lunes, 5 de junio de 2023

EL CULMEN DE LA APOSTASÍA DE WOJTYŁA: EL MENSAJE A LA SINAGOGA DE ROMA EN 2004

Traducción del artículo publicado en DEPONATIV (Chequia).

¡JUAN PABLO II EN EL INFIERNO, O LA VERDAD MÁS QUE LIBRE!
   
   
«Al ilustrísimo doctor Riccardo di Segni, Rabino jefe de Roma, Shalom!
   
Con íntima alegría me uno a la comunidad judía de Roma, que está de fiesta por celebrar los cien años del Templo mayor [Sinagoga], símbolo y recuerdo de la presencia milenaria en esta ciudad del pueblo de la Alianza del Sinaí. Desde hace más de dos mil años vuestra comunidad forma parte de la vida de la ciudad de Roma; puede sentirse orgullosa de ser la comunidad judía más antigua de Europa occidental y de haber desempeñado una función relevante en la difusión del judaísmo en este continente. Por tanto, la conmemoración de hoy cobra un significado particular para la vida religiosa, cultural y social de la capital, y no puede menos de tener una resonancia muy especial también en el corazón del Obispo de Roma. No pudiendo participar personalmente, he pedido que me representara en esta celebración a mi vicario general para la diócesis de Roma, el cardenal Camillo Ruini, que está acompañado por el presidente de la Comisión de la Santa Sede para las relaciones religiosas con el judaísmo, el cardenal Walter Kasper. Ellos expresan concretamente mi deseo de estar con vosotros en este día.
    
A la vez que lo saludo cordialmente a usted, ilustre doctor Riccardo di Segni, saludo con afecto a todos los miembros de la comunidad, a su presidente, el ingeniero Leone Elio Paserman, y a cuantos se han reunido allí para testimoniar una vez más la importancia y el vigor de la herencia religiosa que se celebra cada sábado en el Templo mayor. […] La fiesta de hoy, a cuya alegría todos nos unimos de corazón, recuerda el primer siglo de este majestuoso Templo mayor, que, en la armonía de sus líneas arquitectónicas, se eleva a orillas del Tíber como testimonio de fe y de alabanza al Omnipotente. La comunidad cristiana de Roma, por medio del Sucesor de Pedro, participa con vosotros en la acción de gracias al Señor por este feliz aniversario [¡Los 100 años de la Sinagoga!]. Como dije en la mencionada visita, os saludamos como nuestros “hermanos predilectos” en la fe de Abraham, nuestro patriarca […], y vosotros seguís siendo el pueblo primogénito de la Alianza (Liturgia del Viernes santo, Oración universal, Por los judíos).
   
[…]
   
[Estas relaciones amistosas] nos han unido en el recuerdo de todas las víctimas de la Shoah [judíos que murieron, sin creer en Cristo], especialmente de cuantos, en octubre de 1943, fueron arrancados aquí de sus familias y de vuestra querida comunidad judía romana para ser internados en Auschwitz. Ojalá que su recuerdo sea una bendición y nos impulse a trabajar como hermanos… La Iglesia no ha dudado en “deplorar los errores de sus hijos y de sus hijas de cualquier tiempo”, y en un acto de arrepentimiento (teshuvá), ha pedido perdón por su responsabilidad relacionada de algún modo con las heridas del antijudaísmo y del antisemitismo (cf. “Nosotros recordamos: una reflexión sobre la Shoah”, 16 de marzo de 1998).
  
[…]
   
Por eso, queremos dirigir hoy una ferviente oración al Eterno, con fe y esperanza, al Dios de shalom, para que la enemistad no arrastre más al odio a quienes consideran a Abraham como padre —judíos, cristianos y musulmanes—
   
El encuentro de hoy es casi una preparación para vuestra inminente solemnidad de Shavu’ót y para la nuestra de Pentecostés, que celebran la plenitud de las respectivas fiestas de Pascua. En estas fiestas unámonos en la oración del Hallel pascual de David (Salmo 116)» (ANTIPAPA JUAN PABLO II, Mensaje al Gran Rabino de Roma, 23 de Mayo de 2004. En L’Osservatore Romano, 2 de Junio de 2004, pág. 7).

Comentario: Sí, Juan Pablo II es católico; seguro que es católico si crees que Jesucristo = Anticristo.

1) Se une a la comunidad judía para celebrar el centenario de la sinagoga: Apostasía.
   
2) Dice que esta comunidad judía puede jactarse de tener la sinagoga más antigua de Europa occidental y de difundir el judaísmo: Apostasía total.

3) Expresa formalmente su deseo de estar con ellos, en la sinagoga, recordando sus cien años: Apostasía.

4) Elogia la importancia y el vigor de la religión judía que se celebra en Roma todos los sábados: Apostasía. La palabra “vigor” significa «fuerza o energía corporal activa; condición física floreciente, vitalidad; fuerza, poder o energía mental o moral».  Así que les dice de nuevo que su pacto con Dios es válido, floreciente, en vigor.

5) Se une a la celebración de los 100 años de su «majestuoso Templo mayor»: Apostasía.

6) ¡En nombre de toda la comunidad cristiana de Roma, como supuesto «sucesor de Pedro», da gracias formalmente al Señor por los 100 años de la sinagoga!: ¡Apostasía!

7) Saluda a los judíos como hermanos amados en la fe de Abrahán, lo cual es otra negación total de Cristo, porque las Escrituras enseñan que sólo los que son de Cristo tienen la fe de Abrahán.
  • Gálatas 3, 14: «Y todo esto, para que la bendición de Abrahán cupiese a los gentiles por Jesucristo, a fin de que así por medio de la fe recibiésemos la promesa del Espíritu Santo».
  • Gálatas 3, 29: «Y siendo vosotros miembros de Cristo, sois por consiguiente hijos de Abrahán, y los herederos según la promesa»
  • PAPA SAN GREGORIO MAGNO, Homilía 20, sobre San Lucas 3, 1-11, (Sábado de las Témporas de Adviento –22 de Diciembre del 591–): «“Y siendo vosotros miembros de Cristo, sois por consiguiente hijos de Abrahán” (Gál. 3, 29). Si somos considerados hijos de Abrahán por nuestra fe en Cristo,  los judíos dejaron de ser su linaje por su infidelidad».
  • PAPA SAN LEÓN MAGNO, Carta Dogmática a Flaviano (año 449), leída en el Concilio de Calcedonia (451), ex cathedra: «Las promesas fueron hechas a Abrahán y a su descendencia (Gál. 3, 16). No dice “a sus descendientes”, como si fueran muchos; sino, como si fuera una: “a su descendencia”, que es Cristo».
8) Declara que los judíos «siguen siendo el pueblo primogénito de la Alianza», refiriéndose a la oración del Viernes Santo de la Misa Nueva, en la que pide que los judíos “crezcan” en la fidelidad a la Ley de Dios. Es decir, Juan Pablo II. otra vez enseñando descaradamente que el pacto judío con Dios todavía es válido: ¡Herejía formal y apostasía formal!

9) Recuerda a los que murieron como judíos y dice que su memoria debe ser bendecida: Herejía.

10) En nombre de la "Iglesia" se arrepiente de cualquier antijudaísmo y pide su perdón - Apostasía. Esto incluiría el dogma antijudío de la Iglesia de que los judíos que mueran sin convertirse al catolicismo irán al Infierno  y por lo tanto deben convertirse y ser salvos. Simplemente se burla de Nuestro Señor y de la Iglesia.

11) Vuelve a decir que judíos, musulmanes y cristianos tienen a Abrahán como padre espiritual: Apostasía y rechazo total de Cristo.
   

No sé qué más decir. Este discurso se encuentra entre la culminación de sus principales blasfemias y herejías. El Antipapa Juan Pablo II fue un completo defensor de la negación a Cristo; que el Antiguo Testamento todavía es válido no podría enseñarse más claramente; negó completamente a Jesucristo y a la fe católica; él estregó su apostasía justo en la cara del mundo. Aquellos que reconocen a este evidente hereje y apóstata como católico,  cuando conocen estos hechos, y rehúsan condenarlo como hereje, son los verdaderos anticristos.
  • 1.ª Juan 2, 22: «¿Quién es mentiroso, sino aquel que niega que Jesus es el Cristo o Mesías? Este tal es un Anticristo, que niega al Padre y al Hijo»
  • PAPA EUGENIO IV,  Concilio de Florencia , 1441, ex cathedra: «La Santa Iglesia Romana cree firmemente, confiesa y proclama que todos los que están fuera de la Iglesia Católica, no sólo los gentiles sino también los judíos... no pueden participar de la eterna vida e irá al fuego eterno, que está preparado para el diablo y sus ángeles, a menos que se una a él antes del final de su vida…»
  • PAPA EUGENIO IV,  Concilio de Florencia, 1441, ex cathedra: «La Santa Iglesia Romana cree firmemente, confiesa y enseña que las legalidades del Antiguo Testamento o Ley de Moisés, que se dividen en ritos, sagrados sacrificios y sacramentos... cuando vino nuestro Señor. .. los sacramentos del Nuevo Testamento terminaron y comenzaron ... Por lo tanto, todos los que después de ese tiempo [la proclamación del Evangelio] guardan la circuncisión y el sábado y otros requisitos de la ley, [la Santa Iglesia Romana] declara ser ajeno a la fe cristiana y no aptos en lo más mínimo para participar en la salvación eterna…»

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