jueves, 27 de octubre de 2022

RITUAL MAYA AUSPICIADO POR LA CONFERENCIA EPISCOPAL PANAMEÑA

Noticia tomada de INFOVATICANA.
   
A comienzos del mes de octubre se celebró en Panamá el VII Simposio de Teología India “Espíritu Santo y Pueblos Originarios”.
    
Rito maya con presencia de sacerdotes, laicos y cardenales durante el pasado VII Simposio de Teología India “Espíritu Santo y Pueblos Originarios” celebrado en Panamá
   
Entre otras cosas, hubo un acto (rito maya) que fue grabado y retransmitido por la Conferencia Episcopal de Panamá. «Se efectuaron ritos paganos politeístas de la pachamama y otros falsos dioses paganos, en presencia de varios cardenales [a saber, el mejicano Felipe Arizmendi Esquivel, el hispano-panameño José Luis Lacunza Maestrojuán OAR, y el guatemalteco Aquiles Leonel Ramazzini Imeri, todos creados por Francisco Bergoglio, N. del E.], obispos, sacerdotes y chamanes indígenas», afirman los firmantes de una carta abierta dirigida a la Conferencia Episcopal de Panamá exigendo responsabilidades y explicaciones y que compartimos a continuación:
   
   
Carta abierta a la Conferencia Episcopal Panameña y al Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño:
  
Estimada Conferencia Episcopal Panameña y Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño, 
   
Nos dirigimos a ustedes por medio de la presente carta para manifestar nuestra seria indignación con los eventos sucedidos durante el VII Simposio de Teología India “Espíritu Santo y Pueblos Originarios” que ocurrió del 3 al 8 de octubre de 2022. En particular hacemos referencia con el rito Maya acontecido el 5 de octubre de 2022 en horas de la mañana en la Casa de Retiro Espiritual Monte Alverna, el cual fue hecho sin previo aviso ni promoción del mismo a la feligresía católica de este país. Este evento fue transmitido vía YouTube ese día bajo el título “Emisión en directo de la Conferencia Episcopal Panameña”. Es un agravante es que haya contado con la asistencia de tres Cardenales, que puntualmente eran el Cardenal Felipe Arizmendi, el Cardenal José Luis Lacunza, y el Cardenal Álvaro Ramazzini. Este tipo de ritos no son aceptables de acuerdo a lo que la Iglesia siempre ha enseñado y sigue siendo como parte del Depósito de la Fe transmitido por los Apóstoles fielmente hasta nuestros tiempos por mandato divino de Nuestro Señor Jesucristo y con la asistencia perenne del Espíritu Santo. 
      
Nuestro Señor Jesucristo dijo claramente y con autoridad en Juan 14, 6 que «Yo soy el  Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí». Este versículo en particular nos demuestra que Jesús es la única manera de llegar al Padre Celestial; esto nos debe ser motivo de salir a evangelizar para traer a las almas a la Iglesia Católica para que conozcan la única verdad que existe (Cf. Mt 28, 19-20). Las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, fielmente expuestas  por la Santa Madre Iglesia Católica, son inmutables y no pueden cambiar de ninguna forma pero pueden ser profundizadas, como dijo San Vicente de Lérins quien es Padre de la Iglesia, en “la misma ciencia, en el mismo sentido, y con la misma sentencia” (Cf. DS 3020). Terminamos reafirmando esta verdad de fe con lo dicho en las Sagradas Escrituras en Hebreos 13, 8: “Jesucristo ayer, y el mismo es hoy, también por todos los siglos”. Profesando esta verdad de fe, nosotros como fieles vamos a defender la verdad ante semejante insulto con un rito pagano que contradice la misión principal de la Iglesia Católica que es la salvación de las almas ya que, por medio de ese rito Maya se hizo un acto que no es Católico, se infringe el Primer Mandamiento de la Ley de Dios, y se profieren diferentes afirmaciones que contradicen directamente la enseñanza de la Iglesia.  
   
El Primer Mandamiento deja en claro que debemos amar a Dios sobre todas las cosas, que por ende se prohíbe la idolatría, superstición, ni adorar algo que no sea Dios Todopoderoso como se ha revelado infaliblemente en las Sagradas Escrituras y ha sido proclamado por la Iglesia Católica (Cf. Éxodo 20, 3-6. CIC 2110-2128. Catecismo Mayor de Papa San Pío X n.358-365). Por siglos la Santa Madre Iglesia nos ha enseñado quién es el que adoramos y cómo debemos adorarle, siguiendo lo dispuesto por la Tradición Apostólica que es guiada por el Espíritu Santo. En este rito se dice claramente en los primeros minutos de la transmisión en vivo que es un “rito Maya”, y este tipo de ritos se clasifican como un atentado contra el Primer Mandamiento de la Ley de Dios porque no se está adorando a la Santísima Trinidad ni tampoco se le está rindiendo culto a la misma como es debido; por ende, no es Católico y no se debe practicar.  
    
Otro aspecto mencionado varias veces durante el ritual Maya fue que se invocó a “dios madre padre” para hacer referencia a alguna deidad superior para pedir su bendición o auxilio. Esto es un sincretismo con creencias panteístas sin fundamento alguno en la teología perenne de la Santa Madre Iglesia y constituye un insulto directo a la Santísima Trinidad por tergiversar este incomprensible misterio que es lo central en la fe Católica. La creencia antigua de los Mayas tenía la concepción de que existían varios dioses y algunos eran femeninos y otros masculinos; esto se aleja diametralmente del conocimiento impartido por Nuestro Señor, el cual es necesario para  salvarse. Diciendo que Dios es “madre padre” lleva a una confusión que pone en duda todas las magníficas enseñanzas de los Padres de la Iglesia donde desarrollan el conocimiento infalible que tenemos acerca de Dios Padre y la Santísima Trinidad; ningún santo se ha atrevido a contradecir  lo dicho por Nuestro Señor Jesucristo en muchas ocasiones que Él tiene un Padre, más no “madre  padre”, lo cual sencillamente no es Católico (Cf. Catecismo Mayor de Papa San Pío X n.24).  
    
Al inicio del ritual se describe por parte de un individuo lo puesto en el centro de la multitud sobre la tierra y este es el punto de enfoque para todo el ritual Maya, ahí se pone cierto libro llamado el Popol Vuh que es el libro sagrado de los Mayas –dicho por la misma persona quien estaba hablando-. Este libro es un libro politeísta, pagano, y no tiene nada remotamente cerca ni conexo a la Sagrada Revelación dada por Dios en la Biblia y en la Tradición Apostólica. Es un libro lleno de figuras extrañas, sacrificios humanos, adoración a dioses ficticios, asesinatos, entre  otros elementos que son totalmente opuestos a la fe católica. No es posible que un católico pueda estar en un rito donde este libro sea admirado o puesto en un lugar de honor por las razones citadas previamente, al igual que afirmando lo dicho en 1 Corintios 10; 16, 21-22 y 2 Corintios 6, 15-16 donde los Apóstoles dejan en firme que la idolatría y paganismo es contrario a la fidelidad que  debemos tener con Dios y estos actos pueden desatar su ira. Más adelante en el ritual se invoca  explícitamente la llamada “pachamama”, de la cual hay muchas concepciones o maneras de explicar esta falsa deidad en las diversas antiguas creencias de Hispanoamérica; estamos en la  obligación de rechazar a esta deidad pagana porque se opone y choca directamente a lo expuesto  anteriormente acerca de la idolatría y el paganismo. Defendemos nuevamente la verdad de fe que no proviene de la Santísima Trinidad o cualquier otra figura que intente tomar la adoración y gloria debida solamente a Nuestro Señor Jesucristo.
   
Por último, es un acto funesto el hecho que se le haya dado varias reverencias al sol como si este fuera una deidad al cual le debemos honor o veneración. Esto de por sí es suficiente evidencia que este ritual voluntariamente se distancia tanto en conjunto como en detalle de lo que ha enseñado la Iglesia Católica de forma infalible y a la vez constituye un acto abominable a los ojos de Dios Todopoderoso (Cf. Catecismo Mayor de Papa  San Pío X n.365 y 367. CIC 2110, 2112-2114).
  
Tanto sacrificio de parte de santos confesores, mártires misioneros, y fieles religiosos por ir a evangelizar como está dicho en Mateo 28, 19 con gran celo por sacar de las tinieblas a los que no han conocido la verdad del Evangelio. Lamentablemente estos grandes héroes de la Iglesia están siendo hoy en día ignorados, pisoteados, y hasta burlados por las obras contradictorias que se cometen con el apoyo abierto de quienes se supone que deberían defender a estos héroes y sus  hazañas. ¿Qué pensaría San Isaac Jogues y sus compañeros mártires, quienes fueron vilmente torturados y asesinados por evangelizar con la verdad de Cristo? ¿Qué diría San Francisco Xavier, que recorrió lugares recónditos para sacar del error a los habitantes y llevarlos a conocer a Dios? ¿Cómo reaccionaría San Patricio, que se enfrentó directamente contra los brujos Druidas que lo querían matar por haber sacado a varias tribus de irlandeses del paganismo? ¿Finalmente, cómo  actuaría San Justino quien se convirtió de creencias falsas para aceptar la fe y combatió para defenderla hasta dar la sangre por Cristo Jesús? Hay un mar de otros santos mártires y grandes misioneros que nos podemos pasar largas horas hablando de la epopeya que cada uno llevó para convertir a las almas y hacer proselitismo de la forma que siempre ha sido hecho.  
   
Verdaderamente las revelaciones de Nuestra Señora de la Salette, Buen Suceso, y Fátima se han vuelto una realidad palpable dentro de la jerarquía eclesial ya que, no se le tiene temor a  Dios ni a la ira divina por ritos extraños donde el demonio fue invocado. San Pablo con sus poderosas advertencias de guardar el Depósito de la Fe (Cf. Carta a Timoteo) y su celo por convertir aquellos que viven en las tinieblas de la confusión para ser llevados a la luz de Dios han caído en tierra infértil donde no germina la buena semilla; en cambio, sí germina de forma misteriosa en esa tierra la desviación doctrinal, la irreverencia, la falta de sacralidad con la Santísima Trinidad, la acedía con la Santísima Virgen Maria, y favor hacia el mundo anticatólico y revolucionario. En conciencia, es imposible para nosotros guardar más el silencio ya que, nuestra obediencia primero es con Dios teniendo en cuenta el juicio al final de nuestras vidas donde se nos dará la sentencia de acuerdo a nuestros actos. Siguiendo el llamado de atención en Isaías 58, 1  nosotros debemos clamar con voz de trompeta y denunciar abiertamente los delitos que se han cometido contra Dios Todopoderoso puesto que, por años se ha pisoteado la Tradición Apostólica y es momento de gritar con mil lenguas –como dijo Santa Catalina de Siena- ya que por nuestro  silencio el mundo está podrido. Nosotros, laicos de diversos sectores de la población Católica de este país alzamos la voz por amor a la Iglesia Católica, Apostólica, y Romana quien es nuestra madre y es nuestro deber salir en defensa de ella cuando es atacada tanto de adentro como afuera. Rezamos por su recapacitación y pronto acto de arrepentimiento público por este repudiable evento.  

Atentamente, 

Yousef Altaji 

Luis Varela  

José Céspedes  

Nix Adrián Basmeson
   
ACTUALIZACIÓN: A través de una comunicación enviada a Infovaticana, el cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispón demérito de San Cristóbal de las Casas (Méjico) y coordinador del simposio, intentó (en vano) refutar los hechos descritos en el vídeo y la carta abierta en cuestión, usando el mantra de «lo sacaron todo fuera de contexto».
   
Felipe Arizmendi Esquivel
   
Arizmendi, que aparece en el minuto 49 del vídeo dirigiendo la oración a “dios madre padre” mientras las “monjas” adoraban al sol, dijo que la ceremonia en comento en realidad era el rezo de las Laudes, incorporando elementos indígenas de la región, y siempre acababan con una Eucaristía Novus Ordo, añadiendo «En sus culturas tratamos de descubrir los signos de la presencia del Espíritu divino, siempre a la luz del Evangelio», como si el Espíritu Santo inspirase la idolatría.

Arizmendi, si bien es sacerdote válido al ser ordenado el 25 de Agosto de 1963 con el Rito Romano tradicional, fue “instalado” obispón de Tapachula el 7 de Marzo de 1991 por el entonces Delegado Apostólico –posteriormente Nuncio– en Méjico Girolamo Prigione con el inválido rito montini-bugniniano (por ende, NO ES OBISPO CATÓLICO), trasladado a San Cristóbal de las Casas el 1 de Mayo de 2000, y creado cardenal el 28 de Noviembre de 2020. Al igual que su antecesor Samuel Ruiz García, es promotor de la “Teología de la Liberación” (aunque fue “instalado” en Tapachula precisamente para combatirla), que contradice su propio lema episcopal «Cristo, único camino».

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