Se cumple un año más del “Milagro de las bombas”, en el cual la basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza sobrevivió sin mayor afectación a un ataque aéreo a manos de los republicanos el lunes 3 de Agosto de 1936.
La historia es esta: Como parte del Frente de Aragón durante la Guerra Civil, la aviación republicana inició un bombardeo a la ciudad de Zaragoza, y un avión trimotor Fokker F VII EC-PPA modificado piloteado desde Barcelona por el alférez Manuel Gayoso Suárez volando a 150 metros de altura lanzó tres bombas Hispania A6 fabricadas por Talleres de Guernica S.A. en 1924 con 50 kilos (20 de ellos correspondientes a la carga explosiva de trilita –vamos, el TNT de los muñequitos–) cada una contra la basílica del Pilar a las 2:00h: una de ellas cayó en la plaza, cerca de la calle Alfonso, otra atravesó el techo de la Santa Capilla cayendo en un nervio de la bóveda de descarga de la cúpula, y la última logró penetrar la bóveda del coreto de la Virgen y causar serios daños en el marco dorado de “La adoración del nombre de Dios”, de Goya. Ninguna de ellas logró estallar ni causar daños de consideración. Una cuarta bomba que iba contra el paso de Puente de Piedra, cayó en las aguas del río Ebro.
Las bombas que cayeron en la basílica se hicieron pedazos, mientras que aquella caída en la plaza dejó solo unos adoquines levantados dejando silueta de cruz.
La autoría del ataque aéreo (cuya orden provino del «Comité Central de Milicias Populares Antifascistas de Cataluña») fue ratificada con la publicación subsiguiente en el diario anarquista barcelonés “Solidaridad Obrera” de la Asociación Internacional de Trabajadores, que tituló así en primera plana el martes 4 de Agosto:
«Zaragoza a punto de rendirse. Ayer, por la tarde, nuestros aviones bombardearon el templo del Pilar».
«EL TEMPLO DEL PILAR, DESTROZADO. La columna Durruti avanza hacia Zaragoza. Los milicianos del CNT y la FAI se apoderan de un tanque y un camión que los fascistas abandonaron en su huída».
Y ni hablar de aquel cartel triunfalista y cutre pintado por un tal Cervera celebrando el fallido bombardeo donde aparecen retratados José Buenaventura Durruti Domínguez con gorrillo rojinegro y prismáticos, Enrique Pérez Farrás (delegado de Companys en el frente de Aragón), y el comandante del Aeródromo del Prado en la época Felipe Díaz Sandino, con un fondo de la Basílica perdiendo una torre (lo que solo ocurrió en las mentes calenturientas de los rojos)
¿Quién llevó la noticia de las bombas sin detonar? Una versión dice que un requeté dio el aviso a los pocos transeúntes que había a esa hora de la madrugada, otra que el comerciante Tomás Burillo le informó a un oficial de lo ocurrido. Como fuere, la bomba que cayó en la plaza fue desmontada por artificieros del Regimiento de Zapadores de la 5.ª División y el comandante del Parque de Artillería habló de un error de fabricación:
«Hemos visto la que cayó en la plaza, que quedó entera y en la que se pudo recoger íntegro su aparato de toma de fuego. De su examen se deduce que la espoleta funcionó, su aguja hirió y dio fuego a la cápsula fulminante, principio de la cadena antes señalada. Que esta cadena estaba completa (pólvora, cebo y multiplicador), pero su orden cuando la vimos, no era el debido, ya que a continuación de la pólvora venía el multiplicador y a la mitad de éste, el cebo de nitro, que aparecía intacto».
Esa bomba fue enviada a los talleres militares, y se hicieron miles de ellas para aprovisionar al Bando Nacional. Las otras dos se reconstruyeron y niquelaron, actualmente estando exhibidas en sendas pilastras de la Santa Capilla con una placa de mármol diciendo: «Dos de las tres bombas arrojadas sobre el S.T.M. del Pilar el 3 de agosto de 1936». Y para más testimonio, los orificios de entrada se dejaron sin reparar.
La noticia llegó a todos los rincones de la España nacional, que comenzó a calificar el hecho como un milagro de la Virgen del Pilar, que fue declarada Capitana General del Ejército y se organizaron actos de desagravio y homenaje. Militarmente, el hecho animó tanto la resistencia de Zaragoza (que había derrotado a los anarquistas el 20 de Julio), como lo hiciera el derribo del primer avión catalán de las Alas Rojas, el 14 de Agosto de 1936, conseguido por el brigada Ramón Senra. El hecho milagroso se propagó con carteles como el que encabeza este artículo, y una medalla conmemorativa.
A la distancia de casi 90 años, se puede afirmar que confluyeron varios factores humanos (impericia del piloto, poca altura del vuelo, mal armado del explosivo, modelo defectuoso de la bomba), pero el creyente ve en ellos la intervención divina a favor de la Virgen Santísima, que le había dicho a San Santiago Apóstol aquel 2 de Enero del año 40 de Nuestro Señor, cuando Ella vino en carne mortal a Zaragoza, que el Pilar permanecerá hasta el fin del mundo como testimonio de la Fe Católica y su protección a España. Así le arda todo lo que le quiera arder al senador valenciano Carles Mulet García de Compromís y a los que hicieron, aprobaron e implementan la autodenominada “Memoria Histórica Democrática”, y la arrodillada “jerarquía” conciliar española no le reconozca de milagro como tal.
Para la redacción de este artículo se empleó material de RELIGIÓN EN LIBERTAD, UNIFORMES ESPAÑOLES CONTEMPORÁNEOS, REVISTA ARBIL y FUNDACIÓN GENERALÍSIMO FRANCISCO FRANCO.
JORGE RONDÓN SANTOS
3 de Agosto de 2023.
Hallazgo de San Esteban Protomártir. Aniversario de la preservación de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza. Sermón del Obispo Clemente Augusto von Gallen en la catedral de Münster.
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