El presbítero Wolfgang F. Rothe, de 55 años y vicario de Perlach en la archidiócesis de Múnich-Frisinga, participó ayer 16 de Julio en el Christopher Street Day (nombre con el que es designado el desfile “Orgullo gay” en Alemania, y partes de Austria y Suiza). A diferencia de otros casos, lo hizo revestido de clériman y alzacuellos. «Llevaré un collar romano para que pueda ser claramente identificado como un
En declaraciones a la Agencia de Prensa Alemana, Rothe (párroco de la iglesia de la Transfiguración en Perlach) dijo: «Por mi parte, me gustaría pedir perdón por lo que se le hizo a la gente queer en nuestra iglesia. Comparto plenamente los objetivos del CSD». Entre esos objetivos está pervertir a los menores, irrespetar los símbolos cristianos, y perseguir a los críticos del homosexualismo llevándolos ante los fiscales de la Gaystapo por “incitación al odio” (tipo penal que a los países occidentales es lo que la “blasfemia” para los países musulmanes).
Rothe, quien desde 2015 organiza viajes a Escocia e Irlanda en el marco de una supuesta “Espiritualidad del whisky”, apoyó la iniciativa de “bendecir” las uniones homosexuales que se realizó en cien parroquias de Alemania y Suiza los días 9 y 10 de Mayo de 2021, en respuesta a la declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe que negaba tal posibilidad (y en Noviembre de ese año, realizó una en el sauna Deutsche Eiche). Y el 24 de Enero de 2022 apoyó la iniciativa “#OutInChurch”, en la cual 125 empleados de la secta conciliar alemana “salieron del clóset” (Rothe mismo se declaró homosexual en 2010, y a comienzos de este año publicó un libro titulado “Querido. Amado. Bendito”) contra la política laboral de esta, que contemplaba el “matrimonio” gay como causal de terminación del contrato.
Ese mismo 16 de Julio, Rothe bautizó a la hija de una pareja de lesbianas, siendo el primer caso (que se conoce) en toda la Alta Baviera.
En Marzo de 2022, el arzobispón de Múnich-Frisinga (y jefe de Rothe) Reinhard Marx presidió un servicio novusordiano conmemorando los 20 años de la comunidad gay muniquesa en la parroquia de San Pablo. En su homilía, pidió perdón por la doctrina de la Iglesia respecto de la homosexualidad, y dijo que «todas las relaciones humanas deben estar basadas en la “Primacía del amor”. Solo así pueden ser aceptadas por Dios», cuando la Sagrada Escritura llama “aberración” a la sodomía, y que quienes la practican y/o apoyan no heredarán el Reino de Dios sino la condenación eterna en el Infierno.
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