jueves, 13 de octubre de 2022

MARÍA CORREDENTORA, ENTRE EL SIGLO XVII Y PÍO XI

Traducción del artículo publicado por el padre fray Paolo María Siano FFI, tomado de CORRISPONDENZA ROMANA (Parte 1, Parte 2Parte 3 y Parte 4).
  
Desde 1995 al 2013, a través de conferencias, simposios en Italia y en el extranjero, libros, estudios y artículos, los Franciscanos de la Inmaculada han dado un gran apoyo y contribución a la promoción:
1) de la doctrina de la cooperación subordinada, inmediata y activa de María Santísima a la Redención operada por Cristo; María, Nueva Eva, subordinada a Cristo, Nuevo Adán (cf. P. Stefano Manelli, La Corredenzione Mariana, en Corredémptrix – Annali Mariani 1995, Casa Mariana Editrice, Castelpetroso (IS) 1996, pp. 13-45). Tal doctrina está también en Lumen gentium, nn. 56, 61, 63;

2) del título mariano de «Corredentora» que el Concilio Vaticano II, aunque no usándolo en sus documentos por respecto a los protestantes, con todo reconoce como verdadero y legítimo («expressiónes et vocábula quǽdam a Summis Pontifícibus adhíbita, quæ licet in se veríssima, […]. Inter ália vocábula adnumerári quéunt sequéntia: “Corredémptrix humáni géneris” [S. Pius X, Pius XI]; […]»: cf. Acta Synodália Sacrosáncti Concílii Œcuménici Vaticáni II, Vol. 1, Periódus Prima, Pars IV, Typis Poliglottis Vaticani 1971, p. 99).
   
En recuerdo de mi “ADN” vocacional, franciscano-mariano y corredencionista, ofrezco también yo una modesta contribución y homenaje a la «Corredentora».
   
Casi desde el siglo XVII, los ambientes católicos influenciados o atemorizados por el protestantismo (que no acepta ninguna cooperación humana en la Redención) rechazan la Corredención mariana y/o el título de Corredentora. En la obra “Mónita salutária Beátæ Maríæ Vírginis ad cultóres suos indiscrétos” (Gante 1673, mónita 10) el jurista Adam Widenfeld [c. 1618 - 1678, convertido del protestantismo] contesta los títulos marianos «Salvatrícem aut Corredentrícem». La obra fue difundida con particular empeño por los círculos jansenistas (cf. Manfred Hauke, Introduzione alla mariologia, Eupress FTL, Lugano 2008, p. 266). El estudioso Carlo Francovich observa que en el siglo XVIII, en Praga, Viena, Toscana y el Estado Pontificio hay contactos, convergencias de ideas, o doble pertenencia, entre los ambientes masónicos y los jansenistas (“Storia della Massoneria in Italia. Dalle origini alla Rivoluzione francese”, versione digitale, 2012, pp. 21, 34, 65, 88, 126-127, 207).
   
Sin embargo, también el Santo Oficio censura aquel título mariano en 620 en Mantúa, en 1723 en Bolonia y en 1747 en Áscoli Piceno (cf. Andrea Villafiorita Monteleone, “Alma Redemptóris Sócia. Maria e la Redenzione nella teologia contemporanea”, EUPRESS FTL, Lugano 2010, pp. 6-10). No obstante esto, fuera del territorio pontificio, entre el Seiscientos y el Setecientos el título «Corredentora» aparece en obras de teología y de predicación, especialmente en las obras de los jesuitas.
   
Uno de los primeros compañeros de San Ignacio de Loyola, el P. Alfonso Salmerón S.J. (1515-1585), teólogo en el Concilio de Trento, en su obra póstuma “Commentárii in Evangélicam Históriam, et in Acta Apostolórum” (Tomus III, Nunc primum in lucem editus. Permissu Superiorum, Coloniæ Agrippinæ, 1602), llama a la Virgen: «corredémptrix, mediátrix, & cooperátrix salútis humáni géneris, […] singulárem advocátam» (p. 38).
   
En los “Commentárii in Matthǽum” (Tomo primero, Parte segunda, Madrid 1640), el P. Jerónimo de Guevara S.J. afirma que Cristo es el Redentor y María es la Corredentora («conredémptrix»), Cristo el Nuevo Adán y María la Nueva Eva. Adán, con el consejo de Eva trajo la muerte, y Cristo con la ayuda de María trajo la vida (cf. p. 81). María: «conredemptrícem & subsidiatrícem» (p. 82).
   
En la obra “Deípara ab oríginis peccáto preserváta” (Lyon, 1642), el P. Andrés Pinto Ramírez S.J. (1595-1654), docente en la Universidad de Salamanca, habla de la Corredención unida al Redentor: «Christus ad méritum, peccáti Redémptor destinátur: María Corredémptrix ad intercessiónem: imo et ipsíus Christi piíssime captívi pia Redémptrix» (pp. 23-25). Ramírez llama a María: «Corredémptrix Deípara», «María Sponsa conregnátrix», «Corredémptrix humáni géneris» (p. 495).
   
El P. Fernando de Quirino Salazar S.J. (1576-1646) en su “Defénsio pro Immaculata Deíparæ Vírginis Conceptióne” (Coloniæ Agrippinæ, 1622) llama a la Virgen «corredémptrix géneris humáni» (p. 205).
    
Cerca de veinte años después, el P. Fernando de Quirino Salazar, devenido consejero real en el Supremo Senado de la Inquisición General de España también en la obra “Cánticum Canticórum Salomónis, Allegórico Sono, et Prophética, Mýstica, Hypermística expositióne prodúctum” (T. primus, Lugduni 1642) escribe de María: «adjútrix fuit redemptiónis Christi», «corredémptrix, & salútis humánæ causa, & áutrix» (p. 128).
   
En “Rutham. Commentarii Litterales & Morales” (1651), el P. Diego de Celada S.J. (1586-1661), Rector del Colegio Imperial de la Compañía de Jesús en Madrid, escribe de la: «Corredemptricis, seu Reparatricis gloriam» (p. 595) y agrega «Te Reparatricem intelligant Corredemptricis nomine, & Restauratricis vocabulo» (p. 595). Y acerca de la Bienaventurada Virgen María que ofrece el Sacrificio del Hiijo como precio de nuestra Redención, el P. de Celada exclama: «O Deíparæ gloriósa pássio, quæ illi Corredemptrícis gloriósam fœnerávit!» (p. 596).
   
En el escrito “De concórdia débiti peccáti negáta in Deípara cum gratia Redemptióni”, publicado en “Ópera parthénica de super-exímia et omnímoda Puritáte Matris Dei” (Lugduni, 1659), el P. Juan Eusebio Nieremberg y Ottin S.J. (1595-1658) afirma que María fue elegida para ser medio de la Redención humana, cooperadora y corredentora subordinada a Cristo único Redentor («ut esset médium Redemptiónis humánæ, & cooperátrix atque corredémptrix cum Christo primário, solum efficáce, & únice sufficiénte Redemptóre» (p. 437). María es «Corredémptrix data in Adjutórium Redemptiónis» (p. 449), «Corredemptrícem humáni genéris» (p. 451). María es «Adjútrix Redemptiónis» y «Corredémptrix Mundi» (p. 480). Eva, con Adán, ha arruinado al género humano; en cambio María ha reparado con Cristo al género humano («illa humánam Natúram debilitávit, hæc reparávit»), por esto María es «Corredémptrix & Adjútrix ejus fuit ad opus Redemptiónis» (p. 496), María «utilíssimum adjutórium Christi fuit» (p. 496). En todo, María se opone a Eva: «Per ómnia María fuit oppósita Evæ» (p. 496).
   
En el “Commentárius litterális, panegýricus, morális, in caput 24. libri Ecclesiástici” (Antwerpiæ, 1661), el P. Ildefonso de Flores S.J. llama a María: «humáni géneris corredémptrix» (Index Concionatórum, Domínica in Passióne, nº 2, sin número de página).
   
En la obra “De Deo Uno” (Tomus secondus, Lugduni 1671) el P. Cristóbal de Ortega S.J. (1598-1686) llama a María: corredentora y madre de todas las gracias («corredemptrícis, & gratiárum ómnium Matris glória»: p. 412).
    
El P. Cristóbal (Cristophoro) de (la) Vega S.J. (1595-1672) en la obra “Theologia Mariana sive Certamina litteraria De B.V. Dei Genitrice Maria” (Tomus Primus, Editio prima neapolitana, Neapoli 1866), llama a María: «Corredemptrix» (pp. 207-208, 379), «primorum parentum corredemptrix una cum Filio, totiusque naturæ reformatrix» (p. 457).
   
El P. Pietro Paolo Gherardi, Definidor General de la Provincia florentina de la Orden de los Siervos de María, en sus “Prediche Quaresimali” (Firenze 1671) llama a María: «Corredentora de la naturaleza humana» (p. 465) y «Corredentora del hombre» (p. 480).
   
En el “Tractátus de Incarnatióne Verbi Dívini: Opus pósthumum locupletíssimis” (Tomus Quartus, Lugduni, 1678), el P. Leonardo Peñafiel S.J. (1597-1657), teólogo, profesor y Provincial de la Provincia Peruana, llama a María: «Corredémptrix, & Mediátrix, ut loquúntur Sancti Patres» (p. 232).
   
Entre los “Panegirici in lode del Santissimo Nome di Maria” (Presso la Gran Curia Innocenziana, Roma 1699), libro publicado con el Imprimátur del entonces Maestro del Sacro Palacio Apostólico (o sea el Teólogo del Papa) P. Gregorio Sellari O.P., está el panegírico dado en Roma en 1697 por  Don Roberto Valia, «Archidiácono de Nazaret, Doctor de las Leyes, y de la Sacra Teología Profesor», el cual define a María: «Corredentora de los hombres» (p. 64), «hóminum Corredémptrix» (p. 64, cursiva del texto), «la Crucificada de amor con el Hijo crucificado en redención del Mundo» (p. 64).
   
El agustino descalzo P. Angelo Maria da S. Filippo, Lector de Teología, en sus “Oraciones Panegíricas” (Milán 1699) afirma que en los «eternos decretos» de Dios, María es «corredentora del Mundo» (p. 57).

En el “Rosetum Theologicum Scholasticum Marianum” (Hispali 1702), el teólogo P. Pedro de Medrano S.J. afirma que la Virgen es llamada “corredentora” por los Santos Padres («corredémptrix»: p. 261) y también él comparte este título mariano: «corredémptrix» (p. 304), «Deípara Dómina corredémptrix nostra» (p. 380).

El P. Simone Bagnati S.J. (1651-1727) en su obra “Il Venerdì santificato cioè la Passione Santissima di Gesù Cristo” (Venezia 1714) llama a María: «Corredentora» (p. 138).

El P. Alessandro Diotallevi S.J. (1647-1722), en sus “Trattenimenti spirituali. Per chi desidera d’avanzarsi nella Servitù e nell’amore della Santissima Vergine” (Parte Prima, Venezia 1723) llama a María: «Corredentora del mundo» (pp. 22, 230, 241).

En el “Calendárium veritátis, id est: Cogitatiónes, sive Consideratiónes Christiánæ pro síngulis anni diébus. Triméstrem Secúndum” (Viennæ, Austriæ, 1720), el P. François Nepveu S.J. (1639-1708) llama a María: «Corredemptrícis hóminum» (p. 86).

En la “Palǽstra bíblica, seu Enchíridion Neotericórum pro sácrisi codícibus rite tractándis, et difficultátibus Sacræ Scriptúræ scholásticæ discutiéndis” (Tomus secundus, Matriti 1727), el P. Diego De Quadros S.J., profesor de Filosofía y Teología Escolástica, y también de Lengua Hebrea en el Colegio Imperial de Madrid, después de haber citado algunos Santos Padres, sostiene el título de Corredentora: «ergo B.V.M. título, Corredemptrícis, verum habet domínium creaturárum» (p. 395).
  
En la “Opera omnia ascetica” (Tomus primus, Ingolstadt 1732), el jesuita polaco P. Kasper Druzbicki S.J. (1589-1662), por dos veces Ministro Provincial, llama a María «Corredémptrix mundi» (p. 506).
  
En la obra “Discursus prædicabiles super Litanias Lauretanas Beatissimæ Virginis Mariæ, in duo Tomos distributi” (Tomus primus, Augustæ Vindelictorum & Dillingæ, 1735), en un discurso sobre el honor y la dignidad que deriva a la Santísima Virgen por ser Madre del Salvador, el P. Justin Mieckow O.P. la llama: «nostra corredémptrix, orbis reparátrix, humáni géneris renovátrix, redemptiónis nostræ adjútrix, & cooperátrix salútis géneris humáni» (p. 443).

En la obra “Delle grandezze di Gesù Cristo e della gran madre Maria Santissima” (Tomo III, Napoli 1746), el P. Francesco Pepe S.J. (1684-1759), escritor jesuita muy estimado por San Alfonso María de Ligorio, afirma que la Santísima Trinidad ha querido a María cual «Corredentora del género humano» (p. 213); es «verdad innegable» y «negar tanta gloria a la Divina Madre» sería desmentir a los Santos Padres, los Teólogos y las mismas Divinas Escrituras que nos muestran a María como «causa secundaria de nuestra Redención». Los herejes con Lutero y Calvino niegan esta verdad (cf. pp. 213-214).

María «debe decirse nuestra Corredentora» (p. 227), Jesús ha querido que «nosotros viviésemos obligados a la Madre como a Corredentora de todo el Ser sobrenatural reconquistado» (p. 227). El P. Pepe habla de «María Reparadora de las ruinas de Eva. […]. Tanto bastaría para coronar a María con la Diadema de Corredentora nuestra, una con Su Hijo» (p. 227). María ha ofrecido a su Hijo, por eso merece «el alto título de Corredentora del género humano» (p. 318). Y más: «Ella porque es Corredentora del género humano, es un océano de todos los bienes, para enriquecernos a todos» (p. 318). María no es simplemente parte de la Iglesia, sino que es superior, Ella es «Corredentora» de la Iglesia (p. 319), «verdadera Corredentora del género humano» (p. 321).

En la “Opera Dogmatica contro gli eretici pretesi riformati. Dedicata alla Santità di N.S. Papa Clemente XIV” (Bassano 1770), también San Alfonso de Ligorio (en la época Obispo de Santa Águeda de los Godos y Rector Mayor de la Congregación del Santísimo Redentor) afirma que María es «Corredentora» (p. 394) porque ha cooperado con Cristo a fin que los hombres «naciesen a la Gracia», ella «cooperó en su salvación» (cf. p. 395). 
   
En la obra póstuma «Mariáni Cultus Vindíciæ, seu nonnúllæ animadversiónes in libéllum cui Títulus: Mónita Salutária B.V. Maríæ ad Cultóres suos indiscrétos. Pro vindicánda contra Autórem Anónymum. Deíparæ Glória, Secúndum Orthodóxæ Fídei dógmata, Sanctórum Patrum testimónia, Rectæ Ratiónis dictámina, Et Theologórum princípia concinnátæ» (Pragæ 1677), escrita contra el jansenista Adam von Widenfeld, el P. Maximilian Reichenberger S.J. (1613-1676), jesuita bohemio y docente de Filosofía y Teología en la Universidad de Praga, llama a María: «Corredémptrix» (p.38), «Salútis humána Corredemptrícem & Restauratrícem» (p.120) según la doctrina de los Santos Padres.
  
En el Sýllabus Mariánus (Leopoli 1717), el P. Anton Wegrzynov de los Hermanos Menores Reformados, Lector de Teología de la Provincia de los Menores de Polonia, llama a la Virgen: «Corredémptrix» (col. 508), «corredémptrix géneris humáni» (col. 1011, cursiva del texto).

Pasemos ahora al siglo XIX.
   
En el libro El mes de Mayo consagrado a María. Obrita nueva (En Roma 1821, en Vincenzo Poggioli, impresor de la Reverenda Cámara Apostólica, con aprobación) se afirma que «María devino como corredentora del mundo, y verdadera Madre del Hijo mismo de Dios» (p.23).

En el libro Grandezas de María (Tomo V, Foligno 1840), el P. Francesco Di Paola, ex General de la Congregación de los Misioneros del Santísimo Redentor, afirma que María es «nuestra Corredentora» (pp. 174-177, 185-187, 198, 202); «Corredentora del Mundo perdido» (p. 186); «merecía el título glorioso de Corredentora» (p.199); es «verdadera Corredentora» (p.214).
   
En la obra “Pareceres del Episcopado Católico, de Capítulos, de Congregaciones, de Universidades, de personajes notables, etc. etc. sobre la definición dogmática de la Inmaculada Concepción de la B. V. María entregados a la Santidad de Pío IX P.M. en ocasión de su Encíclica dada en Gaeta el 2 de Febrero de 1849”, (Parte I, vol. I, En las imprentas de la Civiltà Cattolica, Roma 1851), hallamos la carta del Obispo de Asti Mons. Filippo Artico (1798-1859) que, dirigiéndose al Romano Pontífice, llama a María «Corredentora del mundo» (p. 325).

En 1852 en Roma, editada por el P. Marcellino da Civezza M.O. (M.O. = Hermanos Menores de la Observancia), viene publicada la edición italiana de la disertación teológica “De la definibilidad de la Concepción Inmaculada de María” del P. Pedro Gual M.O., Guardián del Colegio de Propaganda Fide de Ocopa (Perú). La Virgen es llamada «la corredentora de los hombres» (p. 7), y «Corredentora de la familia humana» (p. 42).
   
En el opúsculo devoto Afectos y oraciones para los devotos de la Virgen Dolorosa con la corona de los siete dolores que se recita en todos los viernes del año en la Catedral de Nápoles (Napoli 1855), está la «Letanía de la Virgen Dolorosa» compuesta por el Siervo de Dios Papa Pío VII (1742-1823), reinante entre 1800 y 1823. En aquella Letanía, la Virgen es llamada también «Corredentora del género humano» (p. 26).
  
En el libro La Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María considerada como dogma de fe (edición italiana, Giacinto Marietti Tipógrafo-Librero, Turín 1857), Mons. Jean-Baptiste Malou (1809-1864), teólogo y después Obispo de Brujas, llama a María «corredentora» (p. 65), «corredentora del género humano» (pp. 121, 251, 253), «corredentora del mundo» (p. 256), «corredentora en uno con su Hijo divino» (p. 227). María es «corredentora» porque asociada a Su Hijo como «cooperadora de los grandes misterios de la encarnación del Hijo de Dios y de la redención de los hombres» (p. 251). María ha tomado «una gran parte en los padecimientos de su Hijo», ella une su voluntad a la del Hijo; María «inmolaba» a su Hijo Cordero divino (cf. p. 251). Ella «es por tanto verdaderamente la corredentora del mundo, y, después de su Hijo, el instrumento principal de la redención» (p. 252). Para ser «corredentora del género humano», María «ha debido ser preservada de la mancha original» (p. 252).

Nel libro Per le Feste della Solenne Coronazione del V. Simulacro di Maria Santissima sul Monte di Varallo nell’agosto 1857 (Novara, Tip. di Girolamo Miglio, s.d.), troviamo in ben 4 omelie il titolo di «Corredentrice».
   
Nell’Omelia del 18 agosto 1857 il Vescovo di Ventimiglia Mons. Lorenzo Biale chiama Maria: «Corredentrice della perduta umanità» (p. 44), «Corredentrice e Correparatrice delle nostre sciagure» (p. 46), «affettuosa nostra Corredentrice» (p. 50).

Nell’Omelia del 19 agosto 1857, Mons. Raffaele Biale, Vescovo di Albenga parla «del sublime titolo di Corredentrice onde l’onora la Chiesa» (p. 65), del «grandioso titolo di Corredentrice dell’umanità» (p. 66), Maria è «Corredentrice del mondo» (p. 65).
  
Nell’Omelia del 20 agosto 1857 Mons. Fr. Giovanni Tommaso Ghilardi O.P., Vescovo di Mondovì, afferma che Maria ha meritato «il titolo di nostra Corredentrice!» (p. 86).
  
Nell’Omelia del 22 agosto 1857 Mons. Alessandro d’Angennes, Arcivescovo di Vercelli, afferma che Maria «fu detta, ed è realmente Corredentrice del genere umano» (p. 119).
   
Nel Compendio dell’Instituzione del Terzo Ordine del Padre S. Francesco d’Assisi a cura dei Padri Minori Riformati di S. Pietro ad Aram, (5a edizione migliorata, Napoli 1858), si legge circa il «Serafico Patriarca» San Francesco che «la passione del Redentore, e il martirio della Corredentrice» (p. 172) sono stati «lo scopo de’ pensieri di lui ed affetti» (p. 172). In una coroncina dei Dolori di Maria, si contempla anche il «perenne ringraziamento» di Maria a Dio «avendola scelta a Corredentrice per la gloria del Cielo, e per la salvezza della terra» (p. 184).

Nella Relazione di quanto si operò a festeggiare la venuta del Sommo Pontefice Pio Nono nella città di Ascoli del Piceno scritta dal Cav. Gaetano Frascarelli (Ascoli 1859), leggiamo che in una colonna «eretta temporariamente» in Piazza del Popolo in onore della Vergine Immacolata, nelle iscrizioni mariane vi è il titolo: «Corredentrice dell’uman genere» (p. 120).

Nei Discorsi sacri in onore della Gran Madre di Dio Maria SS. con una Novena per la Festa del S. Natale (Napoli 1864), il redentorista P. Bartolomeo Giordano chiama Maria: «Corredentrice insieme col Figlio» (p. 74), «nostra corredentrice, e mediatrice della nostra salute» (p. 74). «Gesù è Redentore, e mediatore, come causa primaria; Maria come causa secondaria» (p. 74). «Ebbero dunque ragione i Padri della Chiesa nel chiamare Maria chi corredentrice, e coadiutrice della nostra salute […] chi cooperatrice della nostra salute» (p. 77). «Maria la nostra corredentrice» (p. 77).

Nel libro Die Mutter Gottes. Geschildert von den Hl. Vätern und Lehren der Kirche (Wien 1866), P. Geminiano Mislei S.J. afferma che Maria può essere chiamata Corredentrice («die heilige Maria Miterlöserin nennen kann»: p. 329), Gesù è il Nuovo Adamo («den neuen Adam»). Maria è nostra Corredentrice («Maria auch unsere Miterlöserin nennen»: p. 329).

Nel Panegirico dei dolori glorificati di Maria Santissima (Sanremo 1871) P. Girolamo Priori, «ex Generale dei Carmelitani Scalzi, Esaminatore dei Vescovi innanzi al Sommo Pontefice e Consultore di varie Ecclesiastiche Congregazioni», afferma che Maria «patì da Corredentrice coll’offerta di un sacrifizio il più doloroso» (p. 5). Maria è la «nostra Corredentrice» (p. 13), «l’amabile nostra Corredentrice» (p. 17).

Nel libro Il mese di Maggio. Sermoni sopra la dignità altissima di Maria Vergine detti in Roma nella chiesa di Santa Maria della Pace (Torino 1872, Pietro di G. Marietti, Tipografo Pontificio) il sacerdote Natale Severini, già professore di Eloquenza e Teologia Dogmatica, chiama Maria «corredentrice» (pp.199-201), «mediatrice, corredentrice e madre nostra tenerissima» (p. 269).

Nella Vita di Maria SS.ma (Torino 1874, Cav. Pietro Marietti, Tipogr. Pontif. ed Arciv.) il cappuccino P. Teodoro Piccone scrive che «Maria, come corredentrice, intrepida stavasi appiè della Croce […]. Gesù per noi immolava sé stesso sul ruvido legno insanguinato; e Maria, nel colmo del suo dolore, magnanima offeriva al Padre il prezzo del gran riscatto» (p. 154). Maria, offrendo Gesù all’Eterno Padre, «propriamente corredentrice addiviene dell’umana famiglia» (p. 154).

Nel libro La dottrina cattolica esposta in tre libri. Vol. II (Napoli 1877), il sacerdote oratoriano Alfonso Capecelatro (1824-1912), poi Arcivescovo di Capua dal 1880, Cardinale dal 1885, Bibliotecario della Biblioteca Apostolica Vaticana dal 1890, chiama Maria: «corredentrice, perché per la ineffabile fortezza dell’animo offrì al Padre per noi il sacrifizio del Figliuol suo dolcissimo, e partecipò col Figliuolo a tutti gli strazi, a tutte le ignominie, a tutt’i dolori che redensero il genere umano» (p. 195).
   
Nei suoi Discorsi sacri (Genova 1877), il sacerdote Don Paolo Tirinzoni, Parroco Prevosto di Buglio, chiama Maria: «vera corredentrice del genere umano» (p. 317), «corredentrice del mondo perduto» (p. 325).

Nel 1877, all’interno della Chiesa di Santo Spirito dei Frati Minori in Ferrara viene posta una lapide a ricordo della beneficenza elargita dalla Contessa Elisa Gulinelli in Fioravanti per il rifacimento del pavimento adiacente la Cappella del Crocifisso. Nell’iscrizione leggiamo che con tale beneficenza la Contessa ha desiderato emulare «la pietà dei suoi illustri maggiori verso le pene del Redentore Divino e della Corredentrice Maria» (cfr. P. Teodosio Lombardi OFM, I Francescani a Ferrara. Vol. II. Il Convento e la Chiesa di Santo Spirito dei Frati Minori, Bologna 1974, p. 100).

Nel libro L’amico del clero secolare e regolare (Milano 1878) il sacerdote barnabita P. Carlo Parea, già Penitenziere Onorario nella (Basilica) Metropolitana di Milano, chiama Maria: «Corredentrice del genere umano» (pp. 285, 689), «Corredentrice nostra […] qual nostra Corredentrice divenne canale di carità» (p. 682). Inoltre «la vita di Maria, Madre di Dio e nostra Corredentrice, è un tessuto di maraviglie» (p. 684); «Madre del Redentore e degna Corredentrice, tutta pura, santa, immacolata e da capo a piedi adorna d’una incomparabile bellezza, ammirata dagli Angeli stessi» (p. 687); «vera Corredentrice» (p. 689).

Nel libro Sculture e mosaici nella facciata del Duomo di Firenze (Firenze 1883), il Prof. Augusto Conti dell’Istituto di Studi Superiori in Firenze afferma che «Maria Vergine, Madre di Gesù Cristo, è la Corredentrice degli uomini» (p. 16), «corredentrice con Gesù dell’antica Eva e del vecchio Adamo» (p. 79), «la Corredentrice degli uomini» (p. 98).
  
Nel “Bollettino Salesiano” del giugno 1884 (Torino, Anno VIII, N. 6), ancora vivente San Giovanni Bosco (1815-1888), nella «Relazione sulla festa di Maria Ausiliatrice», la Madonna è chiamata: «corredentrice, avvocata e madre nostra dolcissima» (p.83).
   
Negli Acta Sanctæ Sedis del 1885 (vol. XVIII, Romæ, Typis Poliglottæ Officinæ S.C. de Propaganda Fide), nella rubrica «Ex S. Congreg. Indulgentiarum» si legge che in data 18 luglio 1885 Papa Leone XIII ha concesso un’indulgenza di 100 giorni a chi recita delle Lodi a Gesù e a Maria Santissima («Laudes in Christi Jesu et Mariæ virginis honorem cum indulgentia centum dierum») in cui c’è anche il titolo mariano (in italiano e latino) di «Corredentrice del Mondo» (p. 93) — «Mundo redimendo coadiutrix» (p. 93).

Infine su “La Palestra del Clero” del 1893 (Roma, vol. XXXII), organo ufficiale della Società per gli Studi Biblici presieduta da mons. Giambattista Anania («Cameriere Segreto di S. Santità»), nel discorso “Il Sacro Cuore di Maria” la Madonna è chiamata: «corredentrice» (p. 289), «Eva novella» (p. 289), «la cooperatrice della rigenerazione di tutte le anime» (p. 293). Inoltre: «Sotto questo rispetto di corredentrice e madre di vita noi dobbiamo sempre meglio riconoscerci come veraci figli del cuor suo» (p. 294). 
   
Nel libro “The Foot of the Cross: or The Sorrows of Mary” (London 1858), P. Frederick William Faber (1814-1863), sacerdote cattolico oratoriano, ex parroco anglicano, afferma che Maria merita il titolo di «co-redemptress» (p. 453) per la sua Cooperazione all’Incarnazione del Verbo (Maternità Divina) e quindi alla Passione del Figlio (pp. 453-454). Santi e dottori hanno chiamato Maria: «co-redemptress of the world» (p. 447).

Nel 1870, a cura di “Sacra Rituum Congregatione E.mo et R.mo Domino Cardinali Constantino Patrizi (Episcopo Portuen. Et S.Rufinæ, S.R.C. Præfecto etc.) Relatore”, viene pubblicato il testo “Urbis et Orbis Concessionis Tituli Doctoris et extensionis eiusdem tituli ad Universam Ecclesiam neque non Officii et Missæ sub Ritu Dupl. de Comm., Doctorum Pontificum in honorem Sancti Alphonsi Mariæ de Ligorio Fundatoris Congregationis SS. Redemptoris ac olim Episcopi S. Agathæ Gothorum” (Romæ 1870, Ex Typographia S. Congreg. De Propaganda Fide socio equite Petro Marietti Administro).
   
In difesa del “Dottorato” di S. Alfonso, l’avvocato Ilario Alibrandi (1823-1894, insigne giurista che, docente di diritto a La Sapienza, godeva tutta la fiducia di Papa Pio IX), a proposito della Mariologia alfonsiana, afferma che Maria può essere chiamata giustamente Corredentrice: «“Unde Maria, hoc sensu rectissime nuncupatur Corredemptrix hominum» (p. 80). Poi Alibrandi cita il Liguori: «“Quindi la divina Madre… giustamente venne chiamata… Riparatrice del genere umano… Redentrice degli schiavi, Ristoro delle nostre miserie”» (p. 80).

Ora entriamo nel primo ‘900.
   
Nel suo “Tractatus de Beatissima Virgine Maria Matre Dei” (Lethielleux, Paris 1901), P. Alessio Maria Lépicier (docente di Teologia al Pontificio Collegio Urbano di Propaganda Fide, e Procuratore Generale dell’Ordine dei Servi di Maria) tratta nell’Art. III: «De officio Corredemptricis» (pp. 386-399). Maria è Corredentrice perché ha dato il suo consenso all’Incarnazione del Verbo e ha cooperato alla Sua Passione («compassio») per la nostra salvezza. Maria può essere chiamata, «excellentiori modo quam alios sanctos et iustos», «cum Christo redemptorem seu nostram Corredemptricem» (p. 397). Maria è «Corredemptrix» (p. 466), «hominum corredemptrix» (p. 475). Questo libro di P. Lépicier, approvato dal Priore Generale dell’Ordine dei Servi di Maria, contiene le lettere di gradimento di Papa Leone XIII e del Cardinale Mariano Rampolla Del Tindaro.
   
Vediamo alcuni interventi negli “Atti del Congresso Mariano Mondiale tenuto in Roma l’anno 1904” (Tipografia degli Artigianelli S. Giuseppe, Roma 1905), compilati a cura di Mons. Giacomo Maria Radini Tedeschi (Vescovo di Bergamo – Segretario della Commissione Cardinalizia) e di P. Pellegrino Maria Stagni (Priore Generale dell’Ordine dei Servi di Maria – Segretario Generale del Congresso).

Nel suo “Saluto”, il Comm. Filippo Tolli (laico, Presidente d’onore del Circolo dell’Immacolata) chiama Maria: «immacolata corredentrice del genere umano» (p. 67). Conclude con una preghiera spontanea in versi dove dice tra l’altro: «e Tu, Corredentrice, / Per tutti prega: ad una tua parola / Spunterà il Sole di un’età felice» (p. 67).

Nella relazione “La Chiesa greca ai piedi di Maria Immacolata”, Don Arsenio Pellegrini, Abbate di Grottaferrata, parla di: «Maria corredentrice del mondo a piè della croce, vittima anche essa immacolata con Colui che non mai conobbe il peccato» (p. 80); Maria è «corredentrice del genere umano» (p. 81).
   
Nella relazione “Vincoli tra la devozione di S. Domenico verso Maria Santissima e la fondazione dell’Ordine dei Frati Predicatori”, P. Giacinto M. Cormier OP, Maestro Generale dei Predicatori (beatificato da Papa Giovanni Paolo II nel 1994) afferma che gli eretici Albigesi combattevano «Gesù Redentore» e «per infernale logica, anche Maria Corredentrice» (p. 111).

P. Alessio Lepicier tiene una relazione in latino su “L’Immacolata Madre di Dio, Corredentrice del genere umano” (“Immaculata Deipara generis humani Corredemptrix”).

P. Lepicier parla di Maria: «illam, utpote plene sanctam, generis humani dignissimam Corredemptricem existere» (p. 149). Anche il sacerdote, che celebra la Santa Messa, e che continua l’opera della Redenzione, può essere chiamato «corredemptor» (p. 149). Maria è «Corredemptrix, etiam sacerdotum Regina et Patrona» (p. 149). Ella merita «dignissime» il titolo di «Corredemptrix» (p. 150). Ella è «nostri generis Corredemptrix, et sacerdotum, Christi cooperatorum, Regina» (p. 151), «generis humani Corredemptrix» (p. 151), «gloriosa Corredemptrix» (p. 151).

Nella relazione “L’Immacolata e l’incivilimento”, il Prof. Giuseppe Toniolo dell’Università di Pisa e membro dell’Opera dei Congressi, accenna alla «corredentrice Maria» (p. 186).

Il Card. Domenico Ferrata, membro della Commissione Cardinalizia per i festeggiamenti del 50° anniversario della proclamazione del Dogma dell’Immacolata, e Presidente del Comitato dell’Esposizione, nel suo discorso chiama Maria: «Corredentrice dell’umanità» (p. 468).

Vediamo alcuni articoli della rivista mensile “La Verna” dei Frati Minori.

Su “La Verna” dell’8 dicembre 1904 (Rivista illustrata sanfrancescana storico-sociale dedicata a S. Antonio da Padova, Anno II, Nr.7), nell’articolo “La gloria dell’Ordine Francescano nel trionfo dell’Immacolata”, P. Anselmo Sansoni OFM chiama Maria: «Colei, che è l’Eva seconda, la Corredentrice degli uomini, la Regina di tutti gli eletti» (p. 399).

Ancora su “La Verna” Nr. 7/1904, nell’articolo “L’Immacolata e l’Oratoria Cristiana”, P. Bernardino Sderci OFM chiama Gesù «il Redentore» e Maria «Corredentrice» (p. 411), «la nuova Eva, più pura, più grande, più bella dell’antica, perché sempre intatta» (p. 411).

Su “La Verna”, Nr. 8 del 13 gennaio 1905, nell’articolo “Super montes aromatum” un certo Testis parla di Maria come Colei che fu «Preservata in vista della missione divina di Corredentrice» (p. 479).

Nel 1905 a Siena, la Tipografia Pontificia S. Bernardino stampa il libro “La Vergine-Madre nelle opere e nel pensiero di Dante Alighieri” di mons. Giacomo Poletto a cui tra il 1881 e il 1883 Papa Leone XIII aveva affidato la cattedra di Teologia dantesca, la prima in Italia. Mons. Poletto chiama Maria: «corredentrice» (pp. 56, 64, 198, 250, 377, 493), «corredentrice dell’uman genere» (pp. 170, 185), «corredentrice degli uomini» (p. 190), «corredentrice del mondo» (p. 190, nota 13 da pag. 189), «corredentrice del genere umano» (p. 366).

Negli Acta Sanctæ Sedis, Vol. XLI, 1908, nel “Decretum” del 13 maggio 1908 della Sacra Congregazione dei Riti, che eleva a rito doppio di 2a classe per tutta la Chiesa la festa dei Sette Dolori di Maria della terza domenica di settembre, Maria è chiamata: «humani generis Conredemptricem» (p. 409).
   
Nel 1908 Marietti Editore (Torino) pubblica il libro di Don Gaetano Finco (1843-1909) “La Corredentrice ossia Il Mese di Settembre dedicato alla Regina dei Martiri. Ad uso dei predicatori”. L’autore dedica a Papa Pio X questo libro «sui dolori della Corredentrice del mondo» (p. III). Maria è «la Corredentrice della Umanità» (p. 8), «la Corredentrice del genere umano» (p. 17), «vera Corredentrice» (p. 24), «ha tutto il diritto di essere chiamata nostra Corredentrice» (p. 26).

Negli “Acta Apostolicæ Sedis” del 1913 (Anno V, Vol. V, Romæ, Typis Poliglottis Vaticanis), la “Suprema Congregatio S. Officii (Sectio de indulgentiis)”, a firma del Card. Rampolla, promulga un “Decretum” con cui Papa Pio X in data 26 giugno 1913 concede all’invocazione dei nomi «Laudétur Jesus et María – Hódie et semper» la stessa indulgenza concessa per l’invocazione del solo Nome di Gesù. In quel “Decretum” la Madonna è chiamata Corredentrice: «corredemptrícis nostræ, Beátæ Maríæ» (p. 364).
  
Negli “Acta Apostolicæ Sedis” del 1914 (Vol. VI), la “Suprema S. Congregatio S. Officii (Sectio de indulgentiis)”, a firma del Card. Domenico Ferrata (Secretarius), promulga un “Decretum” del 22 gennaio 1914 con cui Papa Pio X concede l’indulgenza di 100 giorni a chi recita la «Preghiera di riparazione alla beata Vergine Maria». In quella preghiera la Madonna è chiamata: «corredentrice del genere umano» (p. 108).

Il Card. Alfredo Ildefonso Schuster OSB (1880-1954), Arcivescovo di Milano dal 1929 al 1954, Cardinale dal 1929 (e beatificato da Giovanni Paolo II nel 1996), nell’opera “Liber Sacramentorum. Note storiche e liturgiche sul Messale Romano”, chiama Maria: «Corredentrice del genere umano» (Marietti, Editore-Tipografo Pontificio, vol. VII, Torino-Roma 1930, p. 89, pp. 90-91). Ella, «ai piedi della Croce del Figlio, ci rigenera a Dio e diviene così la Madre degli uomini» (vol. VII, p. 93).

«Maria è la regina del mondo, perché è corredentrice del genere umano insieme con Gesù e per Gesù […]» (vol. VIII, 1932, p. 79). «Ad Adamo ed Eva, peccatori e scaturigine della nostra originale colpa in terra, Dio ha contrapposto Cristo e Maria, il Redentore e la Corredentrice del genere umano» (ivi, p. 182).

Maria è «la Madre di Dio e degli uomini, corredentrice del genere umano» (vol. IX, 1932, p. 21).

Il primo Papa ad usare direttamente il titolo di Corredentrice è Pio XI.

A un gruppo di pellegrini di Vicenza, il 30 novembre 1933, il Papa afferma in un discorso (“Ecco di nuovo”): «Il Redentore non poteva, per necessità di cose, non associare la Madre Sua alla Sua opera, e per questo noi la invochiamo col titolo di Corredentrice. Essa ci ha dato il Salvatore, l’ha allevato all’opera di Redenzione fin sotto la Croce dividendo con Lui i dolori dell’agonia e della morte in cui Gesù consumava la Redenzione di tutti gli uomini. E proprio sotto la Croce, negli ultimi momenti della Sua vita il Redentore la proclamava madre nostra e madre universale» (cit. in Insegnamenti Pontifici – 7. Maria SS., 2a edizione aggiornata, Edizioni Paoline, Roma 1964, p. 242; cf. L’Osservatore Romano, 1° dicembre 1933, p. 1).

Il 23 marzo 1934, dinanzi a due gruppi di pellegrini spagnoli, Pio XI nota con piacere che essi sono venuti a Roma per celebrare: «non solo il XIX centenario della divina Redenzione ma anche il XIX centenario di Maria, il Centenario della Sua Corredenzione, della sua universale Maternità» (cf. L’Osservatore Romano, 25 marzo 1934, p. 1).

Ancora in quel discorso Pio XI dice ai giovani pellegrini che essi devono: «seguire il pensiero ed il desiderio di Maria Santissima, che è nostra Madre e Corredentrice nostra» (p. 1) e «sforzarsi ad essere, anch’essi, corredentori ed apostoli, secondo lo spirito dell’Azione Cattolica, ch’è appunto la cooperazione del laicato all’apostolato gerarchico della Chiesa» (p. 1).

Infine, il 28 aprile 1935, a chiusura del Giubileo della Redenzione, nel radiomessaggio ai pellegrini di Lourdes, Pio XI innalza una preghiera alla Madonna, dove dice tra l’altro: «[…] O Madre di pietà e di misericordia, che assistesti il tuo dolcissimo Figlio, mentre compiva nell’ora della Croce la Redenzione del genere umano, essendo Corredentrice e partecipe dei suoi dolori; […]» (cf. Maria SS., Edizioni Paoline, o.c., p. 246; cf. L’Osservatore Romano, 29-30 aprile 1935, p. 1).

Nel 1937 il titolo “Corredentrice” viene usato dal Card. Eugenio Pacelli in un discorso riportato su L’Osservatore Romano, 8 dicembre 1937, pp. 3-4 (cf. G. Roschini, Maria Santissima nella storia della salvezza, vol. II, Isola del Liri 1969, p. 126).

Il 27 febbraio 1939, nell’interregno tra Pio XI (morto il 10 febbraio 1939) e Pio XII (eletto il 2 marzo 1939), la Società Editrice “Vita e Pensiero” di Milano termina la stampa del libro “Maria Mediatrice di tutte le grazie” di P. Leonardo Maria Bello OFM, Ministro Generale dei Frati Minori. Nel capitolo “Maria Mediatrice come Corredentrice” (pp. 21-29), P. Bello afferma che la Madonna: «viene anche meritatamente proclamata Mediatrice universale, perché come Corredentrice (3), per ridondanza dei meriti di Cristo, acquistò veramente tutte e singole le grazie defluenti in tutto il corpo mistico di Cristo, radicalmente e remotamente per la sua collaborazione all’Incarnazione del Verbo, formalmente e prossimamente per la sua strettissima unione all’opera intera di Cristo Salvatore» (L. Bello, Maria Mediatrice di tutte le grazie, Vita e Pensiero, Milano 1939, p. 21).

P. Bello precisa: «La voce “Corredentrice” commendata negli atti dei Sommi Pontefici si usa comunemente dai francescani già dal sec. XVII» (p. 21, nota 3).

Maria si offrì «col suo Figlio come Corredentrice di tutti» (p. 25). Più avanti, P. Bello scrive anche: «Poiché adunque la Vergine dolorosa offrì a Dio, per la salvezza del genere umano, la Passione di Cristo e gli ineffabili dolori del proprio cuore, i quali, uniti insieme con quelli di Cristo, erano soddisfattori e avevano ragione di prezzo redentivo, viene meritatamente chiamata la Corredentrice di tutti» (p. 28).

P. Bello conclude così il capitolo: «Da tutto quello che si è esposto risulta chiaro che la Beata Vergine Maria, coll’ufficio di Corredentrice, ha debitamente sborsato il prezzo della nostra salute, come piissimamente pensa il Serafico Dottore, e che essa, per il merito almeno della sua dignità, ha positivamente meritato tutte le grazie. Con ragione adunque la Chiesa chiama Maria la Mediatrice universale» (p. 29).

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