad moral.

   
Una escena común en las JMJs: una joven pareja besándose en lo que parece un ambiente de completa libertad. 

Adolescentes de ambos sexos durmiendo juntos entre sí sin ninguna barrera para impedir que sus malos instintos se desaten. - Una manifestación de amor en un estilo típico de Woodstock. - Un punketo sonriente con un corte de cabello extravagante como si estuviera siendo bendecido por el pasacalles de Benedicto XVI. - Otro punketo se siente cómodo en el ambiente de tolerancia de «Colonia 2005» [en alemán, «Köln 2005»]. - Chicos sin camiseta y chicas en pantalones cortos se sumergen en las aguas del río Rin para saludar al bote de Benedicto XVI, llegando a la JMJ.


   
Colonia, 16 a 21 de Agosto de 2005. La monja belga sor Johanne Vertommen baila con el presbítero misionero John en dos escenas de la Jornada Mundial de la Juventud de 2005.

Las imágenes fueron publicadas por el diario flamenco Het Laatste Nieuws. Cuando un periodista le preguntó a la hermana Johanne, de 29 años, sobre los pasos de baile, respondió: «Mi madre superiora mencionó el tema hoy: ella cree que yo debería tener más cuidado y recordar que represento a nuestra comunidad».

Es decir, por esta conducta pública indecente (para cualquier joven, pero más particularmente para una monja), la hermana Johanne no recibió ningún reproche, sino un recordatorio de prudencia. Tampoco se tienen informes de reproche alguno al padre John...

Como justificación por su conducta, sor Johanne añadió: «Yo no haría esto en casa, pero en este tipo de ocasiones me dejo llevar por el entusiasmo de la gente».

Si sor Johanne y el padre John hicieron esto a plena luz del día frente a las cámaras de noticias, uno puede solamente preguntarse qué acciones los llevaría a hacer su desenfrenado «entusiasmo» si estuvieran solos.

También, si las personas religiosas se indulgen en esta clase de «entusiasmo» típico de una Jornada Mundial de la Juventud, ¿qué puede uno imaginarse respecto de las parejas no casadas que se permiten dormir juntas durante el encuentro de seis días?
 
    

Para expresar su entusiasmo por Ratzinger, varias jóvenes se tatuaron la espalda baja con la frase: «¡Yo amo al Papa!» [En alemán, «Ich liebe den Papst!»].

Indiscutiblemente es una forma original para expresar devoción al Papado.
  
No hay duda que otras iniciativas así fueron permitidas por los clérigos que dirigen a las chicas.
    
Un «signo de los tiempos» que indica a qué conduce la formación de la juventud. Es un buen ejemplo de los frutos del Vaticano II en el presente pastoral también.

A juzgar por los colores que tienen los echarpes alrededor de la cintura, las jóvenes mujeres hacem parte de una delegación bávara a la Jornada Mundial de la Juventud 2005 en Colonia.
  
Cuando eso, era LA EUFORIA porque por primera vez en siglos, tenían en Ratzinger un pontífice alemán. Nada hacía presagiar ni el “Camino Sinodal”, ni los escándalos de abuso sexual clerical (y que el mismo Ratzinger estuviese señalado por presunto encubrimiento), ni que actualmente más de 500.000 alemanes se desafiliasen de la Iglesia Conciliar para quitarse del “Impuesto eclesiástico”.
 
Bueno, el punto al que queremos llegar es que las Jornadas Mundiales de la Juventud no tienen nada de espiritualidad sólida ni doctrina católica para ofrecer.

1 comentario:

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