viernes, 8 de julio de 2022

CASO DE FOUCAULD: ¿LA DIÓCESIS DE VERSALLES, CAUSANTE DEL SUICIDIO?

  
El suicidio del presbítero François de Foucauld (izquierda), acaecido el 30 de Junio, meses después de denunciar el abuso de poder ejercido por los obispos de Francia, sigue causando revuelo. La familia de él pidió que el obispón de Versalles, Lucien-Jacques-Marie-Joseph Crépy Vermersch CJM, no se hiciera presente en las honras fúnebres; y el mensaje de aquél publicado en la página de la diócesis y sus cuentas de redes sociales ha sido señalado como frío y acartonado.
   
Nicolas Jourdier, un productor cinematográfico y amigo de François, relató en una publicación de su cuenta de Facebook el 4 de Julio que este había llegado a la parroquia de San Gil de Bois-d’Arcy en Septiembre de 2014, hallando ser esta un páramo espiritual, por lo que emprendió una labor de renovación de la parroquia, enfocando la atención en los jóvenes y las familias. Labor que afrontó la oposición de cinco feligreses que habían administrado la parroquia en el pasado. Oposición que se manifestó en el año 2018 con cartas al obispón de Versalles (en ese entonces Éric Marie Pierre Henri Aumonier Villenave), interrupción de las homilías de De Foucauld con comentarios hilarantes, y escraches a los miembros del equipo pastoral en la calle. Incluso, con mensajes de texto falsamente atribuidos a Foucauld.
  
De Foucauld había solicitado a Aumonier poder leer las cartas o tener por lo menos conocimiento de los reproches que sus detractores le hacían, pero este se negó invocando la confidencialidad. Al final, Aumonier convocó un encuentro con los acusadores y el obispón auxiliar, Bruno Paul Marie Valentin, para aclarar los hechos, pero los acusadores se negaron a participar.
  
En Septiembre del 2020, el abogado del presbítero había postulado un mediador externo, mediador que sin embargo el 14 de Diciembre se rindió después de nueve horas porque la diócesis insistía que no había ningún problema. Él inició una huelga de hambre pidiendo una auditoría, que se realizó entre Marzo y Abril de 2021 por dos exdirectores de Recursos Humanos jubilados. Durante esa huelga de hambre, un presbítero (cuenta Jourdier) le llamó diciendo que si De Foucauld seguía en su intento, lo harían presentar como un enfermo mental.
   
El informe presentado el 19 de Abril de 2021 acusa a De Foucauld de mala gestión financiera, acusación que según él y su familia era falsa y no se sustentaba en prueba alguna. Ocho días antes, Lucien-Jacques-Marie-Joseph Crépy Vermersch CJM asumió como ordinario de la diócesis de Versalles.
   
Según Jourdier, Crépy, en una reunión del Consejo Episcopal el 19 de Junio de 2021, ordena el archivo del informe de auditoría y que los documentos relativos al caso sean destruidos. «En el siglo XXI, la destrucción de pruebas está penada por la ley», señaló el productor. Tres meses después, François de Foucauld no es asignado en ninguna parroquia, y en Diciembre aparece su columna en La Croix denunciando ser víctima de abuso de poder eclesial.
   
François, en su afán de buscar justicia, amenaza con llevar el asunto hasta Roma, por lo que el 3 de Marzo de 2022, Crépy acepta la mediación judicial con un abogado. Se realizan varias reuniones hasta el 11 de Abril, cuando Crépy reconoce en una carta que «las afirmaciones sobre el sacerdote no están respaldadas por ninguna prueba»; y que «la auditoría siguió una metodología particularmente cuestionable y poco ética», acordando publicar una carta de rehabilitación para De Foucauld dentro de un mes. Aliviado, François decide ir en peregrinación a Santiago de Compostela. Pero la situación da un giro de 180 grados cuando, el 13 de Mayo, Crépy le dice que esa carta no será publicada, y exige «que no se inicie ninguna forma de procedimiento contencioso, ante instancia alguna, contra nadie». Jourdier dice que ese fue el tiro de gracia que llevó a un aniquilado, derrotado y aislado François de Foucauld a poner fin a sus días el 30 de Junio.
   
Aludiendo al hecho que desde 2016 Crépy es presidente de la Célula Permanente de Prevención y Lucha contra la Pedofilia (CPPLP) de la Conferencia Episcopal Francesa, Jourdier (quien lanzó un grupo en Facebook llamado San Miguel y San Francisco, para visibilizar los casos de abuso de poder eclesial) concluye: 
«Sorprende notar que el obispo elegido para esclarecer los abusos en la Iglesia en Francia organiza él mismo la más total opacidad sobre los abusos de poder cometidos en su propia diócesis, exige la destrucción de pruebas y exige impunidad judicial para los responsables».
Opinión similar a la del psiquiatra jubilado Philippe de Labriolle, que dijo en una carta a Paix Liturgique que el 29 de Junio, en la lista de asignaciones para el período 2022-2023, el nombre de François de Foucauld tampoco aparecía:
«El esfuerzo de verdad propugnado con respecto a las víctimas de abuso sexual en la diócesis encuentra en el uso perverso de silenciar a un clérigo una negación bastante mordaz. Solo debe emerger lo que está permitido emerger si está ahí el interés de la oligarquía diocesana. ¡Que se sepa!»,
rematando con un «¿Decís comunión [eclesial]? ¡A paseo con ella!».

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