El arzobispón franco-argelino de Argel Jean-Paul Vesco Chaillan OP, de 62 años, confesó a Marie-Lucile Kubacki en el número de marzo de 2024 de “Donne, Chiesa, Mondo” (el suplemento femenino del intrascendente vaticano L’Osservatore Romano) que quiere que hayan diaconisas, las cuales [en sus sueños guajiros, porque nunca en el mundo real] «tiene[n] sus raíces en la tradición de la Iglesia»:
«A título personal, lo espero sinceramente. Me parece imposible privar a los fieles y, por tanto, a mí mismo, de la recepción femenina de la Palabra de Dios [Como si las mujeres ordinarias no pudieran recibir la Palabra de Dios. Aunque igual, los novusorditas, al no tener sacerdocio válido ni la Presencia Real, no pueden recibir en sus cultos a Nuestro Señor Jesucristo, la Palabra hecha carne, N. del T.]. Ninguno de los argumentos esgrimidos me ha convencido jamás [porque yo, Jean-Paul Vesco, si bien estoy disfrazado de dominico, nunca tuve la Fe Católica que tuvo Santo Domingo de Guzmán]».
Porque no quiere entender, Vesco encuentra “difícil” entender las objeciones contra la ordenación de mujeres.
Acusa a la Iglesia de tener «un problema con las mujeres durante siglos, como los otros dos monoteísmos en general y quizás la mayoría de las religiones», cuando en realidad es él, Jean-Paul Vesco, el que tiene un problema con la Fe Católica. Vesco teme que esté en peligro de convertirse en «una Iglesia obsoleta, no atemporal, sino anacrónica y anticuada en su organización», cuando en realidad la Iglesia Novus Ordo se está poniendo al margen al convertirse en una rama del periódico local, que está luchando con la pérdida de suscriptores.
Para Vesco, la imagen de clérigos y mujeres en la misma sala de reuniones durante el Ex-Sínodo sobre el sexo muestra un “cambio de era” [o más bien: una era de cambio por el bien del cambio].
No es broma: Vesco elogia a las moribundas “iglesias protestantes”: «Nuestros hermanos y hermanas de las Iglesias protestantes tienen esta cultura democrática, es decir sinodal, y sin duda tenemos mucho que aprender de ellos en este gran movimiento de sinodalidad al estilo católico iniciado por el Santo Padre».
Después de tantas tonterías, si Francisco vive lo suficiente, sin duda lo hará cardenal
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