El general del ejército francés Jean-Louis Georgelin, de 74 años, representante del gobierno francés en la supervisión de la reconstrucción de la Catedral de Nuestra Señora en París después del incendio de Abril de 2019, murió el viernes 18 de Agosto.
El ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y ex Canciller de la Legión de Honor, cayó de Mont Valier a una altura de 2.650 metros (8.690 pies), cerca del collado Faustin en los Pirineos, mientras practicaba senderismo. Su muerte fue calificada como un accidente por el fiscal de Foix, mientras se realizan las investigaciones.
Después que Georgelin no regresara al refugio de Estagnous, a 2.246 metros (7.379 pies) de altitud, un pelotón de gendarmería de alta montaña encontró su cadáver.
Hijo de los capitanes Jacques Georgelin y Marcelle Claverie, y ex comandante de operaciones militares en Costa de Marfil, Afganistán, Bosnia, Argelia y el Líbano, Jean-Louis dijo sobre el papel que le diera Macron en la reconstrucción:
«No es anormal [en la anticlerical Francia] elegir a un católico [Georgelin era oblato benedictino y miembro de la Academia Católica de Francia, N. del E.] para tal misión. Mi papel es retornar la catedral a la religión católica en las mejores condiciones posibles».
Pero en 2019, cuando el arquitecto Philippe Villeneuve dijo en la Asamblea Nacional que había que reconstruir la aguja de la catedral en su forma original siguiendo el Código de Patrimonio y los acuerdos internacionales suscritos por Francia, Georgelin le gritó «¡Cierra la puta boca!», causando gran estupor en los presentes, una interpelación por la TFP y una fuerte reprimenda del gobierno.
En 1905, durante la 3.ª República, la “Ley de Separación de las Iglesias y el Estado” declaró que todas las propiedades eclesiásticas en Francia “pertenecían” al Estado [=régimen masónico], el cual entonces robó las iglesias, edificios y tierras de la Iglesia. La “Ley de Separación de las Iglesias y el Estado” significó el fracaso del ralliement creado por el cardenal Charles-Martial Lavigerie y apoyado por León XIII y su Secretario de Estado el cardenal Mariano Rampolla del Tíndaro.
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