viernes, 9 de septiembre de 2022

NOVENA EN HONOR AL BEATO JUAN MACÍAS

Novena compuesta por fray José Vicente Seminario OP, visitador general del Convento Máximo de Nuestra Señora del Rosario en Lima, y publicada en dicha ciudad por la imprenta de José Félix Moreno en 1842. Los Gozos son tradicionales, sin autor conocido.
  
NOVENA AL BEATO JUAN MACÍAS, ABOGADO DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO Y PADRE DE LOS POBRES
  
  
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser Tú quien eres, infinitamente bueno, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. Propongo firmemente nunca más pecar. Perezca yo mil veces, Dios mío, antes que piense el cometerlo. El pecado me ha privado de tu gracia; ha hecho a mi alma enemiga tuya  y esclava del demonio; el ha puesto en un patíbulo ignominioso a mi Salvador, y le ha hecho derramar toda su sangre, para lavar la de manchas abominables que la habían desfigurado. Postrado a tus pies, confieso que pequé; y desde este mismo instante me convierto a ti con toda mi alma. Mis ojos se han abierto ya, mi corazón está mudado. En adelante seré más cauto en prevenirme contra todo lo que pueda ser ofensa contra ti, y me preocuparé en guardar tus preceptos, en publicar y cantar tu misericordia, y en adquirir todas las virtudes que me faltan, imitando en cuanto pueda a tu escogido siervo Juan Macías, bajo cuya protección espero me des tu  bendición, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
    
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Glorioso Juan Masías, que supiste grabar en el fondo de tu corazón ese divino precepto de la caridad, que por su importancia se inculca tanto en la antigua ley, y que la renueva y perfecciona Jesucristo en su Evangelio, declarándonos que es el primero y más grande de todos los mandamientos, y prometiendo la vida eterna al que lo cumpliese; tan fielmente le escuchas, como pronto supiste guardarlo y cumplirlo en todo el curso de tu vida. A tu ayuda acude mi suma debilidad y flaqueza, para que poniendo esta fundamental piedra al edificio de mi verdadera conversión, comience desde hoy a ejercitarlo y practicarlo, a fin de que consiga ser discípulo de Jesucristo, que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
  
DÍA PRIMERO – 9 DE SEPTIEMBRE
CONSIDERACIÓN: NACIMIENTO Y PRIMEROS FAVORES CELESTIALES DE FRAY JUAN MACÍAS.
Nació el niño Juan Macías en Rivera del Fresno, Reino de Extremadura (España), sus padres fueron Don Pedro Macías de Arcas y Dña. Inés Sánchez. Huérfano de padre y de madre a los cuatro años y medio, el cielo se encargó de él, cuidándole y dirigiéndole sus pasos por medio de S. Juan Evangelista. La Santísima Virgen, siendo aún adolescente, le reveló «que lo sacaría de su patria, lo trasladaría a lejanas tierras, y allí le haría gracias singulares». En efecto: así sucedió. El  Mensajero celestial le condujo de España a Nueva Granada, y de Nueva Granada, atravesando el continente americano, a Lima, Ciudad de los Reyes.

Pídase la gracia que se desee conseguir. Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria.
  
GOZOS AL BEATO JUAN MACÍAS
   
Siervo y abogado nuestro,
Insigne san Juan Macías,
Os rogamos nos concedas
Imitarte cada día.
  
Se hizo pastor de rebaños
Hasta la edad de treinta años,
Mezclando con el trabajo
La oración de humilde criado,
Y por su intercesión
Se multiplicó el ganado,
Os rogamos nos concedas
Imitarte cada día.
    
Fue por voluntad divina
Que a América Juan llegó,
Ingresando en el convento
De Santo Domingo en Lima,
Donde recibió el encargo
De portero, de por vida,
Os rogamos nos concedas
Imitarte cada día.

Fray Juan puso sus afectos
Desde niño hasta su muerte
En el misterio sublime
Del divino Sacramento,
Y Jesús Eucaristía
Fue su alegría y alimento,
Os rogamos nos concedas
Imitarte cada día.
   
Singular predilección
De fray Juan hacia María:
A ella con fe y confianza
El Rosario le ofrecía,
Siendo su escudo y soporte
Desde la noche hasta el día,
Os rogamos nos concedas
Imitarte cada día.
    
Y qué decir de las almas
Que una noche le decían:
«Siervo de Dios Juan Macías,
No te olvides de nosotras.
Pídele a Dios que alcancemos
El perdón de nuestras penas»,
Os rogamos nos concedas
Imitarte cada día.
   
Yo les digo a mis devotos:
«Si quieren seguir mi ejemplo,
Amen al pobre y mendigo
Por amor al mismo Dios,
Y a María mi madre buena
Viviendo el amor de Dios«,
Os rogamos nos concedas
Imitarte cada día.
  
Enriqueciste, Señor,
A tu siervo Juan Macías,
Colmándolo de tus gracias
Y virtudes de por vida.
  
Antífona: Confortado por la gracia del Altísimo, suspirabas por alcanzar los premios celestiales que ya gozas.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado Juan Macías.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
    
ORACIÓN
¡Oh Dios!, que quisisteis que floreciera el Santo Juan Macías por cl candor de las costumbres, enriqueciéndole en su humilde vida con abundancia de gracias; os rogamos nos concedas imitar de tal manera sus virtud que, limpios de toda mancha, merezcamos llegar a vuestra gloria. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
   
Ave María Purísima. Sin pecado concebida.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
DÍA SEGUNDO – 10 DE SEPTIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición y Oración preparatoria.
  
CONSIDERACIÓN: FRAY JUAN MACÍAS, PASTOR.
Huérfano de padre y madre, Juan Masías es recogido por un tío suyo quien lo dedica al pastoreo, desde la temprana edad de cinco años. Y es entonces cuando él recibe la paz de los bienaventurados que en sucesivas apariciones y visiones le dan el conocimiento de los más grandes misterios de nuestra Religión.
   
Trasladado a Lima, también se dedica allí al preciado oficio de pastoreo de corderillos, por espacio de dos años, que fueron para él delicias del cielo; y nunca dejará este oficio sino fuera trocándolo por el Convento. En el lugar de la casita donde viviera estos dos años, testigo mudo de tantos coloquios divinos con la Santísima Trinidad, con la Santísima Virgen, San Juan Evangelista y el Santo Ángel de la Guarda, vino muy pronto a ser levantada una precisa iglesia, bajo la advocación de “Nuestra Señora del Patrocinio”; donde almas escogidas y consagradas al Señor, pertenecientes a la misma Orden Dominicana, sirven a Dios y a su Madre con la pureza y sencillez de pastorcillos en la soledad del convento.
  
Pídase la gracia que se desee conseguir. Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria. Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
  
DÍA TERCERO – 11 DE SEPTIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición y Oración preparatoria.
   
CONSIDERACIÓN: ENTRADA DE JUAN MACÍAS EN LA ORDEN DOMINICA.
San Juan Evangelista reveló a su protegido que había una orden preferida de María, y la llamaba su Orden, la Orden del Santísimo Rosario; que tenía aquí en Lima un convento bajo la protección de Santa María Magdalena, su gran amiga y compañera del Calvario, y que era, además, Patrona de esa misma Orden de María, y que en este Convento le querían colocar Jesús y su Madre para acabar de santificarlo.
   
Llamó el pastorcillo a las puertas del Convento Dominicano de María Magdalena la Penitente, y el portero de aquel paraíso en la tierra, llamado Fr. Pablo de la Caridad, le echó los brazos al cuello diciéndole: «Hermano mío, mucho tiempo hace que te estaba esperando». Habla al Prior, reúne éste a la comunidad, por votación unánime, sin más pruebas y conocimientos que los del cielo, le imponen con gozo de todos, en el mismo instante, el santo hábito.
   
Queda nombrado portero auxiliar, para que, con el santo Fr. Pablo, se hiciera el novicio más santo. Descansó en el Señor el anciano portero, feliz de tener un sucesor de su gusto. El discípulo aventajó al maestro en el oficio y el venerable Fr. Pablo tiene por sucesor a Juan Masías.
    
Pídase la gracia que se desee conseguir. Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria. Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

DÍA CUARTO – 12 DE SEPTIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición y Oración preparatoria.
   
CONSIDERACIÓN: DE SU CARIDAD CON LOS POBRES.
Tuvo también Fray Juan Masías el oficio de limosnero o sea el encargado de recoger la limosna y darla a los pobres. «A Fr. Pablo de la Caridad, sucedió la caridad de Fr. Juan», según la frase popular de los indigentes, quienes eran socorridos con generoso corazón y pródiga mano.
   
Se quitaba a sí mismo el alimento para repartirlo entre sus amigos los pobres. Distribuía diariamente lo sobrante de la comunidad; obtuvo de los superiores el permiso necesario para recoger limosnas fuera de casa, con este fin. Unas veces multiplicaba los alimentos con su bendición; y otras acudía a la oración, pidiendo a la Santísima Virgen remediase las necesidades diciendo: «Madre, mis pobres no tienen qué comer». La Santísima Virgen le contestaba: «Manda pedir a Fulano, que mi Hijo le ablandará el corazón». Y nunca pidió al indicado por la Madre del cielo que no alcanzara lo que pedía.
   
Algunas veces sucedía, para escarmiento de avaros, que, con la negación de la limosna, les fuese la desgracia a la casa.
  
Pídase la gracia que se desee conseguir. Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria. Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

DÍA QUINTO – 13 DE SEPTIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición y Oración preparatoria.
  
CONSIDERACIÓN: DE SU DEVOCIÓN AL SANTO ROSARIO.
Entre las devociones y prácticas de piedad del Beato Juan Macías, la primera que ocupa y llena toda la vida, es la del Rosario. Desde la edad de cinco años en que prometió a la Virgen rezar las tres partes, nunca las interrumpió, ni por cansancio, ni por enfermedades, ni molestias de viajes.
    
Cuando tomó el hábito, entonces, en vez de quince misterios se impuso la obligación de rezar quince partes del Rosario. Con esta devoción tan del corazón de María y reina de las devociones, obtuvo el Santo extraordinaria piedad. Los moradores del cielo conversaban con él; y la Santísima Virgen, dándole a entender cuán gratas le eran estas preces, le habló en innumerables ocasiones, y se le apareció reiteradas veces.
    
Delante de su altar fue favorecido con éxtasis y raptos; en alguna ocasión le sorprendieron elevado ocho codos del suelo, conversando con su Madre. A sus ruegos, se introdujo por primera vez en Lima, la fiesta del dulce nombre de María. Y los altares de la Reina del cielo los tenía siempre cubiertos de flores blancas que simbolizaban la pureza de la Santa Virgen.
   
Bienaventurado Juan Masías, aumenta nuestra devoción al rezo del Rosario y seremos no sólo salvos sino santos.

Pídase la gracia que se desee conseguir. Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria. Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.
 
DÍA SEXTO – 14 DE SEPTIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición y Oración preparatoria.
   
CONSIDERACIÓN: DE SU DEVOCIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO.
Fray Juan Macías tenía sus delicias con el Santísimo Sacramento del Altar. Pasaba largas horas delante del Sagrario; hacía muchas visitas al amor de sus amores y cuidaba de la lámpara, cebándola dos veces durante la noche. Se preparaba con ayunos y disciplinas, antes de acercarse a la Santa Comunión; y la recibía con todo fervor, cuantas veces le era dable, según las costumbres de aquellos tiempos.
    
Pero donde se desbordaba su piedad y fervor era en las exposiciones mayores del Santísimo, en las procesiones solemnes de los terceros domingos de cada mes; y sobre todo en el monumento del Jueves Santo. Permanecía muchas horas delante del Santísimo, como si estuviera elevado o fuera una estatua rígida y sin movimiento. Aumentemos nuestros recursos espirituales en la fuente de las gracias divinas, esto es; en la confesión frecuente y en la comunión cotidiana.
  
Pídase la gracia que se desee conseguir. Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria. Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

DÍA SÉPTIMO – 15 DE SEPTIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición y Oración preparatoria.
   
CONSIDERACIÓN: DEVOCIÓN A LAS ALMAS DEL PURGATORIO.
En el corazón puro, sencillo y ardiente de caridad del beato Juan Macías, repercutían todas las miserias humanas y sus consecuencias. Los ardores que le causaban las consideraciones de los atributos de la infinita Justicia y Bondad de Dios, los convertía en lluvias de gracia y bendiciones para apagar las llamas del Purgatorio.
   
En su devoción encontró el modo de aliviar a las benditas almas, con la oración, rezos, mortificaciones de los sentidos, ayunos, disciplinas, cilicios, privaciones de sueños, y otros infinitos medios que su caridad inventaba.
    
Estando orando delante de la Santísima Virgen, se le aparecieron en tropel, dos mil almas del Purgatorio que con voces lastimeras le decían: «Siervo de Dios, acuérdate de nosotras». Se le aparecieron otras muchas ocasiones y le decían: «No nos eches en olvido, socórrenos con tus oraciones». Otras veces le decían: «A  mí, a mí, que soy la más necesitada». Estos clamores derretían en la caridad y devoción al Santo y le movían a tomar a su cargo las penas que ellas debían sufrir en el Purgatorio, para que, satisfecha la Justicia Divina, volaran a gozar de su infinita misericordia.
   
La misma maña que se dio para aliviar toda miseria corporal, esa misma aumentada, se la dio para sacar almas de las penas del Purgatorio. Estando Juan Macías para morir, confesó obligado por la obediencia, que había sacado del Purgatorio un millón cuatrocientas mil almas.
   
Meditemos con frecuencia en nuestras postrimerías y pidamos a nuestro intercesor nos alcance la gracia de pasar el Purgatorio en vida o salir pronto de los tormentos.
  
Pídase la gracia que se desee conseguir. Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria. Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

DÍA OCTAVO – 16 DE SEPTIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición y Oración preparatoria.
  
CONSIDERACIÓN: ÚLTIMA ENFERMEDAD Y MUERTE DE FRAY JUAN.
El fervor iba poco a poco consumiendo la vida de Juan Macías. Cierto día llamó éste a Fr. Antonio del Rosario y le dijo: «toma estas llaves que yo me retiro y no sé si volveré». Le dio una disentería rebelde a todo tratamiento médico.
   
Señaló y presentó al Prior, por limosnero, a Fr. Dionisio Villa, pues ya tenía revelación del cielo de que la vida llegaba a su término, y se preocupaba más de los pobres que de sí mismo. Los facultativos, le dicen que no tiene remedio su mal; y él, exclama radiante de alegría: «¡Gracias a Dios!».
   
Pidió por favor que nadie tocara su cuerpo. Se confesó generalmente de toda su vida con abundantes lágrimas. Recibió el Santo Viático vestido con el hábito que le habría de servir de mortaja, puesto de rodillas en la cama. Quedó en éxtasis por largo rato, y al volver en sí, tornó a repetir: «¡Gracias a Dios!».
    
Iluminado su rostro con presagio de la gloria del cielo, dijo al Prior del Convento: «Levántese  padre, y sea cortés, que aquí está Nuestro Señor Jesucristo, la Santísima Virgen María, el Apóstol y Evangelista  San Juan, San Pedro y San Pablo, la bendita Magdalena, mi padre Santo Domingo, San Luis Beltrán y otros Santos y Santas, fuera de la multitud innumerable de Ángeles».
    
Rezadas las preces de costumbre y contestando él a todo, con el Santo Crucifijo en las manos, y éstas entrelazadas, haciendo un acto extraordinario de amor a Dios, puestos los ojos en el cielo, rindió su alma al Creador.
    
La muerte de los Santos es preciosa, es como un sueño cuyo dulce despertar es en la gloria. Vivamos de tal manera que merezcamos tener una suerte semejante.

Pídase la gracia que se desee conseguir. Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria. Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

DÍA NOVENO – 17 DE SEPTIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición y Oración preparatoria.
   
CONSIDERACIÓN: GLORIFICACIÓN DE FRAY JUAN MACÍAS.
El séquito glorioso que asistió a la muerte de Juan Macías, le acompañó en extraordinario tributo hasta la gloria, donde, por siglos infinitos, gozará de Dios como premio y galardón de sus heroicas virtudes. También aquí en la tierra gozará de la gloria que es dable en este mundo. Él mismo, antes de morir, confesó proféticamente: «Aquí han de erigirme templos; de qué modo, no lo sé; pero aquí está mi guía, patrono y jefe, San Juan Evangelista, quien me dice que lo diga así». Efectivamente, se ha levantado templos y en la santa Iglesia de Dios, se perpetúan sus rezos y alabanzas.
    
Brilló en milagros y profecías, en vida y en muerte. Tantos y tan variados son los prodigios obrados por nuestro Santo, que es imposible reducirlos a número. En las iglesias de la Recoleta, el Patrocinio, Santo Domingo y el Santuario, que son los lugares donde los fieles invocan con más asiduidad y fervor, se cuentan por miles los exvotos de oro y plata que atestiguan estas maravillas. El Patrocinio, lugar donde el vivió antes de ingresar al Convento, y donde se conserva su silla, es una oficina de prodigios y un jubileo permanente de favores obtenidos por su intercesión. Su cuerpo descansa en una urna de metal fino, que conserva la Iglesia de Santo Domingo. El centro del altar lo ocupa Santa Rosa, y a ambos lados están el beato Martín de Porras y el beato Juan Macías.
    
Santo mío, séme propicio, líbrame de la corrupción del pecado, y alcánzame la incorruptibilidad de la gloria. Te lo pido por las revelaciones que te hizo el cielo; por tu sencillez de pastorcito; por tu fidelidad y recogimiento de portero; por tu amor a los pobres; por tu ternísima devoción a la Santísima Virgen; por su amor a la Sagrada Eucaristía; por las benditas Almas del Purgatorio; por tu preciosa muerte; y por tu vida gloriosa en el cielo.

Pídase la gracia que se desee conseguir. Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria. Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

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