sábado, 30 de julio de 2022

LA HORRIBLE IMAGEN PARA UNA ADVOCACIÓN EXTRAÑA

Advertimos al lector que con este artículo NO PRETENDEMOS DE NINGUNA MANERA ATACAR LA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN, que tan recomendada ha sido por los Santos y que como dijo San Luis María de Montfort llama señal de los predestinados. Se busca pues denunciar la falsa devoción que se promueve a falsas advocaciones por parte del modernismo.
 

El escultor canadiense Timothy P. Scmalz hizo una escultura que afirma representar a la “Virgen Desatanudos”, que fue presentada y “bendecida” por el mismo Bergoglio durante su visita al lago Santa Ana, cerca a Edmonton (Alberta, Canadá) el pasado 26 de Julio. La imagen, hecha en resina, es un modelo a escala de otra más grande, de bronce, la cual será posteriormente instalada en el santuario de Nuestra Señora de Lourdes en Skaro, al noreste de Edmonton.
  
Prima fácie, sería un relato anodino entre otros de un viaje que a nadie le importó (ni siquiera a sus presuntos destinatarios), pero hay varios elementos inquietantes: por ejemplo, la advocación como tal, su iconografía, y los elementos particulares de esta imagen (aún más) en específico. Y esto es lo que, en términos generales, buscamos analizar en las siguientes líneas:
  
A fin de abordar el primer punto la advocación “Desatanudos” (o “Desatadora de nudos”, que es la traducción más literal del alemán “Knotelösering”) nace a partir de un cuadro votivo hecho por Johann Georg Melchior Schmidtner († 1705) a instancias del canónigo Hieronymus Ambrosius Langenmantel († 1718), en memoria de que el matrimonio de sus abuelos paternos Wolfgang Langenmantel († 1637) y Sophia Rentz († 1749) se salvó de la ruptura gracias a las oraciones que el padre jesuita Jacob Rem (a quien se atribuye también la imagen de la Madre Tres veces admirable de Schönstatt) dirigió a la Santísima Virgen, y los consejos que este les dio. El cuadro se encuentra en el altar familiar de él en la iglesia de San Pedro de Perlach, cerca a la ciudad de Augsburgo. Sin embargo, la propagación de la advocación fue un fenómeno más reciente: la primera capilla erigida a esta fue construida entre 1986 y 1992 por el pintor austriaco Franz Weiß en Tregist, Estiria, como una súplica por el desastre nuclear en Chernóbil. Después, se hizo propagar en la Argentina y Brasil, a niveles que en su momento fueron calificados como “locura” y que si se mira atentamente, tiene elementos esotéricos (por ejemplo, “hacerle la novena” atando y soltando nueve nudos) y supersticiosos, compitiendo en pie de igualdad con cultos populares (en Argentina, por ejemplo, los de la “Difunta Correa”, “Gauchito Gil” o “San La Muerte”) en una nueva suerte de “Kulturkampf”.
  
¿Cómo llegó a la Argentina? Según Francisco Bergoglio contó en una entrevista al periodista italiano Giovanni di Lorenzo para el semanario alemán Die Zeit en 2017, él llegó a conocer la imagen pues una monja alemana le envió una postal navideña con la imagen en comento (desmintiendo así el relato de una supuesta peregrinación a Perlach mientras hacía la maestría en teología). Intrigado («La imagen inmediatamente me intrigó. No porque sea tan genial, es barroco bastante mediocre», Bergoglio dixit), encargó a la escritora alemana Barbara Klimmeck que investigase toda la información pertinente, y una vez obtenida esta, comisionó a la pintora Ana de Betta Berti hacer una copia del cuadro para la iglesia de San José del Talar, donde la instaló el 8 de Diciembre de 1996. Luego, envió copias de esta imagen con los seminaristas a las “villas” (barrios bajos) de Buenos Aires, propagándose desde entonces hasta otras latitudes, hasta llegar al mismo Vaticano, donde preside la sala de la Casa Santa Marta donde recibe las visitas.
   
Francisco Bergoglio y la presidenta de la Nación argentina Cristina Fernández de Kirchner, en una visita que hizo al Vaticano.
   
Se ha intentado explicar esta advocación por la cita de San Ireneo de Lyon en el libro III, cap. 22 de su obra Advérsus hæréses: «Sic áutem et Eva inobediéntiæ nodus solutiónem accépit per obediéntiam Maríæ. Quod enim alligávit virgo Eva per incredulitátem, hoc virgo María solvit per fidem» (El nudo de la desobediencia de Eva, está desatado por medio de la obediencia de María), aunque según Mario Horacio Ibertis Rivera, que ha investigado sobre ella, dice que es una explicación fuera de contexto, máxime cuando la imagen original fue dedicada a Nuestra Señora del Buen Consejo.
  
Explicado el origen, se pasa al siguiente punto, la iconografía: la pintura muestra a la Santísima Virgen de pie sobre la luna (prima fácie, la imagen es del tipo de la Inmaculada Concepción), rodeada de ángeles. mientras desata los nudos de una larga cuerda y, al mismo tiempo, pisa a una serpiente atada. Debajo en la tierra, aparece un hombre acompañado por un ángel mientras va de camino a una ciudad, aludiendo (por medio de la historia de Tobías y San Rafael Arcángel) al viaje de Wolfgang Langelmantel hacia Ingolstadt, donde residía el padre Rem.
  
Ya en lo que nos ocupa específicamente: la escultura hecha por Timothy Schmalz (que, entre otras piezas, están las ideologizadas “Jesús sin techo” en varias ciudades –una copia, por ejemplo, fue instalada el año pasado en Bogotá, Colombia–, y la inmigracionista “Ángeles sin saberlo” sita en la plaza de San Pedro) dista radicalmente al original (que aunque en un barroco ya en decadencia para la época, todavía transmite la maternal serenidad y pureza de la Santísima Virgen). El rostro andrógino de esta escultura muestra el ceño fruncido, sombrío, casi amenazador, con muchos guiños que la hacen parecer una ‘pachamama’. La figura no aplasta la cabeza de la serpiente, sino que le pisa la cola, dejándole libertad de acción; y la presencia de un ángel masculino y otro femenino flanqueando a la “virgen” insinúa la unidad de los contrarios que tanto habla el ocultismo y que Bergoglio predica.
     
  
Por otra parte, la talla es ideologizada también: Schmalz confesó al semanario B.C. Catholic, de la archidiócesis de Vancouver, que la advocación mariana favorita de Bergoglio no fue lo primero que vino a su mente para una escultura sobre el proceso de “reconciliación” que se está llevando a cabo en Canadá (proceso basado en las exageraciones y mentiras –como lo de las falsas fosas comunes– en torno al tema de las “escuelas residenciales” en donde el gobierno internó a miles de niños y jóvenes indígenas donde experimentaron abusos, y que el año pasado desató una oleada de actos vandáilcos en varias iglesias). La réplica ubicada en la iglesia del lago Santa Ana tiene además cientos de nudos en una cuerda de color naranja (color que simboliza a los indígenas y las escuelas residenciales).
  
  
En conclusión, si ya la advocación es cuando menos sospechosa (visto que su origen y propagación es netamente modernista), la imagen que Bergoglio “bendijo” en el Lago Santa Ana solo confirma que es parte de la agenda ocultista y satánica de la cual representa. De más está decir que los verdaderos católicos debemos evitar la advocación.

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