martes, 31 de diciembre de 2024

INMINENTE SALIDA DEL CARDENAL WILTON GREGORY

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
  

Se espera que el cardenal de Washington DC Wilton Daniel Gregory Duncan, de 77 años, se retire pronto, posiblemente antes de la toma de posesión de Trump el 20 de Enero, informó Pillar Catholic el 30 de Diciembre.

El arzobispón de Louisville (Kentucky) Shelton Joseph Fabre Vallet, de 61 años, es un posible sucesor, mientras que el obispón William Shawn McKnight O’Reilly, de 56 años, de Jefferson City (Misuri), es el candidato preferido del cardenal retirado de Washington Donald Wuerl.

Según Pillar Catholic, Wuerl fue enviado por Francisco Bergoglio para encontrar una solución al estancamiento archidiocesano. Bergoglio se frustró con los esfuerzos de cabildeo de los cardenales Joseph Tobin C.Ss.R. de Newark, Blase Cupich de Chicago y Robert McElroy de San Diego. Los tres fueron recibidos por Bergoglio en Octubre y presionaron para que se hicieran nombramientos clave en Estados Unidos, incluido Washington.

Procedente de la camarilla del cardenal satánico Joseph Bernardin, el cardenal Gregory fue nombrado en 2019 tras el retiro del cardenal Wuerl en medio del escándalo homosexual de McCarrick (cuyo caso fue suspendido hasta el día de su muerte por el juez del condado de Walworth, David Reddy, habida cuenta de su incapacidad de comparecer por demencia). Las cuestiones que rodean la red homosexual de McCarrick y la participación del cardenal Wuerl siguen sin resolverse. Gregory incluso no ha proporcionado transparencia financiera con respecto al fondo archidiocesano de McCarrick, que según se informa se usó para distribuir regalos sustanciales [= sobornos] a los funcionarios de la iglesia.

LO QUE UN CATÓLICO EN UN MATRIMONIO INVÁLIDO DEBE HACER Y SABER

De Novus Ordo Watch traemos estos dos artículos (aquí y acá) del P. Donald F. Miller C.Ss.R. publicados en la revista The Liguorian de la provincia redentorista de Estados Unidos el 17 de Marzo de 1957, como muestra de que, contrario a las pretensiones de Francisco Bergoglio y Cía. frente a las “uniones irregulares” (el eufemismo adoptado en esa sentina de herejías y blasfemias que es “Amóris lætítia” para la fornicación, el adulterio y la sodomía), la Iglesia Católica ha tenido una postura clara frente a los pecados públicos, pero al mismo tiempo en su caridad provee los medios para que los pecadores puedan convertirse y volver a la gracia de Dios y la recepción de los Sacramentos.
   
Al mismo tiempo, estos artículos constituyen una guía de acción para quienes están en pecado público y no están seguros de qué hacer, pero que sin embargo están listos para hacer la voluntad de Dios; o quienes tienen parientes o amigos en tal situación. Desde luego, no está de más consultar al director espiritual para una respuesta adecuada a cada caso.
  
Buena lectura.
  
JORGE RONDÓN SANTOS
31 de Diciembre de 2024 (Año Santo del Sagrado Corazón de Jesús).
Día séptimo infraoctava de la Natividad. Fiesta de San Silvestre I, Papa y Confesor; de Santa Melania la Joven, viuda. Nacimiento del Papa Calixto III (Alejandro de Borja); y del duque Enrique de Guisa. Tránsito de Fray Luis de Granada OP; y de Santa Catalina Labouret. Reconquista de Tortosa por Ramón Berenguer IV y Palma de Mallorca por Jaime I de Aragón; admisión de Juan de Sessa (“Juan Latino”) como catedrático en la Universidad de Granada; firma del Tratado de Joinville entre el rey Felipe II de España y el duque Enrique de Guisa.
   
CÓMO ACTUAR ANTE CATÓLICOS CASADOS INVÁLIDAMENTE
Algunos principios guía para los que enfrentan el muy común problema de un matrimonio inválido en el círculo familiar o amical.

Por el P. Donald F. Miller C.Ss.R. [Revista The Liguorian, vol. 45, número 3 (marzo de 1957), págs. 17-23].
   
Uno de los problemas morales más comunes y difíciles que deben enfrentar los católicos actualmente es el concerniente a la actitud correcta que se debe tomar hacia los católicos que han renunciado públicamente a la gracia de Dios contrayendo un matrimonio inválido. A veces los padres tienen que enfrentarse al problema cuando un hijo o hija toman este paso desafortunado. Otros parientes, amigos, vecinos, colegas y cofeligreses, frecuentemente se encuentran con esta situación. Todos quieren una respuesta a preguntas como estas: «¿Cómo deberíamos actuar frente a un pariente o amigo que ha elegido vivir públicamente en estado de pecado? ¿Debemos evitarlos? ¿Podemos mantener algún contacto con ellos? ¿Podríamos o deberíamos ayudarlos en alguna forma?».

El problema es tan común en este mundo nuestro plagado de divorcios, que necesita ser analizado tan detalladamente como sea posible. Cuando se haga esto, se verá que se pueden establecer algunas reglas muy definidas y gravemente vinculantes en conciencia, mientras que se deben dejar afirmados otros principios que dejan mucho al juicio honesto del católico individual en conjunto de circunstancias particulares.
   
Este estudio importante abordará, en primer orden, las dificultades en torno a este delicado problema; en segundo, ciertos principios que pueden fijarse; y tercero, algunas recomendaciones prácticas.
   
Conviene advertirse que estamos hablando, no de los divorciados que se vuelven a casar en general, sino de los católicos informados que atentan un matrimonio después de un divorcio, o con una persona divorciada pero válidamente casada. Los principios que se presentarán aplican en cierta medida a los católicos que se casaron fuera de la Iglesia, pero que podían ser casados rectamente ante un sacerdote. En este caso, sin embargo, es mucho más fácil al pecador regresar a la gracia de Dios haciendo rectificar el matrimonio en la Iglesia, y los amigos y parientes católicos ordinariamente se concentrarán en conseguir tal fin. Los casos difíciles son aquellos en los cuales un católico insiste en vivir como si estuviera casado con una persona con la cual no puede haber un matrimonio válido a los ojos de Dios y de Su Iglesia. ¿Cuál es la actitud que se debe tomar hacia estos católicos?

I. LAS DIFICULTADES

Todas las dificultades conexas al decidir un modo correcto de conducta correcto hacia tales personas surgen por el hecho de que se deben ponderar cuidadosamente dos tipos diferentes de obligaciones.

A. Por un lado, está la obligación de no dar escándalo por cualquier manifestación o apariencia de aprobación al matrimonio inválido.
  
Se define al escándalo como todas las palabras, acciones o incluso omisiones incorrectas que puedan incitar o asistir o facilitar o contribuir a los pecados ajenos. Advertir dos cosas en esta definición: 1) que es una palabra, acción u omisión equivocada o mala que contribuya al pecado de otro, que carga el estigma del escándalo; las acciones buenas o virtuosas, que alguien podría torcer para sus propios propósitos del mal no son pecados de escándalo; 2) que prácticamente todo tipo de ayuda o apoyo que se le da a otro en sus pecados involucraría escándalo si este resultara de las malas acciones, palabras u omisiones.

En el caso de aquellos que cometen el gran pecado público de contraer un matrimonio inválido, y quienes continúan viviendo en los pecados habituales de un matrimonio inválido, es enteramente pecaminoso dar, antes, durante o después del denominado matrimonio, cualquier signo de aprobación en los pecados. Eso sería algo así como decir: «Pienso que estás haciendo lo correcto, a pesar de la declaración clara de Cristo que el que abandona a su esposa y se casa con otra comete adulterio. Acepto tu matrimonio, aun cuando sé que Dios no puede aceptarlo, y Cristo no puede aceptarlo, y la Iglesia no puede aceptarlo». Es fácil ver cómo esas palabras o acciones de un pariente o amigo, interpretadas como significando lo mismo, contribuirán y facilitarán la continuación de los pecados de alguien inválidamente casado.
   
Hay otra razón para el hecho que toda aprobación de un mal matrimonio de un católico constituye escándalo. Hace más fácil para una persona no casada todavía el caer en la tentación, si esta surge, o contraer un matrimonio pecaminoso e inválido semejante. Nadie puede dudar que la frecuencia con la cual esta tragedia moral se apodera de los católicos hoy en día es debido en gran medida al hecho que muchos católicos dan en cierta forma su bendición y aprobación a tales matrimonios inválidos. Se puede imaginar en forma realista a un católico que se ha enamorado de una persona divorciada diciéndose a sí propio: «Fulano de tal es católico, y se casó después de un divorcio, o se casó con una persona divorciada. A él le está yendo bien. Todos sus amigos y parientes han aceptado este matrimonio como si fuera tan bueno como cualquier otro. No estará tan mal si hago lo mismo».
   
El peligro de tal escándalo llevó a los apóstoles, en las palabras inspiradas del Nuevo Testamento, e incluso Nuestro Señor, a hacer algunas declaraciones tajantes respecto al trato a quienes públicamente renunciaron a Cristo y Su doctrina. Así, San Pablo, en 2.ª Tesalonicenses 3, 6: «Os comunicamos, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de cualquiera de entre vuestros hermanos que proceda desordenadamente, y no conforme a la tradición o enseñanza que ha recibido de nosotros». Nuevamente en el capítulo 3, 13 de la misma carta: «Y si alguno no obedeciere lo que ordenamos en nuestra carta, tildadle al tal, y no converséis con él, para que se avergüence y enmiende; mas no le miréis como a enemigo, sino corregidle como hermano con amor y dulzura». Y San Juan, en su segunda epístola, lleno como está con las repeticiones de su tema familiar sobre la necesidad de la caridad fraterna, aún tiene esto para decir: «Todo aquel que no persevera en la doctrina de Cristo, sino que se aparta de ella, no tiene a Dios. […] Si viene alguno a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le saludéis. Porque quien le saluda, comunica en cierto modo con sus acciones perversas».

Nuestro Señor tiene palabras igualmente severas, que deben entenderse siempre a la luz de Su gran odio al escándalo. Al ofensor que, después de la corrección repetida, no escuchare a la Iglesia, dice: «tenlo por gentil y publicano» (Math. 18, 17).

Por tanto, es necesario no dar escándalo por cualquier tipo de aprobación de los pecados de un católico inválidamente casado, debe hacerse fuerte. Por supuesto que el mayor escándalo, y el primer escándalo es dado por el católico que contrae el matrimonio inválido, y por ende da un mal ejemplo que otros pueden seguir. Debe ser el deseo y deber de los demás católicos no incrementar ese escándalo tomando lado con el pecador por cualquier muestra de aprobación por sus pecados.

B. Por otro lado, esta urgente y clara obligación debe ponderarse ante el deber de la caridad hacia los pecadores. Es una parte esencial de la doctrina católica que Dios no quiere que se pierda ni el más grande de los pecadores; que es el deber de todo católico desear, orar y, en la medida de sus posibilidades, trabajar por la conversión de los pecadores, especialmente de aquellos a los que de alguna forma está obligado.
   
La dificultad es ejercer esta caridad en tal forma que se elimine cualquier escándalo verdadero. Cuando se recuerda que el escándalo se da solo cuando se expresa o manifiesta algún tipo de aprobación por el pecado de contraer un matrimonio inválido, se pueden fijar ciertos principios guía. Pero siempre hay dos extremos que evitar.
   
El primero de ellos es hacer erróneamente del peligro de escándalo una razón para cortar toda forma de caridad para con los pecadores y así prácticamente cerrarle la puerta a su retorno a la gracia de Dios. A veces esto es motivado más por el egoísmo y el resentimiento que por algún deseo espiritual real de evitar el escándalo. Así, una familia católica, sintiendo naturalmente que ha sido profundamente desgraciada por la defección de uno de sus miembros que ha contraído un matrimonio inválido, puede meramente estar expresando su resentimiento personal retirando todo signo de caridad hacia esa persona. Así pueden amargar tanto al caído, y la pareja ilícita que puede ser más o menos ignorante del mal del matrimonio, que incluso si ambos se hacen libres para casarse válidamente, o capaces de cualquier otra forma para escapar de su estado pecaminoso, no lo harían.
   
El otro extremo es hacer de la caridad una capa para una aceptación tan completa y cordial a la pareja inválidamente casada que se llega a aprobar el mal en sí mismo, alentándolos a estar contentos en sus pecados, y alienta a los otros a cometer los mismos pecados mortales. Toda caridad hacia los pecadores de todo tipo debe estar inspirada y marcada por el deseo de ayudarlos a escapar de sus pecados. Ya no es caridad, sino en cambio la forma más terrible de crueldad, alentar a una persona a que esté satisfecha con sus pecados.
   
Es obvio, pues, de esta interacción de varias consideraciones y obligaciones hacia los inválidamente casados, que no siempre es fácil decidir la solución de los casos individuales. Para ayudar a tales soluciones, se presentan los siguientes principios.
   
II. PRINCIPIOS

1. Antes que un católico entre en un matrimonio inválido hacia el cual parece dispuesto a contraer, se debe hacer todo esfuerzo razonable por sus parientes y amigos para disuadirlo (o disuadirla) de dar ese paso.

La obligación mencionada aquí comienza tan pronto como un católico con quien tenga alguna influencia se vea saliendo con saliendo con una persona que no puede casarse ante Dios. Justo aquí es donde muchos católicos se hacen reos de pecado mortal. No solamente no les advierten a un pariente cercano o a un amigo contra el creciente peligro de un matrimonio inválido, sino que incluso promueven y alientan citas regulares entre una pareja que no puede casarse válidamente. Es el mismo tipo de escándalo grave como aprobar o alentar el matrimonio inválido en el cual pueden tan fácilmente resultar. Pocos católicos divorciados no han sido a veces víctimas de un diabólico consejo de amigos que deberían encontrar «un amigo (del sexo opuesto) y salir y pasar un buen rato». Los católicos no deberían ni siquiera invitar a sus casas o fiestas a otros católicos que saben que estarán acompañados por una pareja estable con la cual no podrían casarse válidamente.
   
Además de evitar tal escándalo, los buenos católicos –padres, hermanos y hermanas, y buenos amigos– de alguien que ha empezado una relación con una persona que no puede casarse válidamente, harán valer todo argumento e influencia que poseen para salvar a aquel ser querido del gran peligro en el cual se ha puesto a sí mismo.
   
2. Es pecado mortal de escándalo para todo católico expresar o mostrar aprobación de un matrimonio atentado pero inválido de un católico.

Ciertamente esto es verdad de las palabras directas de aprobación. Que un católico le diga a otro que está para casarse con una persona divorciada, o después de un divorcio: «Aun si la Iglesia se niega a aceptar tu matrimonio, yo lo acepto», o «es una pena que la Iglesia no se actualice y reconozca matrimonios como el tuyo», o «no te culpo por este matrimonio; estás enamorado y eso es todo lo que importa», es aprobación directa, escándalo directo, claramente un pecado mortal.
      
Pero uno puede mostrar aprobación de un matrimonio inválido sin ponerlo en palabras directas. Aquí caen gravemente con frecuencia muchos católicos infectados con el secularismo o la cosmovisión no cristiana. La verdad es que tomar parte en las preparaciones y la ceremonia y la celebración del matrimonio inválido de un católico es una muestra de aprobación y por tanto escándalo grave. Esto vale tanto a los padres y demás miembros de la familia inmediata del que atenta el matrimonio, como a los amigos.
   
Así, sería gravemente erróneo para los católicos asistir a despedidas, fiestas de compromiso y cenas pre-nupciales para católicos a punto de atentar un matrimonio inválido.
  
Sería gravemente erróneo enviar regalos de boda [se incluyen también los regalos de dinero o “lluvia de sobres”, N. del T.] o tarjetas de felicitación a tales personas.
   
Sería gravemente erróneo asistir a la ceremonia de bodas, sea como miembro de la fiesta de bodas o como mero invitado, o ir al desayuno o banquete servido después de la boda.

Sería gravemente erróneo ayudar al católico inválidamente casado encontrar, alquilar, comprar o amueblar habitaciones para usar después de la boda.
   
Sería gravemente erróneo ofrecer hospitalidad, asistencia o facilidades para la luna de miel del católico inválidamente casado.
   
Todas estas acciones pueden ser fácilmente reconocidas como el equivalente a decirle al católico que, según las palabras de Cristo, entra públicamente en una vida de pecado: «No veo nada malo en lo que estás haciendo. Que seas muy feliz en tus pecados».

3. Después que un católico haya contraído y establecídose en un matrimonio inválido, los católicos leales no pueden darle aprobación directa o indirecta de la situación, sino que deberían guiarse por verdadera y sincera caridad en la actitud que deben tomar hacia la persona.
   
El primer y más necesario objeto de toda caridad fraterna es ayudar al prójimo a ir al Cielo. El escándalo es el mayor pecado contra la caridad precisamente porque significa alejar a esa persona del Cielo. Cuando el escándalo de mostrar aprobación de los pecados públicos de otro ha sido debidamente evitado, aún queda el deber de hacer todo lo que esté en sus posibilidades para arrancar a la persona de sus pecados y regresarla al camino hacia el Cielo.
   
Así las cosas, no se debe pensar que en todos los casos de parientes o amigos inválidamente casados, los católicos deberían ostracizarlos y evitarlos por completo. San Pablo, en una de las advertencias citadas anteriormente, manda a los cristianos no mirar a los pecadores como enemigos, sino más bien corregirlos como hermanos. Debe haber un deseo por la conversión y salvación de los descarriados; y se deben usar medios prudentes para expresar y cumplir este deseo.
   
Con todo, las circunstancias difieren tan ampliamente en esta materia que es difícil postular reglas universales. El católico individualmente considerado debe ponderar su obligación de no dar escándalo con su obligación de caridad hacia el pecador y, con el auxilio de la divina gracia, tomar la mejor decisión que pueda. Al mismo tiempo, se pueden dar algunas soluciones de muestra.
  
a. A veces, la misma caridad sugerirá que una forma más efectiva de «corregir al pecador» (como dice San Pablo) es cortar todas las relaciones sociales con este. Esto es verdad especialmente en los casos en que los lazos familiares han sido fuertes; donde el que contrajo un matrimonio inválido hubiera obviamente esperado encontrar después de ese matrimonio inválido a la familia y los amigos tan amables y afectuosos como antes; donde se juzga prudentemente por la familia y los amigos que la ruptura de las relaciones sociales hará que el proscrito se dé cuenta de su mal estado y del deseo de escapar de este.
   
b. A veces la caridad a otros que no sean la persona inválidamente casada requiere una ruptura casi completa con esa persona. En una familia de muchos hijos, en el que el mayor se casó fuera de la Iglesia (o incluso en el caso de un primo o tío o tía en esa misma situación), la madre y el padre pueden prudentemente decidir que la forma más segura (y posiblemente la única adecuada) de inculcar a los hijos en crecimiento y adolescentes del mal que es un mal matrimonio es cortar relaciones con el que escogió tal “matrimonio”. En estos casos, también, usualmente hay un buen efecto en el último, en que la tristeza de su estado espiritual será más claramente reconocida.

c. A veces, y aquí podemos decir más frecuentemente, el programa correcto que adoptar es el de mantener un contacto limitado con el que se ha separado de los sacramentos de la Iglesia, con al menos la esperanza que en su debido tiempo la persona estará dispuesta a aceptar un consejo espiritual sólido.
   
Decimos contacto limitado, porque siempre queda la obligación de evitar cualquier aprobación manifiesta del mal matrimonio. Entonces la familia o amigos de una pareja casada inválidamente no puede invitar a estos últimos a ocupar una habitación de huéspedes en su casa tal como se pudiera hacer con una pareja verdaderamente casada. No deberían pasar vacaciones con ellos, porque así estarían apoyando públicamente su pretensión de estar válidamente casados a los ojos de Dios.
  
Pero aparte de tales cosas, se puede mantener cierta cantidad de contacto social mientras haya un destello de esperanza de ser capaz de ayudar espiritualmente a la persona al final. En tales contactos, el amigo o pariente aprovechará las oportunidades para urgir al católico casado inválidamente a orar diariamente, asistir a Misa (por lo menos los domingos), y a leer libros espirituales que puedan eventualmente proveerle los motivos para romper con el pecado. Debe recordarse que regañar, es decir, aprovechar cada oportunidad para reprender, condenar y reprochar a la persona, nunca logrará mucho, excepto tal vez endurecerla en el rechazo de la gracia..
  
III. RECOMENDACIONES PRÁCTICAS

Los católicos deberían ser conscientes que este problema es uno por el cual van a ser malentendidos y malinterpretados por muchos acatólicos. Que serán acusados, aun cuando hagan lo que su conciencia les dicte, de adoptar una actitud de “santurronería”, de ser intolerantes, fanáticos e hipócritas, y de soberbiamente sentarse a juzgar a los pecadores.
  
Ninguna de estas acusaciones será justificada, y nadie debería preocuparse, si se tiene en mente claramente los objetivos espirituales propios. Ellos quieren impedir el pecado, y eso es porque no deben dar el escándalo de mostrar alguna aprobación de lo que Cristo (no ellos) llamó un matrimonio pecaminoso e inválido. Ellos quieren salvar a los pecadores, y por ello hacen lo que creen mejor para atraer a la conversión de cualquiera que haya renunciado públicamente a la doctrina de Cristo sobre el matrimonio.

Se ofrecen tres recomendaciones a los católicos que se enfrentan al problema de tratar con católicos casados inválidamente:
  1. Sé humilde. Recuerda tus propios pecados, que Cristo ha perdonado. Ten presente que tú, también, puedes haberte escindido públicamente de la Iglesia de Cristo de no ser por Su gracia. Reprime el resentimiento personal y la ira fundada en un sentimiento que has sido deshonrado por la acción de un ser querido. Piensa frecuentemente en esto: Si hubieras sido un si hubieras sido un ser querido o un amigo más leal y mejor, podrías haber evitado la tragedia que ocurrió.
  2. Explica tu postura sencilla y claramente al pariente o amigo inválidamente casado, y a los que tengan derecho y necesidad de saberlo. Cuando hayas fijado tu curso de acción según los principios presentados en este artículo, hazlo conocer, y con él tu único deseo de ayudar al descarriado a volver a la grey de Cristo.
  3. Ante la duda, inclínate a la amabilidad. No des lugar en tu corazón a la amargura personal , el más mínimo desprecio a cualquier pecador, o el menor pretexto de hacer un juicio final. No des el escándalo de aprobación de un mal matrimonio, pero en todas las cosas deja que la amabilidad revele tu deseo de la salvación del que se ha alejado de Cristo y Sus sacramentos por el amor de una humana criatura. Nunca dejes de orar por esa alma, nunca dejes de esperar por su salvación; nunca dejes de buscar una oportunidad para ayudarla a volver al redil de Cristo.
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SOLO PARA ESPOSAS Y ESPOSOS: LAS OBLIGACIONES MORALES DE LOS INVÁLIDAMENTE CASADOS
   
Por el P. Donald F. Miller C.Ss.R. [Revista The Liguorian, vol. 45, número 3 (marzo de 1957), págs. 40-41].
   
PROBLEMA: Muy frecuentemente en THE LIGUORIAN Vd. ha hablado sobre el triste estado de los católicos que viven en un matrimonio inválido. Vd. ha mencionado cómo ellos están privados del privilegio de recibir los sacramentos, y no se les puede conceder un entierro cristiano a menos que haya algún signo de arrepentimiento y una renuncia a su mal matrimonio antes de morir. Lo que quisiera saber es esto: ¿Qué tienen que hacer tales personas para ser readmitidas en los sacramentos de la Iglesia? Estoy pensando en aquellos que han estado viviendo en su matrimonio inválido por muchos años, tienen varios hijos hacia los cuales tienen una obligación, y difícilmente se puede esperar que de un momento a otro se abandonen. ¿Qué pueden hacer para retornar a la gracia de Dios?
  
SOLUCIÓN: Por difícil que sea este problema, la solución debe comenzar con la proposición que la gracia de Dios es suficiente para toda emergencia en la vida humana, y que nunca hay una situación en la cual un alma no pueda encontrar su camino para salir del pecado y volver a la amistad de Dios. Negarlo sería negar el deseo de Dios por la salvación y eterna felicidad de todo ser humano creado por Él.
   
Por supuesto, lo primero que se debe sugerir a los católicos inválidamente casados (cuyo matrimonio no puede ser validado) es que se separen. El gran mal que cometieron fue el de poner el amor humano por encima del amor divino, al contraer un supuesto matrimonio contrario al mandato expreso de Dios. Tan pronto como se den cuenta cómo se han separado completamente de todos los bienes espirituales e incluso de la esperanza del Cielo que Dios ofrece a Sus hijos leales, ellos deberían reversar la acción por la cual públicamente entraron en un estado de pecado. Eso significa renunciar tanto a la apariencia de estar casados y al privilegio de vivir juntos como si estuvieran verdaderamente casados.
   
Cuando el matrimonio inválido tiene varios años, y hay hijos de por medio, no siempre es necesario que la pareja se separe completamente. En algunas circunstancias se les puede permitir vivir bajo el mismo techo, y continuar trabajando juntos por la crianza apropiada de sus hijos. Aun así, en este caso, hay varias obligaciones muy importantes.
  
La primera obligación es abandonar de una vez por todas el uso del privilegio matrimonial y la indulgencia en cualquier tipo de conducta que fácilmente pueda llevarlos a tal uso. Esto es algo que toda pareja inválidamente casada, que ha llegado a darse cuenta de su mal estado, puede y debe hacer por su propia cuenta, aun antes de poder ser readmitidos a los sacramentos. Todo uso del derecho matrimonial para alguien inválidamente casado es otro pecado mortal. El primer paso que deben tomar es abandonar el pecado mortal. A esto se le debe agregar un gran aumento de los hábitos de oración, tanto para la gracia de evitar cualquier nuevo pecado, como para la de volver a los sacramentos.
      
Después de haber tomado esta decisión y de haber probado por sí mismos durante algún tiempo su capacidad de llevarlo a cabo, deberían hablar a su párroco sobre la cuestión de si el suyo es un caso en que se puede permitir un arreglo de hermano y hermana. La necesidad que tienen los hijos en crecimiento del cuidado de ambos padres es una de las razones más convincente en la que se puede fundar tal arreglo. Pero sin importar cuán convincente sea la razón, esto no se puede permitir nunca a menos que la pareja puede presentar evidencia fehaciente que están dispuestos y capaces, con la gracia de Dios, de abandonar para siempre el uso de los privilegios que solo se pueden conceder a los válidamente casados.
   
Si se ha decidido por las autoridades eclesiásticas que pueden continuar viviendo en la misma casa, pero como hermano y hermana, entonces se deben tomar pasos definidos para eliminar todo escándalo (sería un escándalo mayor a los fieles si se le permitiera a una pareja recibir los sacramentos mientras aún parezcan estar viviendo more uxório en un matrimonio inválido). Por tanto, deben o hacer público el hecho que ya no están viviendo como marido y mujer; o, si esto no es práctico, recibir los sacramentos en alguna iglesia donde no sean conocidos por nadie. Es sólo en estas circunstancias que el arreglo de hermano y hermana se convierte en el camino de regreso a los sacramentos para los católicos casados ​​inválidamente.

lunes, 30 de diciembre de 2024

LA TRIBULACIÓN

Sermón predicado por el Rvdo. P. Pío Vázquez SSM en la Domínica infraoctava de la Natividad (29 de Diciembre de 2024).
   

LA PESADILLA POLÍCROMA EN LA CATEDRAL DE GLASGOW

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   

El arzobispón de Glasgow (Escocia) William “Bill” Nolan, de 70 años, instaló el 28 de Diciembre una cruz recientemente encargada en la pared trasera del presbiterio de la Catedral de San Andrés.

La cruz, que es completamente inadecuada para el sitio, permanecerá en exhibición durante los próximos 12 meses.
 

“Bill” Nolan “bendijo” el artefacto durante la eucaristía del mediodía del domingo 29, marcando el comienzo del Año Jubilar en su catedral.

El objeto, diseñado como una cruz griega (con brazos de igual longitud), está hecho de madera y presenta los símbolos de San Kentigerno Mungo (pájaro, pez, campana y árbol), patrono y fundador de la ciudad de Glasgow.

En el centro está el símbolo del Jubileo 2025, que incorpora el logotipo de Francisco Bergoglio de los Peregrinos de la Esperanza.
  

domingo, 29 de diciembre de 2024

UCRANIA: “SACERDOTE” LLAMA A CONVERTIRSE EN JUDÍOS PARA “VENCER” A RUSIA


Según informó la Unión de Periodistas Ortodoxos, el presbítero Vasyl Kosyachenko, de la fanariota y nacionalista “Iglesia Ortodoxa de Ucrania”, comentó en la publicación que hizo en su cuenta de Facebook el Gran Rabino de Ucrania Reuven Azman sobre el encendido del candelabro de Jánuca por el comandante de la Guardia Nacional Aleksandr Pivnenko, llamando a los ucranianos a convertirse al judaísmo para «vencer a la Rusia de Putin».
  

TRADUCCIÓN
«Para derrotar a la Rusia de Putin, necesitamos una religión que nos una. Si el presidente de Ucrania, los comandantes de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional tienden hacia el judaísmo, ¿tal vez todos los ucranianos deberían adoptar el judaísmo? Derrotemos al enemigo, y luego veremos lo que sucede. Después de todo, es claro que Ucrania seguirá ocupada si mantiene la visión del mundo que actualmente tienen los ciudadanos de Ucrania».
De acuerdo al sitio KP.ru, “Vasya”, un activista del movimiento “Euromaidán” que protagonizó las protestas de la Plaza de Independencia (protestas instigadas por Estados Unidos y la Unión Europea y apoyadas por el Mossad) en 2013 y combatiente del lado de Kiev durante la Guerra del Dombás, se hizo “sacerdote” de la “Iglesia Ortodoxa Ucraniana - Patriarcado de Kiev” del cismático Filareto Denisenko llegando a ser rector de Kramatorsk, antes de pasar a la “Iglesia Ortodoxa de Ucrania” fundada por el expresidente Pedro Poroshenko y el fanariota Bartolomé Archondiónis con apoyo-chantaje de la CIA. Pero nada le salvó de ser condenado el 31 de Agosto a siete años de prisión por robo (cuando lo detuvieron, en el vehículo que manejaba encontraron equipos robados, una pistola, marihuana y una pipa de agua), pero a juzgar por el comentario de marras en Facebook, se puede decir que o fue liberado anticipadamente o absuelto.
  

Pero Pivnenko (arriba) no fue el único en unirse a la celebración judía del Jánuca (que este año va del 25 de Diciembre al 2 de Enero): el presidente de Ucrania Vladímir Zelenski Osipov encendió el candelabro junto a varios rabinos en el Palacio presidencial; el alcalde de Kiev Vitali Klitschko y el jefe de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa Kirilo Budánov (este último ya había encendido un candelabro hecho con restos de misiles en el Centro Comunitario Judío de Kiev) coincidieron en la Gran Sinagoga de Kiev con Azman y el embajador israelí. Azman en su discurso dijo que esperaba que la luz de Jánuca «ilumine la futura victoria, tanto de Ucrania como de Israel» (Dato anecdótico: el rabino Yonatan Markovitch saludó a Budánov en ruso). Recuérdese que la victoria que los judíos quieren y por la que oran en Jánuca es contra el cristianismo.
  
Por otra parte, la iglesia-refectorio de los Santos Antonio y Teodosio en la Gran Laura (Monasterio) de las Cuevas de Kiev (confiscado a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica y dado a la “Iglesia Ortodoxa de Ucrania”) fue convertida en salón para el desayuno militar de Zelenski (quien irónicamente pidió capellanes militares a todas las religiones del país) y en plató para un programa de cocina con Eugenio Klopotenko, el chef personal de la primera dama Elena Kiyashko-Zelenskaya lo cual fue criticado incluso por el obispón latino de Kiev-Yitómir Vitali Krivitski SDB). Igual que en la Unión Soviética, donde las iglesias se convirtieron desde salones de eventos y comedores (en el mejor de los escenarios) hasta en establos o estaciones de tractores y maquinaria agrícola (en el peor), y otros usos intermedios.
  

Retornando, no todos en Ucrania están de acuerdo con el acercamiento de las autoridades ucranianas a los judíos y su Jánuca. La cantante ucraniana Katya Chilly (cuyo nombre real es Kateryna Petrivna Kondratenko), por ejemplo, criticó la inauguración por el alcalde Klitschko del gran candelabro de Jánuca en el centro de Kiev y exigió que se instalaran símbolos cristianos en la capital y llamó a que se respetaran los símbolos tradicionales de Ucrania especialmente en medio de la guerra (aunque días antes, exigió tratar «como parásitos» a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica).

De todos modos, queda ver si, independiente de cómo concluye la guerra, cuántos seguirán al judaizante “Vasya” Kosyachenko (que con sus antecedentes, habrá que preguntarle cuál se fumó), o lo dejarán solo como el judas que es (igual que los mandos civiles, militares y religiosos de la Junta de Kiev).

HILARIÓN REMOVIDO COMO METROPÓLITA DE BUDAPEST


El Santo Sínodo, órgano rector de la Iglesia Ortodoxa rusa, retiró al metropolita Hilarión Dashevski Alféyev, de 58 años, como jefe de su diócesis de Budapest.
   
Anteriormente presidente del Departamento de Relaciones Exteriores Eclesiásticas del Patriarcado de Moscú y ampliamente considerado como un posible futuro patriarca, Hilarión fue inesperadamente transferido a Budapest en Junio de 2022.

En Julio de 2024, surgieron informes que alegaban una relación cercana entre Hilarión y un subdiácono Georgy Suzuki, lo que provocó su suspensión temporal.

El Sínodo pidió al patriarca Cirilo una mayor investigación sobre el comportamiento de Hilarión, citando desviaciones significativas de las expectativas clericales.

Hilarión fue reasignado a la Iglesia de San Pedro y San Pablo en Karlovy Vary (Chequia).

El metropolita Marcos (nacido Sergio Anatólievich) Golovkov de Riazán y  San Miguel fue nombrado administrador interino de la diócesis de Budapest. Había sido su ordinario entre 2015 y 2019, cuando fue remplazado por Hilarión.

DIÁLOGO INTERRELIGIOSO… O SOLO BLABLABLÁ

Por Gianni Toffali para DOSSOBUONO DI VERONA, vía PENSIONATI ITALIANI. Traducción propia.
  
DIÁLOGO INTERRELIGIOSO… O SOLO BLABLABLÁ
  

Siria: Ni bien consiguieron ocupar el monte Hermón, los soldados israelíes han derribado el gran crucifijo que por décadas se erigía sobre la cima del monte.
   

Evidentemente la Cruz es para ellos intolerable, un “escándalo” inaceptable, como escribía San Pablo (1.ª Corintios). La Iglesia dirigida por el papa Francisco, se exhibe a sí misma ostentando aperturas y diálogos interreligiosos con las otras religiones.

Lástima que los propósitos (¿o piadosas ilusiones?) que salen del Pontifico Consejo para el diálogo interreligioso, no llegan a salir de los muros vaticanos. O más pragmáticamente, quedan en letra muerta porque los destinatarios los usan como leña.

Por parte vaticana, ningún comentario y ninguna condena. Al contrario, los hombres del papa Francisco, comenzando por los obispos, se han reunido repetidamente en las sinagogas cuando, por distintos motivos, se ha tratado de solidarizar con los fieles que han cambiado a Jesús por el más deletéreo de los falsos mesías.
   
Ahora, para demostrar que el gesto de los soldados de la Estrella de David [sic], es imputable a un exceso de miopía, sería bello que los “hermanos mayores” pidiesen excusas a los “hermanos menores”.
   
Cuando los estólidos optimistas se realicen que la ilusión es lo que llena los vacíos que deja la realidad, del cristianismo quedará poco o nada.

SAN MARCELO ACEMETA, MONJE

  
Los “acemetas” (en griego ἀκοιμῆται, “los que no duermen, los vigilantes”) se distinguen de los otros monjes orientales tan sólo por la regla que los dividía en varios coros que, sucesivamente, cantaban el oficio divino de día y de noche, sin interrupción. De ahí proviene el nombre de los “incansables” con el que se les conocía. El monasterio fue fundado y la orden instituida por San Alejandro, un monje sirio que se estableció en Gomon, a orillas del Mar Negro. Juan, el sucesor de Alejandro, trasladó la comunidad a un monasterio que construyó en Eirenaión, un sitio placentero a orillas del Bósforo, frente a la costa donde se encuentra Constantinopla. San Marcelo, que fue elegido abad de aquella casa en tercer lugar, levantó su reputación a los más altos niveles y él mismo fue el más distinguido de los monjes acemetas. 
   
Marcelo nació en la ciudad siria de Apamea y, a la muerte de sus padres, quedó como heredero de una gran fortuna. No obstante su riqueza, concibió un profundo desagrado por todo lo que el mundo podía ofrecerle, partió a Antioquía y se consagró por entero a los estudios sagrados. Más tarde se estableció en Éfeso, donde se puso bajo la dirección de un varón justo, siervo de Dios, en cuya compañía dedicaba todas las horas del día a la oración y a la copia de libros sagrados. La reputación de la vida de soledad y austeridad de los monjes acemetas, atrajo a Marcelo quien ingresó en la comunidad e hizo tantos progresos, que el abad Juan, al ser elegido, le tomó como ayudante y consejero y, en consecuencia, a la muerte de Juan, Marcelo fue elegido abad. 
   
Al decrecer la oposición del emperador Teodosio II y algunas de las autoridades eclesiásticas, el monasterio floreció extraordinariamente bajo su prudente y virtuosa administración. Varias veces se encontró en apuros para hacer las ampliaciones necesarias en los edificios de su monasterio, pero siempre fue abundantemente provisto de los medios para hacerlo, por parte de un hombre riquísimo que acabó por tomar los hábitos junto con sus hijos. El propio San Marcelo, al hacerse monje, insistió en desprenderse hasta del último centavo de su cuantiosa fortuna y, en consecuencia, era muy estricto en cuanto a la observancia de la pobreza y no toleraba que sus monjes hiciesen acopio de bienes e inversiones de dinero de ninguna especie. Solía decir que ya era un exceso almacenar alimentos para diez días. Los acemetas habían despreciado hasta entonces todo trabajo manual, pero el abad Marcelo insistió para que todos trabajaran, les gustase o no. La comunidad contaba con trescientos miembros, y desde todos los puntos del oriente llegaban a manos de San Marcelo las solicitudes para el envío de abades a fundar monasterios en lugares distantes o grupos de monjes para formar los núcleos de nuevos establecimientos. Entre éstos, el más famoso fue el monasterio de Constantinopla, fundado en 463 por un antiguo cónsul llamado Estudio, con algunos monjes acemetas.  
   
Entre las actividades de aquellos monjes figuraba, principalmente, el trabajo apostólico que pudiesen realizar desde sus respectivos monasterios; por cierto que San Marcelo fue una personalidad muy destacada en la predicación del Evangelio y el impulsó a todos los movimientos en contra de las herejías que se iniciaron en Contastinopla, en su tiempo. Él fue uno de los veintitrés archimandritas que suscribieron la condenación de Eutiquio, en el sínodo convocado por San Flaviano en 448, y también participó en el Concilio de Calcedonia. Cuando el emperador León I propuso elevar a Patricio, el cónsul godo, a la dignidad de César. Marcelo protestó de que se pretendiese dar tanto poder a un arriano y vaticinó acertadamente la próxima ruina de la familia de Patricio. En el año de 465, se produjo un gran incendio en Constantinopla y ocho de los dieciséis distritos de la ciudad quedaron destruidos. Era tanta la reputación de San Marcelo, que la población atribuyó a su intercesión que no hubiesen quedado en ruinas los otros ocho barrios. El santo gobernó su monasterio durante unos cuarenta y cinco años y murió el 29 de Diciembre del año 485.

sábado, 28 de diciembre de 2024

SACERDOTE MARONITA CON FUSIL EN PLENA LITURGIA


Las imágenes de un sacerdote maronita con un fusil Kalashnikov colgado sobre su hombro durante la liturgia de media noche el 24 de Diciembre en la iglesia de San Marón en La granja de Josué/Mazraat Yachouh (Distrito de Matn, Líbano) se han vuelto virales en las redes sociales.
  

Durante el sermón, el sacerdote explicó que el arma que portaba formaba parte de una escena simbólica destinada a transmitir un mensaje en medio de las guerras que vive el mundo, diciendo que «La verdadera arma del creyente no son las balas, sino la cruz, que representa el amor y el perdón».
  

Al final de su discurso, arrojó el arma al suelo, llamando a los fieles a renunciar a la violencia y «entregar las armas al ejército» como único garante de la estabilidad, añadiendo: «¿Quieres que Dios pelee contra tus enemigos? ¿O amas a tus enemigos como Él lo hizo con nosotros?».

La archieparquía maronita de Antelias emitió un comunicado aclarando la situación, y señaló que a pesar de la intención simbólica y que el mensaje era coherente con la doctrina de la Iglesia, desaprueba el método utilizado por el sacerdote, a quien el obispo Antonio Farés Bou Najm le advirtió por escrito que no repitiera tales acciones en el futuro.
   

TRADUCCIÓN
El Departamento de Medios de Comunicación de la Diócesis Maronita de Antelias emitió la siguiente declaración:
   
Se difundió en las redes sociales la noticia de que un sacerdote de la parroquia de San Marón en Mazraat Yachouh de Matn, afiliada a la Diócesis Maronita de Antelias, mientras celebraba la misa de medianoche, en Navidad, portaba un arma militar sobre sus ornamentos sacerdotales, lo que generó confusión y muchas especulaciones.
   
La diócesis maronita de Antelias desea aclarar lo siguiente:
  
En primer lugar, la diócesis no está de acuerdo con el método adoptado por el sacerdote y le ha enviado una advertencia por escrito para que no repita estos asuntos. Sabiendo que está de acuerdo con el contenido del sermón por ser coherente con las enseñanzas de la Iglesia y sus directrices espirituales y pastorales.
   
En segundo lugar, lo que hizo el sacerdote no fue más que parte de una escena que utilizó en su sermón en la que enfatizó que el arma del creyente es la cruz. El citado sacerdote arrojó el arma delante de los creyentes, llamándolos a desechar todas las armas que destruyen a los demás y a aferrarse a la única arma, que es la cruz, arma del amor y del perdón.
   
En tercer y último lugar, la Diócesis espera que esta cuestión no tenga dimensiones sectarias y que no sea explotada por algunos para incitar luchas sectarias y odio, especialmente a la luz de la atmósfera tensa que vivimos y las circunstancias excepcionales que nuestro querido país, Líbano, está pasando.

También en el vídeo se observa que los maronitas permiten la presencia de monaguillas (es de advertir que el rito maronita se novusordizó en 1994 a tal punto que, de volver a vivir San Marón, el bienaventurado padre Chárbel Makhlouf o los mártires maronitas de Damasco, ciertamente dirían al verla: «Esta no es la fe por la cual he muerto»).

viernes, 27 de diciembre de 2024

PRESBÍTERO ABUSADOR, CONDENADO A CADENA PERPETUA

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
   
Una fotografía policial del sacerdote-presbítero neoiglesiano Lawrence Hecker, de Luisiana.
Uno de los peores pedófilos de la Secta Conciliar, Hecker secuestró y violó a adolescentes durante casi una década.
La jueza del caso pensó que el crimen del sacerdote-presbítero era tan “horrible” que lloró mientras sentenciaba al presbítero al resto de su vida en la penitenciaría estatal, haciendo penitencia por sus viles crímenes bajo el auspicio de las autoridades neoiglesianas.
   
El 18 de Diciembre de 2024, un sacerdote-presbítero de la Iglesia Conciliar, que se declaró culpable de secuestrar y violar a un adolescente, fue sentenciado a la Penitenciaría Estatal de Luisiana, donde hará penitencia por el resto de su vida, por sus viles crímenes bajo el auspicio de las autoridades neoiglesianas. El sacerdote-presbítero Lawrence Hecker (nacido en 1931, y ordenado en 1958, hecho “monseñor” en 2000 y laicizado en 2002) violó a su víctima repetidamente durante un período de dos años, cuando Hecker era párroco de Santa Teresita del Niño Jesús. Sin embargo, Hecker ya había confesado haber cometido delitos sexuales contra muchos otros niños durante casi una década.
   
La jueza del caso, Nandi Campbell, consideró que los crímenes del presbítero eran tan “horribles” que lloró durante la imposición de la sentencia de dos cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional más 25 años de prisión y trabajos forzados por violación agravada, secuestro agravado, delito contra natúra agravado y robo por cuantía mayor de 500 dólares. El sacerdote-presbítero de la Anti-Iglesia había cometido dos de los Cuatro Pecados Bíblicos que Claman Venganza al Cielo: sodomía y opresión de los pobres. Los crímenes del presbítero eran tan viles que el fiscal del distrito había prometido, que si era necesario, «meterlo en una camilla» para juzgarlo [Parte de la información para este Comentario proviene de National Catholic Register].
  
Católicos tradicionales, el Gran Holocausto Sexual y Malversación Conciliar, continúa y continúa, desde el “non sancto” Juan Pablo II Wojtyła, el Primer Antipapa Pedófilo; Benedicto XVI Ratzinger, el Segundo Antipapa Pedófilo; y ahora Francisco Bergoglio, el Tercer Antipapa Pedófilo Pedófilo. Miles de niños cada año se suman a los cientos de miles que ya han sido violados principalmente bajo la Secta Novusordota desde el Anticoncilio Vaticano II (1962-1965). La única manera de erradicar la corrupción endémica es destruir la Pseudoiglesia y dejar que la verdadera Iglesia Católica salga de las catacumbas para restablecer la justicia y la verdadera misericordia, particularmente para los hijos de Dios.

BERGOGLIO CON PALABRAS DE ESPERANZA A LOS DELINCUENTES (Y NO A LAS VÍCTIMAS)


Ayer jueves 26 de Diciembre, Francisco Bergoglio abrió junto a su prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación el cardenal José Tolentino Calaça de Mendonça y su obispón auxiliar de Roma y vicario para los migrantes Benoni Ambăruş una “Puerta Santa” en la prisión romana de Rebibbia, uno de los mayores complejos penitenciarios de Italia.

Como era de esperar, era la primera vez que se abría una puerta de este tipo en una prisión. Las otras cuatro Puertas Santas se encuentran en basílicas papales de Roma (San Pedro en el Vaticano, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros).

«Quería que la segunda Puerta Santa estuviera aquí, en una cárcel. He querido que cada uno de nosotros, que estamos aquí dentro y fuera, tengamos la oportunidad de abrir de par en par las puertas de nuestro corazón y comprender que la esperanza no defrauda», dijo antes de la apertura de la puerta de la capilla “Padre Nuestro”, dentro de la cárcel.
  
A diferencia de como lo hizo en la Basílica de San Pedro, donde tras la apertura de la puerta entró en silla de ruedas, esta vez Bergoglio (que con esta visita quiso evocar la ídem de Juan XXIII bis Roncalli a la cárcel Regína Cœli el 26 de Diciembre de 1958) se dirigió por su propio pie a la mesa de la capilla de la prisión (aunque después tuvo que volver a la silla de ruedas).

Tras visitar la prisión, Bergoglio detuvo su coche para hablar con los periodistas:
«Los presos son buena gente. Cuando vengo aquí, la primera pregunta que me hago es: “¿por qué ellos y no yo?”, porque cualquiera de nosotros puede resbalar. La primera Puerta Santa que abrí fue la de San Pedro, la segunda en esta basílica. Hoy la prisión se ha convertido en basílica y por eso he venido aquí. Esta es la segunda Basílica. Es un gesto muy importante para mí. Tenemos que pensar que muchos de ellos no son los peces gordos».
En respuesta, el eurodiputado de la Liga por Italia noroccidental y general de división en retiro Roberto Vannacci Orlando declaró a Affari Italiani que habría esperado que Bergoglio dijera palabras amables similares para las víctimas de los criminales:
«La misma esperanza que el Santo Padre invoca para los presos se desearía también y sobre todo para las víctimas del crimen. Rara vez, sin embargo, hay una palabra para las víctimas de la delincuencia. Es decir, para aquellas personas a quienes esos presos, visitados hoy por el Papa, han robado, herido, violado, abusado y matado.
  
Mi solidaridad se dirige sobre todo a ellos, no a los presos que cumplen la pena justa por sus fechorías. Y si es cierto que habrá que construir otras prisiones para mejorar las condiciones de hacinamiento, también espero que estos lugares de expiación de la pena –porque deben serlo– además de la recuperación social del delincuente, también sean funcionales al reembolso del daño causado a la víctima y se conviertan, por tanto, en lugares donde todo recluso, trabajando duro y devolviendo sus emolumentos por su trabajo, indemnice a las víctimas por los daños sufridos por sus acciones criminales».
Según el izquierdista y pro-bergogliano Faro de Roma, las palabras de Vannacci «dan ganas de vomitar». Pero, en su defensa se puede alegar que esas son las mismas palabras que los obispones conciliares usan contra los presbíteros abusadores que deberían estar en una celda en Rebibbia (o cualquier otra prisión) y no en puestos y tratos de favor como hacen habitualmente. Ítem, Vannacci está llamando a que, de construirse más establecimientos carcelarios, sean para el fin que las justifica: que los criminales paguen su pena y, al tiempo que se resocializan, resarzan los daños causados.
  
Finalmente, vale recordar un porcentaje importante de los crímenes en Roma (y otros lugares del mundo) son cometidos por esos mismos inmigrantes ilegales a los que Bergoglio quiere que les abran «de par en par» las puertas mientras que ÉL MISMO se mantiene tras la Muralla Leonina que separa al Vaticano del resto de la Alma Urbe.

«EL VATICANO NO ES MEDIADOR ENTRE RUSIA Y UCRANIA, Y NADIE LE PIDIÓ MEDIAR ENTRE AMBOS» (SVIATOSLAV)

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
  

El Vaticano, cada vez más incompetente, «no está mediando entre Ucrania y Rusia, y nadie solicitó su mediación», declaró a la agencia RBC Ucrania el 24 de Diciembre el arzobispón mayor de Kiev-Galicia Sviatoslav Shevchuk Krokis, jefe con ínfulas patriarcales de la Iglesia grecocatólica ucraniana y nacionalista y europeísta acérrimo.

El 10 de Octubre (un día antes de la visita al Vaticano del presidente que se perpetúa en el poder so pretexto de la guerra Vladímir Zelenski Osipov), el arzobispón expuso a Francisco Bergoglio (a quien conoce desde su estadía en Buenos Aires) la versión de que «Rusia está destruyendo sistemáticamente la infraestructura energética de Ucrania». Bergoglio anotó sus palabras y las utilizó en su discurso del domingo siguiente, tras la oración del Ángelus. «Detengan la matanza de inocentes en Ucrania», dijo.

En cuanto a una posible mediación del Vaticano, Shevchuk explicó que el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin Miotti, ha esbozado unas condiciones específicas: ambas partes deben estar de acuerdo y solicitar la mediación, y estar dispuestas a aplicar las soluciones recomendadas.

«En la actualidad, no se da ninguna de estas condiciones», dijo Shevchuk.

Bergoglio ha hecho un llamamiento a las negociaciones de paz y no está del lado de Ucrania occidental, a la que representa Sviatoslav (5 millones de católicos).
  
En la entrevista, Sviatoslav mostró además cómo la iglesia grecocatólica ucraniana se ha modernizado, como en celebrar la  Navidad en el calendario gregoriano (aunque en la región de Jarkov se pidió un aplazamiento a la medida), la hospitalidad sacramental con los ortodoxos, o que ya no les exigen a las mujeres usar el velo en la iglesia.

LA HUMILDAD (Prédica 1)

Sermón predicado por el Ilmo. Sr. Obispo D. Fernando Altamira, Superior de la Sociedad de Santa María, el día de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo (25 de Diciembre de 2024).
   
   
NACIMIENTO DE DIOS NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
La Humildad (Prédica 1)
   
TODO EN MARÍA y POR MARÍA. Y por las BENDITAS ALMAS del PURGATORIO
  
Queridos hijos:
Otra vez, por un nuevo año más, tenemos la alegría y el honor de poder estar festejando el “Nacimiento de Dios Nuestro Señor Jesucristo”, el nacimiento de Dios en la tierra, y hacerlo con el homenaje más digno de todos: la Santa Misa de Navidad, el Santo Sacrificio de la Misa.
  
Esta prédica será hecha, con su gracia, para recalcar, en Él, algo que queremos pedirle, y que nuestro pedido tenga más fuerza por ser el día de la Santa Navidad: Para Navidad queremos pedir la virtud tan preciosa y tan importante de la Humildad, sí, la virtud de la Humildad.
  
Demos unos conceptos: Es la virtud que nos inclina a tratarnos como merecemos; está relacionada con la templanza: ella pone en su lugar y modera la inclinación desordenada de la complacencia en uno mismo (la auto-complacencia), el tenerse por una gran cosa (cuando en realidad somos nada). La Humildad es la virtud que nos pone en nuestro lugar, que nos da el perfecto conocimiento de nosotros mismos, de nuestra miseria, de nuestros pecados e imperfecciones, de la nada que somos, y para que procuremos en nosotros un cierto ocultamiento, no el mostrarnos, no el querer relucir; San Bernardo agrega que la Humildad, con ese perfecto conocimiento de nosotros mismos, hace que nos despreciemos, que conozcamos de verdad nuestra vileza.
  
[ 1 ] Hagamos notar esta virtud y cualidad, la Humildad, en Dios Nuestro Señor Jesucristo.
  
Como nuestras vidas se debe a Él, se deben a Dios, al Niño Dios que ha nacido, y en ese deseo que tenemos (y siempre debemos tener) de ir mejorando como hijos de Dios, como católicos, para avanzar en las obras buenas, para corregir pecados y defectos: La insistencia de hoy abarcará entonces uno de los rasgos más patentes y más importantes que muestra, Dios, naciendo aquí en la tierra, en carne mortal, en un Pesebre, en nuestra naturaleza humana que asume; y ese rasgo que se nos muestra tan patente en Dios Nuestro Señor Jesucristo es lo que dijimos: LA HUMILDAD.
  • Humildad que Dios Jesucristo, el todopoderoso, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, se haya querido hacer hombre, asumiendo una naturaleza creada, finita, limitada, pasible, mortal; y que ello lo haya hecho por amor a nosotros (que tanto dejamos que desear), que Él lo haya hecho para hacer la Redención, de los pecadores, de los ingratos, y así entregarse “El Inocente” por los culpables, la famosa justicia vicaria (paréntesis: justicia vicaria que hace alergia a la falsa Iglesia Moderna del Concilio).
  • Humildad que Dios Jesucristo Omnipotente, haya querido utilizar el concurso de un ser humano para su Encarnación, aunque Ella era, y es, la creatura más santa, más sublime y más hermosa de todo lo creado: La Santísima Virgen María, Madre de Dios.
  • Humildad que Jesucristo Omnipotente, haya querido ser un bebé, sujeto a todas las limitaciones y necesidades de un bebé: ¡Esto es una humildad enorme!
  • Dios debía ser amamantado por su Madre Santa, y Jesucristo Dios da de comer a todos los seres vivos del orbe y sostiene el Universo. Dios debía ser cambiado en sus pañales como todo bebe: IN-CRE-Í-BLE: Dios sujeto a eso, como todo bebé, como todo ser humano: Debería caérsenos la cara de vergüenza al ver LO HUMILDE QUE ES DIOS, y lo soberbio que somos nosotros.
  • Humildad de Jesucristo Dios Omnipotente, que siendo el dueño y creador del Universo, ni siquiera haya dispuesto nacer en una casa o en un hospital, sino que el Creador nace en un lugar para animales, en un Pesebre, ninguno de nosotros (que somos nada) ha nacido en un lugar para animales, y Dios sí.
  • Humildad de Dios Jesucristo, que viene al mundo, que ocurre en el mundo el evento más importante, después de su Sacrificio en la Cruz, nacer en la tierra el Creador, “y el mundo dormía, y nadie sabía”: Dios naciendo en la tierra, y nadie sabía.
Serían interminables los actos de humildad para enumerar en Dios Nuestro Señor Jesucristo, pero sólo terminamos saltando en el tiempo 33 años y recalcamos, no ya del nacimiento, pero el acto más importante de todos: Su Sacrificio de la Cruz, la Redención y la Propiciación de nosotros los pecadores.
  
[ 2 ] Y como hay tanta humildad en Dios, y tanta soberbia en nosotros, queríamos transmitirles del libro de la Humildad que editamos, algunos conceptos de su autor, jesuita grande, jesuita verdadero: El Padre Alonso Rodríguez de Valladolid († 1616). Y lo hacemos pidiendo al Niño Dios, desde su cuna en el Pesebre, que nos alcance, como una gracia especial de esta Navidad y durante todo el 2025 y el resto de nuestras vidasel ser humildes, el crecer siempre en la Humildad. Veamos, entonces como un segundo punto, algunas enseñanzas sobre la Humildad:
  
El Padre Alonso Rodríguez pone, como título de su Capítulo XXXIX, algo que ya “de primeras” es una enseñanza: Cuánto importa acogernos a la Humildad para suplir con ella lo que nos falta de virtud y de santidad (él usa la palabra perfección: que en los temas espirituales significa santidad). Y agrega en el mismo título: Y cuánto importa acogernos a la Humildad para que Dios no nos castigue, ni nos humille; este segundo punto —importantísimo— es muy ignorado por nosotros los católicos, y debemos ver —ojalá con las enseñanzas que siguen— la profundidad y la gravedad de lo que acabamos de decir: Dios castiga al que no es humilde. Veamos:
  • San Bernardo dice que es muy necio el que no confía sino en la Humildad, pues todos hemos pecado y ofendido a Dios en muchas cosas, y así sólo tenemos derecho a ser castigados por Él. En nuestro juicio particular no podemos, o no podremos, responder a uno solo de los mil cargos en nuestra contra, pues entonces qué nos resta y qué otro remedio nos queda sino acogernos a la Humildad, y suplir con ella todo lo que nos falta ante Dios. Lo que nos falta de buena conciencia, suplidlo con Humildad; lo que nos falta de fervor, suplidlo con la Humildad y con una Confesión pura de nuestros pecados.
  • Consideremos cuán poco nos pide Nuestro Señor y con cuán poco se contenta, pues nos pide, en concordancia con lo que realmente somos, que nos conozcamos a nosotros mismos y nos humillemos, que seamos humildes, pues tenemos harta materia para esto en lo que somos y cargamos dentro: “Dentro de vosotros, tenéis vuestra humillación” (Miqueas 6,14). Tal vez otras cosas no podamos, ¿pero puede uno excusarse que no tiene salud ni fuerzas ni talento para ser humilde? Suplamos con humillación y humildad lo que nos falta de santidad, y Dios se moverá a misericordia sobre nosotros [1].
Humillémonos nosotros mismos, antes de que nos humille Dios, que es cosa que Él suele hacer muy comúnmente con los soberbios, si queréis que Dios no os humille, humillaos vosotros mismos.
  • SAN GREGORIO dice: ¿Sabéis cuánto aborrece Dios la soberbia?, Él en primer lugar, por la soberbia que cargáis, permite que caigáis en pecados veniales y en muchas faltas pequeñas, para enseñarnos con esto que ni de los pecados y tentaciones pequeñas podemos guardarnos, sino que cada día tropezamos en ellos (ni pensar entonces cómo haremos con los pecados graves). Estemos así ciertos de que no tenemos fuerzas para evitar cosas mayores, por eso no nos ensoberbezcamos ni nos atribuyamos grandes cosas, sino que siempre andemos con humildad y temor [2].
  • SAN AGUSTÍN y SAN JERÓNIMO dicen que: Para domar la soberbia de los hombres y humillarlos, Dios creó animalejos o insectos y gusanos viles o parásitos que padecemos, y a los mismos egipcios soberbios Dios los humilló no con grandes animales sino con moscas, mosquitos o zancudos y ranas. Por eso, para que andemos humildes Dios o permite que seamos molestados por esos insectos o gusanos tan pequeños.
Pero atención con lo que sigue en la enseñanza de estos dos santos:
Para que andemos humildes, nuevamente, Dios permite que caigamos en pecados veniales (ojo Él nos deje solos y caigamos en los mortales) Él permite que nos hagan guerra tentaciones (y qué sería si nos viniera una gran tentación). Por eso es que tenemos que sacar de estas cosas más humildad, el ser más humildes, y sería gran fruto que de estas cosas pudiéramos sacar ese fruto [3].
MAYOR ATENCIÓN AUN a lo que sigue en la enseñanza del Padre Rodríguez:
Pero si las anteriores cosas pequeñas no bastan para que seáis humildes, entended bien: Dios pasará adelante, y muy a costa vuestra, como Él lo suele hacer. Pues como Él aborrece tanto la soberbia, si no escarmentáis con lo pequeño, dicen los santos que por justo y secretísimo juicio de Él, Dios permite que uno caiga en pecados mortales para que se humille y sea humilde, e inclusive no en cualquier tipo de pecados mortales sino en los pecados carnales, que son más afrentosos y feos.
  
Dicen los santos: La soberbia secreta se castiga con manifiesta o notoria lujuria, peor así, porque otros sabrán y conocerán la lujuria en que caeréis. Y ponen el ejemplo dado por San Pablo (Romanos 1,24ss) de esos filósofos que, por soberbios, los entregó Dios a pecados nefandos y feísimos:
25 tradúntur in própria desidéria: se entregaron a sus propios deseos, 26 trádidit Deus illos in passiónes ignomíniæ: Dios los entregó a pasiones de ignominia. Nam fœ́minæ eórum immutavérunt naturálem usum in eum usum qui est contra natúram: Pues sus mujeres cambiaron el uso natural por aquel uso que es contra naturaleza (eso es la peor denigración de la mujer). 27 Simíliter áutem et másculi, relícto naturáli usu fœ́minæ: Igualmente los hombres, abandonado el uso natural de la mujer... másculi in másculos turpitúdinem operántes: hombres con hombres haciendo cosas impuras-infames (la homosexualidad de la época y ni hablemos hoy; miren los castigos que vale y produce el ser soberbio: caer en ese horror)”; 
lo anterior fue la traducción de la Vulgata en latín, y este mismo pasaje en la traducción de Mons. Straubinger desde el griego dice así:
24 Por lo cual (por la soberbia) los entregó Dios a la inmundicia en las concupiscencias de su corazón, de modo que entre ellos afrentasen sus propios cuerpos... 26 Por eso los entregó Dios a pasiones vergonzosas, pues hasta sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza. 27 E igualmente los varones, dejando el uso natural de la mujer, se abrazaron en mutua concupiscencia, cometiendo cosas ignominiosas varones con varones, y recibiendo en sí mismos la paga merecida de sus extravíos. ...28 Dios los entregó a una mente depravada para hacer lo indebido...
Sigue diciendo ahora el Padre Rodríguez: pecados nefandos que Dios permitió por su soberbia y para que quedasen humillados, viéndose hechos bestias... ¿quién no temblará de este castigo tan grande, que ninguno hay ya mayor sino el Infierno? [4].
   
SAN GREGORIO pregunta, a propósito del pecado de David, por qué Dios, a los que Él ha escogido y predestinado para la vida eterna, y encumbrado con grandes dones suyos, permite algunas veces caer en pecados, y en pecados carnales y feos, y responde que:
La razón de esto es, porque algunas veces los que han recibido grandes dones caen en la soberbia, la cual a veces tienen tan entrañada dentro de sus corazones que ni ellos mismos lo entienden ni perciben, sino que estando con agrado de sí mismos y confiados en sí mismos, piensan que lo están de Dios.
  
Como le aconteció al Apóstol San Pedro, pues a él no le parecía que fuese soberbia las palabras que dijo “aunque todos se escandalicen, yo no me escandalizaré de ti”, sino que él pensaba que eso era gran fortaleza de ánimo y grande amor a su Maestro.
  
Pues bien, para curar tales soberbias, tan secretas y disfrazadas, en las cuales uno ya está caído y no lo conoce, permite Dios que esas almas caigan en tales pecados exteriores y manifiestos y feos y deshonestos, porque esos pecados se conocen mejor y se ven más, y así esas almas vienen a ver que tenían también otro mal, el cual era secreta soberbia y que no la veían, y si no la solucionaban tal vez se hubieran condenado, y con una caída de esas manifiestas o pecados abiertos y públicos, se humillan ante Dios, y hacen penitencia de una y otra cosa, y logran el remedio para ambos males. Como San Pedro, que por esa caída exterior y manifiesta vino a conocer la soberbia oculta que tenía y a hacer penitencia y llorar por ambos pecados, y por eso le fue provechosa dicha caída o traición a Cristo.
  
Y lo mismo ocurrió con David, el cual dice: Señor, caro me costó, y lo confieso, pero bueno ha sido para mi el ser humillado (y lo fue públicamente ante todo el pueblo judío), para que yo aprenda cómo os tengo que servir de aquí en adelante, y que igualmente aprenda que tengo que desconfiar de mí; Ps. 118,71 “bonum mihi, quía humiliásti me, ut discam justificatiónes tuas”.
  
Por eso, Dios para sanar algunas almas altivas, las deja caer en culpas graves y exteriores, para que se conozcan y se humillen, y con el abatimiento de fuera, se curen de lo malo que tenían dentro.
La última enseñanza de hoy del Padre Rodríguez:
Oyendo estas cosas, tendríamos que tener temor, éstos son los grandes castigos de Dios, pero hay que saber que Dios no usa de estos castigos tan rigurosos, sino después de haber usado de otros medios más fáciles y suaves, después de haber usado medicinas y remedios más blandos para que tengamos humildad; a veces usa de enfermedades, otras de contradicciones y murmuraciones que debemos padecer, otras de la deshonra, y que a uno le bajen el copete, o pérdidas en sus bienes.
   
Y cuando lo anterior no basta, pasa a cosas espirituales, primero suaves y pequeñas, después permitiendo tentaciones fuertes y graves, y permite que tales tentaciones nos pongan pendiente de un hilo, y el riesgo grande de caer en pecados graves, y que uno vea que esas tentaciones no las puede vencer por sí mismo, y que entienda su flaqueza y la necesidad de que Dios le ayude, y desconfiando en sí venga a la Humildad.
  
Y cuando lo anterior tampoco basta, viene el castigo de ser dejado solo y caer en pecado mortal, vencido por la tentación.
  
Castigadme, Señor, con castigo de padre; curad mi soberbia con trabajos, enfermedades, deshonras y afrentas, y con cuantas humillaciones fuéredes servido, y no permitáis que yo caiga en pecado mortal.
   
[ 3 ] El punto tres: Palabras Finales:
  • -Queridos hijos (y esto vale para todos nosotros, nos incluimos): Con todas estas cosas esperemos se verá bien claramente cuánto importa el ser humildes.
  • -Quiera el Niño Dios, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, darnos esta gracia tan hermosa de tener la Humildad, gracia pedida hoy en el día de su Nacimiento, Navidad, Él que desde su Concepción no ha hecho más que mostrarnos ejemplos de Humildad, frente a toda esta soberbia insoportable que cargamos; ojalá nos dé esa gracia de la Humildad.
Con el favor del Niño Dios, continuaremos enseñándoles estos temas en la siguiente prédica.
  
AVE MARÍA PURÍSIMA.
  
NOTAS
[1] Si uno es pobre, por lo menos sea humilde, porque ser pobre y soberbio ofende mucho a Dios; en Eclesiástico 25 se nos enseña que de tres cosas abomina Dios y la primera es ser pobre y soberbio.
[2] La nota 5 de San Gregorio sobre este tema es muy interesante, páginas 221 y 222 de nuestra edición: Plérumque Omnípotens Dóminus rectórum mentes quámvis majóri ex parte pérficit, imperféctas tamen in alíquibus esse pérmittit; ut licet miris virtútibus rútilent, imperfectiónes suæ tǽdio tabéscant; et de magnis se non extóllant, dum adhuc contra mínima inniténtes, laberéntur. Dénique cum extréma víncere non váleant, de præcípuis áctibus supérbire non áudeant.
[3] También en nuestra vida, cosas de poca monta nos dejan con inquietud y desasosiego para ser humillados y humildes, una palabrita que nos dijeron o el modo como nos la dijeron, o porque no hicieron caso, o un mosquito que nos molesta o inquieta en nuestra nada y pobre condición de seres mortales e imperfectos, ¿qué sería entonces si Dios soltara un tigre o un león cuando un mosquito así nos conturba y seguimos siendo soberbios?; ¿y qué sería si se nos viniera una gran tentación?
[4] Cuando Dios nos hace misericordia, unas veces es la pequeña misericordia que nos socorre las necesidades o miserias temporales, y cuando nos hace la gran misericordia socorre las grandes miserias que son las espirituales, las del alma. El Rey David cuando se sintió desamparado de Dios por el adulterio y homicidio que cometió, pidió a voces a Dios ayuda según su gran misericordia: (Ps 50,3) Misérere mei Deus secúndum magnam misericórdiam tuam. -De igual manera se habla de una ira pequeña de Dios y de una ira magna. La ira pequeña se da cuando Él castiga aquí en la tierra y en lo temporal, con adversidades, con pérdida de bienes materiales, de honra, pérdida de salud, y otras cosas semejantes que tocan sólo al cuerpo. La ira grande o magna llega en su castigo al interior del alma, como cuando dice Jeremías “el cuchillo llegó hasta el corazón, pervénit gládius úsque ad ánimam, hasta el alma (Jeremías 4,10); Zacarías dice de Dios: Yo me airaré con ira grande contra las gentes soberbias (Zacarías 1, ¿45? o creo que es ¿15?). Cuando Dios desampara a uno y le deja caer en pecados mortales, es ira grande, heridas no de Padre, sino de justo y riguroso Juez. Proverbios 22,14: Hoyo muy profundo es la mala mujer, y aquel con quien Dios estuviere airado caerá en él: Fóvea profúnda os aliénæ, cui irátus est Dóminus, íncidet in eam. -“Es tan mala cosa la soberbia y aborrécela Dios tanto, que dicen LOS SANTOS que algunas veces le es provechoso al soberbio que le castigue Dios con este castigo para que con eso sane de la soberbia que tiene. ASÍ LO DICE SAN AGUSTÍN: Atrévome a decir que le es útil y provechoso a los soberbios que les deje Dios caer en algún pecado exterior (“apértum: abierto”) y manifiesto, para que ellos se conozcan a sí mismos, y comiencen a humillarse y desconfiar de sí, los que por estar muy contentos y pagados de sí, ya interiormente habían caído por soberbia, aunque no lo habían sentido”, conforme a aquello de Proverbios 16, 18: “Contritiónem præcédit supérbia, et ante ruínam exaltátur spíritus: La soberbia precede a la contrición-arrepentimiento, y nuestro espíritu es elevado frente a la ruina. La cita de San Agustín dice en latín: “Áudeo dícere, supérbis esse útile cadére in áliquod apértum maniféstumque peccátum, unde sibi displíceant, qui jam sibi placéndo cecíderant”.