Dispuesta a partir de la Novena dispuesta por Fray Francisco Vidal y Micó OP, la Novena compuesta por el Bachiller Don Pedro Ignacio Rosillo y de otros devocionarios.
PÍA DEVOCIÓN EN HONOR DEL SANTÍSIMO PADRE Y PATRIARCA SANTO DOMINGO DE GUZMÁN, PARA EL DÍA CUATRO DE CADA MES
Por la señal ✠ de la Santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
¡Oh soberano y celestial Domingo, hermosura del mundo, lustre de la Iglesia y ejemplo de humildad!, pues habiendo sido santificado y confirmado en gracia, os teníais por tan gran pecador, que pedíais a Dios al entrar en los lugares, no los asolase por entrar un hombre tan ingrato; compadeceos, Padre dulcísimo, de mi soberbia, vanidad y presunción; ¿en qué pude fundarla, polvo y ceniza? ¿Qué hallo en mí para engreírme, a vista de tantas culpas, que me trasformaron en bruto, siervo del pecado y esclavo del demonio? Negociadme, amantísimo Padre, una humildad hija de vuestro espíritu, para que en adelante conozca lo frágil de mi ser, lo mucho que ofendí a mi Dios; de suerte, que este humilde abatimiento sea medio para verme exaltado en la Gloria. Amén.
RESPONSORIO
Antífona. ¡Oh admirable esperanza, que diste a los que te lloraban en la hora de la muerte, prometiéndoles que después de tu tránsito ayudarías a tus hermanos!
℟. Cumple, oh Padre, lo que dijiste: ayúdanos con tus preces.
℣. Tú que resplandeces con tantos milagros en los cuerpos de los enfermos, impétranos la ayuda de Cristo para sanar nuestras costumbres enfermas.
℟. Cumple, oh Padre, lo que dijiste: ayúdanos con tus preces.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
℟. Cumple, oh Padre, lo que dijiste: ayúdanos con tus preces.
Oh, luz de la Iglesia, doctor de la verdad, rosa de paciencia, marfil de castidad, tú nos diste gratuitamente el agua de la sabiduría, predicador de la gracia, llévanos a la Patria Celestial.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado Padre Santo Domingo.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oremos.
ORACIÓN
Ayuda a tu Iglesia, Señor, con los méritos y doctrina de nuestro Bienaventurado Padre Ssnto Domingo, e interceda también con bondad por nosotros quien fue experto de tu verdad e insigne predicador. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
AZUCENA PRIMERA
HUMILDAD
Amantísimo Padre mío Santo Domingo, cuya humildad fue tan grande, que no habiendo viendo jamás cometido culpa alguna mortal, te tenías por el mayor pecador del mundo, yo te suplico rendidamente, me alcances de nuestro Dios, verdadero conocimiento de mis culpas, para que las llore con verdadera contrición, y conociendo mis vicios, me humille como debo, para que así te imite cuanto pueda en la humildad en esta vida, y después te acompañe en la gloria. Amén. Padre nuestro, Ave María, Gloria.
AZUCENA SEGUNDA
POBREZA
Amabilísimo Padre mío Santo Domingo, que, por el amor de mi Jesús, te abrazaste tanto con la santa pobreza voluntaria, que no tenías ni un rincón para recogerte de noche. Yo te pido, que entrañes en mi corazón tal amor a la santa pobreza, que, renunciando de todo corazón, toda propiedad de él mundo, siga desnudo al que por mi murió desnudo en la cruz, para que así vaya a gozarle en tu compañía en la gloria. Padre nuestro, Ave María, Gloria.
AZUCENA TERCERA
CASTIDAD
Esclarecido Padre mío Santo Domingo, Ángel en la castidad, que, para conservarla intacta, nunca viste el rostro a mujer alguna, yo te suplico con todo mi corazón, me alcances de mi Dios y Señor, me conceda que yo te imite en esta virtud, y que de suerte guarde yo la vista, que nunca vea cosa que me cause mancha en la pureza, para que así sea mi alma digna habitación de él Espíritu Santo en esta vida, y después de ella, logre su vista en tu compañía en la gloria eterna. Padre nuestro, Ave María, Gloria.
AZUCENA CUARTA
CARIDAD
Amorosísimo Padre mío Santo Domingo, que, por tu ardiente caridad, deseabas padecer las penas del infierno, sin perder la gracia, por el remedio de los pecadores, yo te suplico con todo mi corazón, me alcances de la divina piedad, que no permita que yo me condene, sino que por tu intercesión, me dé aborrecimiento de mis vicios, gracias para mudar de vida, tiempo para hacer penitencia y una muerte en su santísima gracia, para que así vaya a alabar su infinita misericordia en tu compañía, eternamente en la gloria. Amén. Padre nuestro, Ave María, Gloria.
OFRECIMIENTO FINAL
Dulcísimo padre Santo Domingo, reparador de la Iglesia, apóstol de María, que al nacer os recibió en sus brazos, fortaleció muchas veces con la leche de sus virginales pechos, reveló la devoción del Santísimo Rosario, bajó del cielo el hábito que visten vuestros amados hijos, y lo que excede toda ponderación, cuando tomándoos de la mano, dijo para expresar su cariño: “No podía estar sin tu presencia, o tu memoria, si viviese en carne mortal”, desposándose visiblemente con Vos en presencia de Cristo y de muchos cortesanos del Cielo. ¡Oh amantísimo Padre! Cuánto os debe el mundo; pues os presentó la Madre de Misericordia, acompañado de vuestro querido hermano San Francisco delante de Dios, que como juez airado estaba con tres lanzas para acabar con él con hambre, peste y guerra, fiando de vuestro celo la conversión de los pecadores. Como uno de ellos me acerco a vuestra presencia, con segura confianza de alcanzar por vuestra intercesión la Divina Misericordia; y pues cuanto pedisteis a Dios lo alcanzasteis, como Vos mismo dijisteis, ¿a dónde acudiré Santo mío, sino a Vos? Bien sabéis la necesidad que padece mi alma y el consuelo de que necesita. Aplicad, Padre mío, vuestra poderosa intercesión, para que por vuestros méritos alcance de la Divina piedad la gracia y favor que pido en este ejercicio, si conviene para honra de Dios y bien de mi alma. Amén.
LETANÍA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad, Único Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.
Santa Virgen de las vírgenes, ruega por nosotros.
Santo Domingo, nuestro augusto padre, ruega por nosotros.
Santo Domingo, astro de la Iglesia, ruega por nosotros.
Santo Domingo, luz del mundo, ruega por nosotros.
Santo Domingo, antorcha de la gracia, ruega por nosotros.
Santo Domingo, rosa de paciencia, ruega por nosotros.
Santo Domingo, sediento de la salvación de las almas, ruega por nosotros.
Santo Domingo, deseoso del martirio, ruega por nosotros.
Santo Domingo, gran director de almas, ruega por nosotros.
Santo Domingo, hombre del Evangelio, ruega por nosotros.
Santo Domingo, doctor de la verdad, ruega por nosotros.
Santo Domingo, marfil de castidad, ruega por nosotros.
Santo Domingo, varón de corazón verdaderamente apostólico, ruega por nosotros.
Santo Domingo, pobre en bienes de la fortuna (mundanos), ruega por nosotros.
Santo Domingo, rico en la pobreza de tu vida, ruega por nosotros.
Santo Domingo, celoso por la salvación de los pecadores, ruega por nosotros.
Santo Domingo, trompeta del Evangelio, ruega por nosotros.
Santo Domingo, heraldo celestial, ruega por nosotros.
Santo Domingo, modelo de abstinencia, ruega por nosotros.
Santo Domingo, sal de la tierra, ruega por nosotros.
Santo Domingo, sol resplandeciente en el Templo de Dios, ruega por nosotros.
Santo Domingo, modelado por la Gracia Divina, ruega por nosotros.
Santo Domingo, revestido de manto real, ruega por nosotros.
Santo Domingo, flor deslumbrante en los jardines de la Iglesia, ruega por nosotros.
Santo Domingo, que rociaste la tierra con tu sangre preciosa, ruega por nosotros.
Santo Domingo, provisión de trigo en los graneros celestes, ruega por nosotros.
Santo Domingo, que resplandeces entre las vírgenes, ruega por nosotros.
Santo Domingo, líder y padre de la Orden de Predicadores, ruega por nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado Santo Domingo.
℞. Para que en la hora de la muerte seamos recibidos contigo en el Cielo y alcancemos las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, te suplicamos que la protección de Santo Domingo, tu siervo, reconforte a quienes somos oprimidos bajo el yugo de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
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