Un pequeño grupo de separatistas vascos atacó en Pamplona (España) la gran procesión de San Fermín, en la tarde del 7 de Julio en la calle Curia, cuando la procesión casi había llegado a la catedral.
Increparon, presionaron, empujaron e insultaron a los concejales y al alcalde Enrique Maya Miranda que formaban parte del cortejo, a los policías de guardia, al arzobispón de Pamplona, Francisco Pérez González, de 75 años, al cabildo de la catedral y al clero.
Los atacantes enarbolaron el lema «Euskaraz bizi nahi dugu» [Queremos vivir en Vasconia], «UPN kanpora» [UPN fuera], «Hipokritak kanpora» [Hipócritas fuera], gritaban «Zánganos», «Vagos», «Violadores» o «Hijos de puta», arrojaron vasos de cerveza, arrancaron las birretas de las cabezas de los canónigos y tiraron de la capa del decano de la catedral, Carlos Ayerra Sola.
Al menos tres policías resultaron heridos, uno con la nariz rota, y la concejal María Echávarri Miñano fue derribada al suelo, con lesiones en las rodillas. El alcalde dijo que todo estaba premeditado y si no fuera por la policía, hubiese terminado en tragedia: «Hoy se han traspasado muchas líneas. No es tirar agua ni insultar, iban a por todas. Mientras tanto, [Euskal Herría] Bildu repartiendo abrazos con esa gente. Es evidente quien está feliz con esta situación y quienes no estamos felices», dijo.
No es la primera vez que se atacó la procesión, que había sido suspendida los dos años anteriores debido a la covid-histeria. Tres años antes, en 2019, hubo también escraches contra el Ayuntamiento en plena procesión, aprovechando la estrechez de las calles en el recorrido final de la misma, por lo que hubo que establecer un cordón policial para separar a los funcionarios de la multitud.
Con todo, hay que recordar que tanto Francisco Pérez González como su inmediato predecesor Fernando Sebastián Aguilar CMF (†2019) traicionaron a los católicos navarros del Requeté, muchos de cuyos difuntos habían sido enterrados en el Monumento a los Caídos de Pamplona (hoy renombrado “Sala de exposiciones Conde de Rodezno”). Por complacer a los social-comunistas y separatistas en cabeza del entonces alcalde Joseba Asiron Sáez (EH Bildu) aceptaron en 2016 la desacralización y desmontaje del referido mausoleo (que habían cedido al Ayuntamiento en 1997) para exhumar los restos de los generales José Sanjurjo (†1936) y Emilio Mola (†1937), y otros militares del Bando Nacional, y entregar los restos a las familias de dichos difuntos en nombre de la “Memoria democrática” impuesta por la izquierda causante de y derrotada en la Guerra Civil. La jerarquía católica navarra (y española en general) se queda sin defensores por llegar a tales extremos de ingratitud para complacer a sus enemigos, y (aunque injustificable la agresión) sólo tiene lo que se merecen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.