sábado, 5 de agosto de 2023

BERGOGLIO, «VÍCTIMA DEL ESPÍRITU SANTO» (Sí, cómo no)

Noticia tomada de NOVUS ORDO WATCH.
   
EN NUEVA ENTREVISTA, BERGOGLIO ATACA A LOS TRADICIONALISTAS Y SE DECLARA «VÍCTIMA DEL ESPÍRITU SANTO»
Extensa conversación publicada en español…
     

Pocas personas aman hablar de sí mismos como el octagenario apóstata Jorge Mario Bergoglio Sívori de Buenos Aires. Bajo su apropiado mote de ‘Papa Francisco’, la verborrea que continuamente sale de sus labios profanos hace inmenso daño a las incontables almas que piensan erróneamente que este jesuita modernista es un verdadero Papa de la Iglesia Católica, el Vicario de Cristo, el Padre y Maestro de todos los cristianos.
    
El evento de ‘Woodstock católico’ formalmente conocido como Jornada Mundial de la Juventud está actualmente en curso, y durante este tiempo el medio religioso marista acuartelado en España Vida Nueva publicó una nueva entrevista colosal con el gárrulo jesuita.
   
Ya han aparecido reportes iniciales de la larga conversación:
Vida Nueva ha publicado el siguiente vídeoclip de 7½ minutos, mostrando apartes de la entrevista con Bergoglio:
    
  
La entrevista es tan larga que Vida Nueva la ha dividido en varias publicaciones separadas. El texto completo es solo disponible para suscriptores, pero algo de lo que ha sido hecho disponible al público por Vida Nueva puede encontrarse en inglés aquí:
    
Entre las partes más explosivas de la entrevista están las siguientes palabras del hombre a quien no sin razón llamamos “Paco Caos”. Él responde a una pregunta sobre la “rigidez” que aparentemente se encuentra actualmente en los sacerdotes más jóvenes, más conservadores y tendientes al tradicionalismo:
«FRANCISCO: Esa rigidez es de gente buena que quiere servir al Señor. Reaccionan así porque tienen miedo ante un tiempo de inseguridad que estamos viviendo, y ese miedo no les deja andar. Hay que quitarles este temor y ayudarles. Por otro lado, esa coraza esconde mucha podredumbre. Ya he tenido que intervenir algunas diócesis de varios países con unos parámetros parecidos. Detrás de ese tradicionalismo, hemos descubierto problemas morales y vicios graves, dobles vidas. Todos sabemos de obispos que, como necesitaban curas, han echado mano de personas a las que habían echado de otros seminarios por inmorales.
    
La rigidez no me gusta porque es un mal síntoma de vida interior. El pastor no puede darse el lujo de ser rígido. El pastor tiene que estar a mano de lo que venga.
     
Alguien me dijo hace poco que la rigidez de los sacerdotes jóvenes brota porque están cansados del actual relativismo, pero no siempre es así. A los obispos les pido que tengan cuidado con esta deriva y que tengan claro que no solo las “beatas Imeldas” son los mejores curas. Si uno te pone cara de “santito” y le da la vuelta los ojos, desconfía. Necesitamos seminaristas normales, con sus problemas, que jueguen al fútbol, que no vayan a los barrios a dogmatizar… A mí me ayudaba pedir informes a las mujeres de las parroquias, a los coadjutores y a los hermanos donde iban los seminaristas…
    
P.- Una vez ordenados esos sacerdotes identificados como “rígidos”, ¿cómo se les acompaña para que se sumen al Vaticano II? Porque, en el fondo, sufren por no ser capaces de acoger lo que viene…
R.- Ahí hacen falta esos pastores con muñeca, esos curas que son vivos y pasaron la mediana edad. Ellos tienen la experiencia y la paciencia para acompañarlos. Lentamente, los van “ablandando”. Cuando ven que acoger el Concilio no es una amenaza para el magisterio, se “ablandan”. Pero no es fácil, porque el clericalismo siempre está ahí.
    
Hay gente que vive atrapada en un manual de teología, incapaz de meterse en los problemas y hacer que la teología vaya adelante. La teología estancada me hace recordar eso de que el agua estancada es la primera que se corrompe, y la teología estancada crea corrupción. Tanto los movimientos de izquierdas como de derechas que se quedan estancados, crean corrupción…» (“El papa Francisco a Vida Nueva: ‘Soy una víctima del Espíritu Santo…’”, Vida Nueva; negrillas en el original).
   
Aquí vemos el típico enfoque bergogliano: La rigidez es considerada un problema a prióri, como si no hubiera una explicación posible para ello. En cambio, insiste el pseudopapa, tiene su origen en algún problema psicológico, o al menos en el miedo a la incertidumbre, y posiblemente incluso en la corrupción o una doble vida que oculta una inmoralidad grave. Es asombrosamente irónico que Francisco parezca querer en cambio una “muñeca” para permitir el “acompañamiento” necesario hacia la fase bergogliana de la religión del Vaticano II. La rigidez es buena a veces, ¡¿cierto?!

Considerando los últimos diez años de pseudopontificado bergogliano en curso, está claro que ser podrido, esclavo de los vicios, o llevar una doble vida es la forma más rápida para conseguir una promoción de este “papa”. No, a Francisco no le preocupan los verdaderos pecados del clero, públicos o secretos. Si lo estuviera, no se habría rodeado de semejantes sabandijas como el “obispo” Gustavo Óscar Zanchetta, el “cardenal” Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga SDB, o “monseñor” Battista Mario Salvator Ricca, entre otros. Su muletilla «¿Quién soy yo para juzgar?», es aplicada selectivamente.
   
Pero ahora, Bergoglio considera que los pecados de la carne son «los pecados menos graves». Por otro lado, cuando llega a la “rigidez”, él la denuncia como una “perversión”. Asimismo, la idolatría, el culto de la criatura en vez de a Dios, no es la gran cosa para él, a menos que él esté hablando sobre alguna ‘idolatría’ imaginaria, como la «idolatría de las ideas» o el «el espacio es más grande que el tiempo». Lo mismo pasa con la blasfemia, la cual denuncia solo cuando realmente no está presente. También está feliz de participar en el paganismo, mientras al mismo tiempo deplora el proselitismo como ‘pagano’ y denuncia el tradicionalismo como un «paganismo de pensamiento».
  
La obsesión subyacente de Bergoglio con la rigidez parece tener un origen diferente: Él adhiere a la denominada “Nueva Moral”, la cual es esencialmente un tipo de ética de la situación, que no conoce de principios morales objetivos que sean perennemente válidos para todos los tiempos, sino que en cambio traza toda la moral de una situación concreta determinada. El Papa Pío XII condenó rotundamente este “existencialismo ético”:
«La “nueva moral” afirmas que la Iglesia, en  vez de sostener la ley de la libertad humana y el amor, y de demandaros la dinámica que es digna de la vida moral, se basa casi exclusivamente en sí misma y con excesiva rigidez, en la firmeza y la intransigencia de la ley moral cristiana, recurriendo frecuentemente a las expresiones “estás obligado a”, “no es lícito”, las cuales tienen demasiado aire de una degradante pedantería.
    
… ocurre frecuentemente que la acusación de rigidez opresiva hecha contra la Iglesia por parte de la “nueva moral” ataca primeramente, en realidad, a la adorable Persona de Cristo» (Papa Pío XII, Radiomensaje “La Familia”, 23 de Marzo de 1952).
Nota que la afirmación atacada aquí por Pío XII, (que la Iglesia es demasiado rígida en su enseñanza moral) es precisamente de lo que Francisco se queja cuando denuncia la “casuística”, elogia al P. Bernard Haring, o se queja de “seguir reglas rígidas”.
   
Los comentarios susbsiguientes de Francisco sobre «viv[ir] atrapad[o] en un manual de teología» (como si eso fuera algo malo, o siquiera algo común en su secta modernista), revela su arraigado desprecio al Neoescolasticismo que prevaleció en las décadas anteriores al Vaticano II. El Papa San Pío X habló sabiamente de los modernistas:
«Tres son principalmente las cosas que tienen por contrarias a sus conatos: el método escolástico de filosofar, la autoridad de los Padres y la tradición, el magisterio eclesiástico. Contra ellas dirigen sus más violentos ataques. Por esto ridiculizan generalmente y desprecian la filosofía y teología escolástica, y ya hagan esto por ignorancia o por miedo, o, lo que es más cierto, por ambas razones, es cosa averiguada que el deseo de novedades va siempre unido con el odio del método escolástico, y no hay otro más claro indicio de que uno empiece a inclinarse a la doctrina del modernismo que comenzar a aborrecer el método escolástico. Recuerden los modernistas y sus partidarios la condenación con que Pío IX estimó que debía reprobarse la opinión de los que dicen: “El método y los principios con los cuales los antiguos doctores escolásticos cultivaron la teología no corresponden a las necesidades de nuestro tiempo ni al progreso de la ciencia. Por lo que toca a la tradición, se esfuerzan astutamente en pervertir su naturaleza y su importancia, a fin de destruir su peso y autoridad” [Sýllabus Errórum, proposición 13.ª]» (Papa San Pío X, Encíclica “Pascéndi Domínici gregis”, n. 42; subrayado añadido).
Además, el comentario idiota de Bergoglio que «la teología estancada crea corrupción» muestra que él está casado con el error de la Nouvelle Théologie (Nueva Teología), el cual se remonta a Maurice Blondel (1861-1949), respecto al origen de la verdad.
   
San Pío X advirtió que los modernistas
«llevan su locura hasta pervertir el eterno concepto de la verdad, a la par que la genuina naturaleza del sentimiento religioso: para ello han fabricado un sistema “en el cual, bajo el impulso de un amor audaz y desenfrenado de novedades, no buscan dónde ciertamente se halla la verdad y, despreciando las santas y apostólicas tradiciones, abrazan otras doctrinas vanas, fútiles, inciertas y no aprobadas por la Iglesia, sobre las cuales —hombres vanísimos— pretenden fundar y afirmar la misma verdad” [Papa Gregorio XVI, Encíclica “Singulári Nos”, n. 8]» (Papa San Pío X, Encíclica “Pascéndi Domínici gregis”, n. 11).
En su Sýllabus de errores modernistas de 1907, el mismo Papa condenó la siguiente proposición: «La verdad no es más inmutable que el hombre mismo, y que con él, en él y por él evoluciona» (Decreto del Santo Oficio “Lamentábili sane éxitu”, proposición 58.ª; Denz. 2058).
   
En 1924, el Papa Pío XI condenó 12 errores de la denominada Filosofía de la Acción, entre los que están los siguientes:
«[CONDENADAS:]
   
III. Ninguna proposición abstracta puede ser considerada como verdad inmutable.
   
V. Por ende, la verdad no es hallada en ningún acto particular del intelecto, en el cual tendría “conformidad con el objeto”, como dicen los escolásticos, sino que la verdad está siempre en el comienzo, y existe en la equivalencia progresiva del intelecto y la vida, es decir, en cierta moción perpetua, por la cual el intelecto trata de desarrollar y hacer conocido lo que la experiencia trae o demanda la acción, pero todavía en estos términos: Como es ley que todo está en progreso, nada puede considerarse confirmado y firmemente establecido.
    
XII. Aun después de concebida la fe, el hombre no debería apoyarse en los dogmas de la religión y adherir constante e irrevocablemente a ellos, sino que siempre permanezca ansioso de progresar a una verdad ulterior, a saber, desarrollando nuevos sentidos e incluso corrigiendo lo que cree» (Suprema y Sagrada Congregación del Santo Oficio, Condena de 12 proposiciones pertenecientes a la Filosofía de la Acción, 1 de Diciembre de 1924).
El 17 de Septiembre de 1946, el Santo Padre Pío XIi se dirigió de la siguiente manera a los jesuitas (!) respecto a la Nueva Teología:
«Muchas cosas se han dicho pero sin fundamento suficientemente razonado sobre la “Nueva Teología”, que evoluciona simultáneamente a una con todas las demás cosas humanas, siempre en marcha, sin llegar nunca. Si tal opinión se admitiera, ¿a qué se reducirían los dogmas católicos que nunca cambian? ¿Qué sería de la unidad y establilidad de la fe?» (Papa Pío XII, Alocución “Quámvis inquiéti”).
¿Qué en realidad? No es accidental que Francisco diga en la misma entrevista con Vida Nueva que él quiere que los sacerdotes jueguen fútbol en vez de predicar el dogma, como los Apóstoles, ¿cierto? «el sumo sacerdote los interrogó, diciendo: “Nosotros os teníamos prohibido con mandato formal que enseñaseis en ese Nombre; y en vez de obedecer, habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis hacernos responsables a nosotros de la sangre de ese hombre”» (Hechos V, 27b-28/Versión de Mons. Félix Torres Amat; subrayado añadido).
     
Por supuesto que jugar fútbol y predicar la Fe Católica no tienen que ser mutuamente excluyentes. De hecho, un buen apóstol encontrará formas creativas para hacerse parte de una comunidad y atraer a las almas a fin de predicarles la Fe Católica, como hizo San Juan Bosco. No sorprende que veamos a Francisco usar una vez más la táctica de la falsa dicotomía para promover su perversa ideología.
   
Francisco sabe que no le queda mucho tiempo en esta tierra. Trágicamente, en vez de arrepentirse de su apostasía, parece querer gastar todo lo que Dios puede aún darle para hacer tanto daño a las almas como le sea posible.
   
De cualquier manera, no perderá su recompensa eterna.
   
Fuente de la imagen: YouTube (captura de pantalla)
Licencia: Uso justo.

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