lunes, 5 de junio de 2023

EL PADRE EUGENIO DE VILLEURBANNE FRENTE A LOS REFORMADORES CAPUCHINOS

Traducción del artículo publicado en LE SALON BEIGE.
   

En Claves, el presbítero Arnaud Renard FSSP [“instalado” por el cardenal Antonio Cañizares Llovera el 5 de Julio de 2010 en Wigratzbad (Alemania), por tanto NO ES SACERDOTE CATÓLICO, N. del T.] publicó un artículo en dos partes (aquí y allá), retratando la vida de Eugenio de Villeurbanne OFM Cap. (1904-1990; en el siglo Romain Potez), religioso capuchino confrontado con las reformas de su orden, fundador de los Capuchinos de Morgon actualmente cercanos a la Fraternidad San Pío X. A finales de los años 1940, la orden capuchina fue confrontada por una profunda crisis y todos los conventos, desde los años 1950, buscaron modificar el modo de vida que se remonta por tanto al mismo San Francisco. Su resistencia a las evoluciones internas de su orden hace pensar en un capuchino italiano contemporáneo, mucho más célebre, el Padre Pío, que rechazó también todas las evoluciones de la regla hasta el punto de ser perseguido. Es la misma suerte que esperaba el padre Eugenio, luego que los capuchinos abandonaron el hábito, la oración, la pobreza, el silencio, el retiro del mundo…
    
Con los años, el padre Eugenio trató de obtener el visto bueno de las autoridades para abrir una casa de estricta observancia, apoyándose en una de las palabras guía del aggiornamento en curso: el «pluralismo de formas», cada uno debía poder vivir como capuchino según su propia comprensión del espíritu de San Francisco. Sin éxito. En 1972, las autoridades de la Orden acabaron por autorizar a algunos padres llevar una vida conforme a las constituciones primitivas en un convento de Besanzón. Pero, encontrándose extrañamente con la letra del motu próprio Traditiónis Custódes, estos religiosos deberían participar de la vida de los otros capuchinos «nueva moda», ser minoría, el superior del convento no debía ser elegido entre los capuchinos «tradicionales», y sobre todo, estaba prohibida la apertura de un noviciado. Se trataba pues de una «muerte» para los capuchinos de estricta observancia.
     
El padre Eugenio partió para instalarse en una casa puesta a su disposición en Ain. Se emprendieron procedimientos para su expulsión de la orden capuchina. En 1983 transfirió su fundación a Morgon, donde los capuchinos aú  existen, mientras que el resto de la orden ha desaparecido completamente… No puedo impedirme relatar esta anécdota terriblemente de actualidad: un día, un hombre que asistió a su Misa se vio rechazado al querer recibir la Comunión en la mano y fue a encontrar al Padre en la sacristía para quejarse. Pero nuestro religioso, no sin malicia, y habiendo notado el anillo de bodas que el hombre tenía en el dedo, le replicó:
«Querido señor, el día de su matrimonio, Vd. recibió el derecho de tomar en sus manos el cuerpo de su mujer; y el día de mi ordenación, yo recibí el de tomar en las mías el cuerpo eucarístico de Jesús. ¡Intente pues tomar en sus manos la Santa Hostia, y yo tomaré en las mías el cuerpo de su mujer!».

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