Juana le Royer nació el 24 de Enero de 1731 en una familia pobre en la pequeña aldea de Beaulot, no lejos de Fougères en Bretaña de Francia, y fue bautizada al día siguiente. Desde temprana edad ella discernió la vocación parra entrar en la vida religiosa, y haciendo un voto de castidad, venció toda oposición del diablo, el mundo y la carne para permanecer fiel a ese llamado. Ella fue muy devota a su ángel custodio y a Nuestra Señora, y fue devota del Santísimo Sacramento.
A los quince o dieciséis años, ella perdió a su padre René, y entonces planeó vivir con su madre María Le Sénéchal a fin de apoyarla, pero su madre murió pronto también, y Juana, que entonces quedó destituida, no tuvo otro deseo que obtener la admisión en algún convento como sirvienta, lo mejor para conservar su voto de castidad y asegurar su salvación. Ella deseó entrar al convento de las Urbanistas en Fougères, que es un convento de monjas clarisas que seguían una reforma aprobada por el Papa Urbano IV en 1263 (de ahí su apelativo de Urbanistas). Parece que encontró alguna oposición para entrar debido a su incapacidad para pagar la dote requerida (100 libras), pero al final fue admitida como una entrante por caridad (conversa), y al tomar los votos asumió el nombre de Sor de la Nativité, o Hermana de la Natividad, como también ha sido conocida.
Sor de la Natividad entró con la mejor voluntad en todas las virtudes de su profesión y vivió una vida de penitencia y mortificación con vigilias, ayuno, cilicio y flagelación formando parte de su régimen espiritual. A veces ponía cardos y ortigas en su cama, un día fue sorprendida en el acto de beber hiel y otras cosas igualmente desagradables como un acto de mortificación.
Una vez, ella sufrió un tumor en the la rodilla que creció después de una operación, pero fue curada milagrosamente después que una novena fuera ofrecida por ella por las hermanas del convento. Aunque ella fue curada una vez, sufrió otros quebrantos de salud durante su vida.
Mientras sus virtudes se incrementaban, también tuvo otros dones espirituales, porque le fue dado también el don de leer los corazones, predijo a varias personas lo que les sucedería, y le fueron concedidas muchas visiones, incluyendo las cosas futuras, y aun del Juicio Final.
Sus visiones fueron escritas por su director espiritual, el padre Charles Genet, a quien le dijo no las publicara hasta que el ‘tiempo indicado’ haya llegado. Aparentemente, ella le reveló cuándo debían ser publicadas sus visiones, lo que fue un tiempo después de su muerte. Ella murió en la Asunción de 1798, con el crucifijo ante ella, los votos de su profesión en el pecho, y agua bendita a su lado, con la cual, según su deseo, fue repetidamente asperjada. Fue sepultada en el cementerio de Languelet según su voluntad.
El padre Genet publicó la primera edición de sus visiones en 1817 bajo el título “Vie et révélations de la Soeur Nativité, religieuse converse au couvent des Urbanistes de Fougères” y tuvo varias reimpresiones.
El padre Genet se preocupó en asegurar que no contuvieran ningún error espiritual o teológico, y asegura al lector en el libro que muchos sacerdotes y teólogos lo han leído y encontrado que era muy saludable. El editor de la segunda impresión en 1819 también asegura al lector: “La obra ha sido leída y examinada por más de cien teólogos estudiosos, a saber: siete u ocho obispos y arzobispos, 20 ó 30 vicarios generales de diferentes diócesis, doctores y profesores de teología, abades, autores de varias obras estimadas e incluso académicos; más de 80 curas párrocos, vicarios y otros sacerdotes franceses e ingleses que son también piadosos y entendidos; sin mencionar a varios eruditos seglares, que lo leyeron con la misma edificación y contentamiento”.
Por ende, aunque Sor Juana Royer de la Natividad no ha sido declarada Venerable, Beata, o Santa, aparecr que su obra no ha sido condenada oficialmente, ni he enconytado ninguna condena moderna reciente de esta. Así, parece que podemos leer con seguridad sus visiones con discernimiento hasta que haya algún pronunciamiento oficial de la Iglesia.
Su obra está en tres Volúmenes, tratando de la era del mundo después de la Revolución Francesa y antes de la aparición del Anticristo.
ELIZABETH ANN BUCCHIANERI
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