«Las revelaciones privadas son inciertas, dudosas y fluidas, y es muy difícil discernir dónde termina la revelación y dónde comienza la interpretación humana» (Cf. P. VINCENT CONTENSON OP, Theología mentis et cordis, tomo II, lib. VIII, disertación 2.ª, cap. I, especulación 2.ª, París, éd. Louis Vivès, 1875. En P. RÉGINALD GARRIGOU-LAGRANGE OP, La Divina Revelación: La enseñanza de la Fe Católica, vol. I, cap. IV “La Definición y División de la Revelación”, art. 1, § 2).
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