jueves, 7 de diciembre de 2023

EN JÁNUCA, LOS JUDÍOS PIDEN POR EL FIN DEL CRISTIANISMO

Empezó la Jánuca (una fiesta que, contrario a la creencia general, no se relaciona con la purificación del Templo en tiempos de los Macabeos ni con la fiesta de la Dedicación que se celebraba en tiempos de Jesús), y uno de sus elementos característicos es que cada día se enciende una lámpara de la januquía (candelabro de Jánuca, similar a la Menorá del Templo). Por citar dos ejemplos, cada año se ve desde 1979 al presidente de Estados Unidos enciende la Menorá nacional en el Parque elíptico diagonal a la Casa Blanca (donde desde 1993 se enciende una januquía y desde 2001 se organiza la Fiesta de Jánuca para homenajear a personalidades e instituciones judías); y en 2003, el entonces portavoz de la Cámara de los Comunes del Parlamento británico Michael J. Martin (dicho sea de paso, el primer católico en ocupar el cargo desde el Cisma anglicano) encargó una januquía propia de la Cámara Baja para no tener que pedirla prestada cada año. Valga citar que la atribución de Jánuca como Fiesta de la luz empezó con Flavio Josefo, pero añade que no conoce el por qué.
   
Pues bien, entre los judíos asquenazíes es costumbre que después de encender la lámpara se cante un himno en particular, como es el Maoz Tzur.
   

El Maoz Tzur Yeshuatí (en hebreo מָעוֹז צוּר יְשׁוּעָתִ, “Mi roca fuerte salvadora”) es un poema litúrgico (piyyut, פִּיּוּט) judío compuesto entre los siglos XII y XIII (probablemente hacia 1190), y su autoría ha sido atribuida quién al bardo Mordechai ben Yitzchak ha-Levi, que compuso el himno de mesa sabático “Mah yafit” (מַה יָּפִית, “Cuán hermoso”); y quién al rabino Mordechai ben Hillel de Núremberg. 

El poema, que mezcla la tradición sefardí (rimas ABAB)  y la asquenazí (rimas BBCCB) consta de seis estrofas, cinco de las cuales se transmiten oficialmente y la última se dejó a la tradición oral durante siglos (la primera vez que se imprimió fue en 1702 en una imprenta de Ámsterdam) precisamente por su tema notoriamente anticristiano:
    
HEBREO
מָעוֹז צוּר יְשׁוּעָתִי לְךָ נָאֶה לְשַׁבֵּחַ.
תִּכּוֹן בֵּית תְּפִלָּתִי וְשָׁם תּוֹדָה נְזַבֵּחַ.
לְעֵת תָּכִין מַטְבֵּחַ מִצָּר הַמְנַבֵּחַ.
אָז אֶגְמֹר בְּשִׁיר מִזְמוֹר חֲנֻכַּת הַמִּזְבֵּחַ:

רָעוֹת שָׂבְעָה נַפְשִׁי בְּיָגוֹן כֹּחִי כָּלָה
חַיַּי מֵרְרוּ בְקֹשִׁי בְּשִׁעְבּוּד מַלְכוּת עֶגְלָה
וּבְיָדוֹ הַגְּדוֹלָה הוֹצִיא אֶת הַסְּגֻלָּה
חֵיל פַּרְעֹה וְכָל זַרְעוֹ יָרְדוּ כְּאֶבֶן בִּמְצוּלָה:

דְּבִיר קָדְשׁוֹ הֱבִיאַנִי וְגַם שָׁם לֹא שָׁקַטְתִּי
וּבָא נוֹגֵשׂ וְהִגְלַנִי כִּי זָרִים עָבַדְתִּי
וְיֵין רַעַל מָסַכְתִּי כִּמְעַט שֶׁעָבַרְתִּי
קֵץ בָּבֶל זְרֻבָּבֶל לְקֵץ שִׁבְעִים נוֹשַׁעְתִּי:

כְּרוֹת קוֹמַת בְּרוֹשׁ בִּקֵּשׁ אֲגָגִי בֶּן הַמְּדָתָא
וְנִהְיָתָה לוֹ לְפַח וּלְמוֹקֵשׁ וְגַאֲוָתוֹ נִשְׁבָּתָה
רֹאשׁ יְמִינִי נִשֵּׂאתָ וְאוֹיֵב שְׁמוֹ מָחִיתָ
רֹב בָּנָיו וְקִנְיָנָיו עַל הָעֵץ תָּלִיתָ:

יְוָנִים נִקְבְּצוּ עָלַי אֲזַי בִּימֵי חַשְׁמַנִּים
וּפָרְצוּ חוֹמוֹת מִגְדָּלַי וְטִמְּאוּ כָּל הַשְּׁמָנִים
וּמִנּוֹתַר קַנְקַנִּים נַעֲשָׂה נֵס לַשּׁוֹשַׁנִּים
בְּנֵי בִינָה יְמֵי שְׁמוֹנָה קָבְעוּ שִׁיר וּרְנָנִים:

חֲשׂוֹף זְרוֹעַ קָדְשֶׁךָ וְקָרֵב קֵץ הַיְשׁוּעָה
נְקֹם נִקְמַת עֲבָדֶיךָ מֵאֻמָּה הָרְשָׁעָה
כִּי אָרְכָה הַשָּׁעָה וְאֵין קֵץ לִימֵי הָרָעָה
דְּחֵה אַדְמוֹן בְּצֵל צַלְמוֹן הָקֵם לָנוּ רוֹעִים שִׁבְעָה:

TRADUCCIÓN
Roca fuerte de mi salvación, a Ti es adecuado alabar.
Establece la casa de mi plegaria, y allí te ofreceremos un sacrificio de acción de gracias
Para el momento que establezcas la matanza de los perros (enemigos de los judíos),
Entonces completaré con un salmo la dedicación del altar.

De males sacióse mi alma, con la angustia mi fuerza se agotó,
Mi vida amargaron con dureza, en la esclavitud del reino del becerro (Egipto).
Y con Su mano grande, saco a la atesorada (Israel), y el ejército de Faraón y toda su descendencia
Bajaron como una piedra en el abismo (Mar Rojo).

Al palacio de Su santidad me trajo y tambien allí no estuve tranquila,
Y vino el opresor (Nabucodonosor) y me exilió porque a extraños (dioses) serví
Y bebí un vino envenenado (la idolatría), por poco casi desaparecí en él.
El fin de Babilonia fue con Zorobabel, y al fin de setenta años fui salvada.

Cortar la altura (cabeza) del ciprés (Mardoqueo) procuró el Agageo (Amán) hijo de Amadati,
Y se hizo (convirtió) como trampa y tropiezo para él, y su orgullo fue silenciado.
Levantaste la cabeza del Jeminita (Mardoqueo), y borraste el nombre de su enemigo,
Y colgaste en el patíbulo a sus muchos hijos y pertenencias.

Los griegos (Antíoco) se reunieron contra mí, entonces en los días de los Asmoneos (Macabeos)
Y derribaron las murallas de mis torres, e hicieron impuros todos los aceites;
Y de la botella que quedó se hizo un milagro para los “lirios” (el pueblo judío),
Y los hijos esclarecidos (los sabios rabínicos) establecieron ocho días de cántico y júbilo.

Descubre el brazo de Tu santidad y acerca el fin de la salvación,
Venga el abuso a Tus siervos por aquella nación malvada;
Porque se prolongó la hora y no hay fin a los días de la maldad,
Expulsa a Edom (Roma) a la sombra del ídolo (la Cruz), y levanta para nosotros a los Siete pastores.

En la primera estrofa el autor pide a Dios que reconstruya el Templo y mate a los enemigos de los judíos, y en las siguientes estrofas evoca varios sucesos en que ellos fueron liberados de sus enemigos (el éxodo de Egipto, la cautividad y el regreso de Babilonia, el milagro de Purim, y el milagro de la tinaja de aceite). Pero es en la última que se revela su odio contra los cristianos.
   
La sexta estrofa empieza diciendo Acerca el fin de la salvación (חֲשׂוֹף זרוֹעַ קדְשֶׁךָ וְקָרֵב קֵץ הַיְשׁוּעָה). Esta estrofa tiene la particularidad que la palabra יְשׁוּעָה se escogió para una lectura doble como salvación final o el fin de Jesús (que precisamente significa salvación) y de los cristianos (irónicamente, la música de esta canción –adaptada de la popular canción medieval de 1450 So weiß ich eins, das mich erfreut, das Blümlein auff preiter heyde”/Entonces sé que me hace feliz esa florecita en el amplio brezal– fue adoptada para las primeras corales de Martín Lutero, como “Nun freut euch, lieben Christen g’mein” –“Queridos cristianos, todos y cada uno, regocijaos”–). Podía haberse escrito en forma ambigua como וְקָרֵב קֵץ יְשׁוּעָתִי (el fin de mi salvación) o וְקָרֵב קֵץ יְֽשׁוּעָתֵ֬נוּ (el fin de nuestra salvación), pero el autor prefirió ser explícito. 
   
Y en el último verso, pide que la nación malvada de Edom (que es el nombre clave que los judíos le dan a Roma, y por ende a la Cristiandad) sea arrojada a la sombra de la Cruz que los judíos tanto desprecian (y que la muerte del Sacro Emperador Federico Barbarroja poco después de vencer en la batalla de Iconio era una figura), y así puedan llegar los Siete Pastores que los liderarán en la guerra final. Las identidades de estos personajes, tomados de Miqueas V, 5 varían según los intérpretes, pero el Talmud, en el tratado Sucá 52b dice que son el Rey David, flanqueado por Adán, Set y Matusalén a la derecha y por Abrahán, Jacob y Moisés a la izquierda:
״וַיַּרְאֵנִי ה׳ אַרְבָּעָה חָרָשִׁים״, מַאן נִינְהוּ אַרְבָּעָה חָרָשִׁים?
אֲמַר לֵיהּ, שְׁפֵיל לְסֵיפֵיהּ דִּקְרָא: ״וְיָבוֹאוּ אֵלֶּה לְהַחֲרִיד אוֹתָם לְיַדּוֹת אֶת קַרְנוֹת הַגּוֹיִם הַנּוֹשְׂאִים קֶרֶן אֶל אֶרֶץ יְהוּדָה לְזָרוֹתָהּ וְגוֹ׳״. אֲמַר לֵיהּ: בַּהֲדֵי חָנָא בְּאַגָּדְתָּא לְמָה 
״וְהָיָה זֶה שָׁלוֹם אַשּׁוּר כִּי יָבֹא בְאַרְצֵנוּ וְכִי יִדְרוֹךְ בְּאַרְמְנוֹתֵינוּ וַהֲקֵמֹנוּ עָלָיו שִׁבְעָה רוֹעִים וּשְׁמֹנָה נְסִיכֵי אָדָם״. מַאן נִינְהוּ ״שִׁבְעָה רוֹעִים״? דָּוִד בָּאֶמְצַע, אָדָם שֵׁת וּמְתוּשֶׁלַח מִימִינוֹ, אַבְרָהָם יַעֲקֹב וּמֹשֶׁה בִּשְׂמֹאלוֹ. וּמַאן נִינְהוּ ״שְׁמֹנָה נְסִיכֵי אָדָם״? יִשַׁי, וְשָׁאוּל, וּשְׁמוּאֵל, עָמוֹס, וּצְפַנְיָה, צִדְקִיָּה, וּמָשִׁיחַ, וְאֵלִיָּהוּ. 
    
La Guemará continúa interpretando homiléticamente los versos que se refieren al final de los días. Esta declaró: “Y esta será la paz: cuando viniere el asirio a nuestra tierra, y cuando asolare nuestros palacios, entonces levantaremos contra él a siete pastores, y ocho príncipes entre los hombres” (Miqueas 5:5). La Guemará pregunta: ¿Quiénes son los ocho pastores? La Guemará explica: David está en el medio; Adán, Set y Matusalén estarán a su derecha y Abrahán, Jacob y Moisés a su izquierda. ¿Y quiénes son los ocho príncipes entre los hombres? Ellos son Isaí, Saúl, Samuel, Amós, Sofonías, Sedecías, el Mesías, y Elías.
Pero hay otra versión de este último verso, que contiene רוֹעֶה שִׁבְעָה (pastor de siete) en vez de רוֹעִים שִׁבְעָה (siete pastores). El Pastor de siete alude a Isaías XI, 6:
Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará.
Esta versión se considera más cercana al original, y significa que el amor universal, la paz y la fraternidad humana vendrían sólo después que el cristianismo deje de existir.

Unos cuantos datos curiosos: 
  • En algunas versiones medievales el segundo verso de la última estrofa estaba escrito así: נְקֹם נִקְמַת עֲבָדֶיךָ מַמְלָכוֹת יָוָן הָרְשָׁעָה, refiriéndose al Reino de Grecia.
  • Han habido intentos de hacer una séptima estrofa, siendo el primero en 1941, el rabino jefe de Noruega Yitzchak Julius Samuel compuso una séptima estrofa que iba así:
    אַל תִּתֵּן יְהוָה מַאֲוַיֵּי רָשָׁע,/ זוֹ גֶּרְמַנְיָה שֶׁל אָדֹם
    שֶׁאִלְמָלֵא הֵם יֹצְאִים/ לְכָל עוֹלָם אַיִן שָׁלוֹם
    זְמָמוֹ אַל תָּפֵק שֶׁלֹא יַשְׁחִית אַתְּ יִשְׂרָאֵל
    וְהָשֵׁב שְׁבוּת שִׁבְטִי יַעֲקֹב וְהוֹשִׁיעֵנוּ לְמַעַן שְׁמֶךָ
       
    Dios no me permita el mal/ Esta es la Alemania de Edom
    que si no salen/ el mundo entero no tiene paz
    Conspirar para no corromper a Israel
    Y restaura los sábados de las tribus de Jacob y sálvanos por amor de tu nombre.
   
Valga señalar que estas no son simples afirmaciones de un conspiranoico. Nada de eso, sino que son datos proporcionados por el profesor Yitzhak Y. Melamed de la Universidad Johns Hopkins, y el rabino italiano Alberto Somekh.

Así, tenemos otra prueba más, junto al Aleinu y la Birkat haMiním que los judíos odian a los cristianos, los maldicen y oran para que desaparezcan de la tierra. Y ante este odio, la Iglesia Católica no responde con meaculpas como hacen los usurpadores conciliares, sino con la liturgia del Viernes Santo.

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