domingo, 23 de abril de 2023

BENDICIONES DE LA MILICIA

Mal que le pese a Francisco Bergoglio, que en un evento virtual el 20 de Mayo de 2021 dijo a la red de su fundación “Scholas Occurréntes”: «Lo digo sinceramente: A mí me duele el corazón cuando veo a algunos sacerdotes que bendicen las armas, instrumentos de muerte. Los instrumentos de muerte no deben ser bendecidos», o a Daniel Patrick Horan OFM, que en respuesta al discurso de sor Diedre Byrne POSC en la Convención nacional del Partido Republicano trinó el 26 de Agosto de 2020 diciendo: «Las armas, por definición, son instrumentos de violencia. La oración NO es un arma, los sacramentales para oración como los rosarios no son armas. Cristo predicó y vivió un mensaje de no violencia, y la oración es siempre sobre el amor, el amor de Dios. Militarizar la fe es molesto e idólatra», el Catolicismo tradicional es una religión de lucha, de milicia, y enseña que como existe el imperativo de defenderse ante un ataque injusto (la legítima defensa en el ámbito particular, la guerra justa en las naciones), las armas son su instrumento para tal fin. Y en tal sentido, el Pontifical Romano tradicional incluye cuatro bendiciones relacionadas con el ámbito militar, que son las siguientes:
 
BENDICIÓN E IMPOSICIÓN DE LA CRUZ PARA LOS QUE VAN A APOYAR Y DEFENDER LA FE CRISTIANA, O A RECUPERAR TIERRA SANTA
 

Quienes van a partir en apoyo y defensa de la fe Cristiana, o la recuperación de Tierra Santa, arrodillados ante el Obispo, mientras uno de los ministros sostiene la cruz que se bendecirá para imponerla. Entonces el Obispo, de pie sin mitra, dice sobre la Cruz:
℣. Adjutórium nostrum in nómine Dómini.
℟. Qui fecit cœlum et terram.
℣. Dóminus vobíscum.
℟. Et cum spíritu tuo.
  
Orémus.
Omnípotens Deus, qui crucis signum pretióso Fílii tui Sánguine dedicásti, quíque per eámdem crucem Fílii tui Dómini nostri Jesu Christi mundum redímere voluísti, et per virtútem ejúsdem venerábilis crucis humánum genus ab antíqui hostis chirógrapho liberásti; te supplíciter exorámus, ut dignéris hanc crucem patérna pietáte bene dícere, et cœléstem ei virtútem, et grátiam impertíre, ut quicúmque eam in passiónis et crucis Unigéniti tui signum ad tutélam córporis, et ánimæ super se gestáverit, cœléstis grátiæ plenitúdinem in ea, et múnimen váleat tuæ benedictiónis accípere. Quemádmodum virgam Áaron ad rebéllium perfídiam repelléndam benedíxisti, ita et hoc signum tua déxtera béne dic; et contra omnes diabólicas fráudes virtútem ei tuæ defensiónis impéndas: ut portántibus illud ánimæ páriter, et córporis prosperitátem cónferat salutárem, et spirituália in eis dona multíplicet. Per eúmdem Christum Dóminum nostrum [Dios Omnipotente, que por la preciosa Sangre de tu Hijo dedicaste el signo de la Cruz, y que por la misma Cruz de tu Hijo Jesucristo nuestro Señor, quisiste redimir al mundo, y por la virtud de su misma venerable Cruz liberaste al género humano de la escritura del antiguo adversario; suplicámoste que te dignes con paterna piedad ben decir esta cruz e impartirle la virtud y gracia celestial, para que el que la porte sobre sí como la señal de la Pasión y la Cruz de tu Hijo Unigénito, para la protección de su cuerpo y su alma, merezca recibir la protección de tu bendición. Del mismo modo en que bendijiste la vara de Aarón para repeler la perfidia de los rebeldes, ben dice también esta señal con tu diestra; y otórgale el poder de tu defensa contra todas las insidias del diablo, para que pueda conferir sobre los que la portan la prosperidad de la salvación tanto del alma como del cuerpo, y multiplicar en ellos los dones espirituales. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor]. R. Amen. 
  
Luego el Obispo asperja la Cruz con agua bendita, y dice sobre los que la van a recibir:
Orémus.
Dómine Jesu Christe, Fili Dei vivi, qui es verus et omnípotens Deus, splendor, et imágo Patris, et vita ætérna; qui tuis discípulis asseruísti, ut quicúmque vult post te veníre, semetípsum ábneget, et suam crucem tollens te sequátur, quǽsumus imménsam cleméntiam tuam, ut hunc fámulum tuum, qui juxta verbum tuum seípsum abnegáre, súamque crucem tóllere, et te séqui, ac contra inimícos nostros pro salúte pópuli tui elécti properáre, et pugnáre desíderat, semper, et úbique prótegas, ac a perículis ómnibus éruas, et a vínculo peccatórum absólvas, accéptumque votum ad efféctum dedúcas optátum. Tu, Dómine, qui es via, véritas, et vita, et in te sperántium fortitúdo, ejus iter bene dispónas, et próspera cuncta concédas; ut inter præsentis sǽculi angustias, tuo semper auxilio gubernetur. Mitte ei, Dómine, Ángelum tuum Raphaélem, qui Tobíæ comes fuit in itínere suo, ejúsque patrem a córporis cæcitáte liberávit, in eúndo et redeúndo sit ei defénsor contra omnes visíbiles et invisíbiles hostis insídias, et omnem mentis et córporis ab eo cæcitátem repéllat. Qui cum Deo Patre, et Spíritu Sancto vivis et regnas Deus, per ómnia sǽcula sæculórum [Oh Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, que eres el Dios verdadero y todopoderoso, esplendor e imagen del Padre, y vida eterna; que proclamaste a tus discípulos que quien quiera venir en pos de Ti debe negarse a sí mismo, y tomando su cruz, seguirte; suplicamos a tu inmensa clemencia que protejas siempre y en todo lugar a este tu siervo, que según Tu palabra, desea negarse a sí mismo, y tomando su cruz y seguirte, y por la salvación de tu pueblo elegido se apresta a combatir contra nuestros enemigos; líbralo de todos los peligros, y absuélvelo de las cadenas del pecado, recibe su voto y condúcelo a su efecto deseado. Tú, Señor, que eres el camino, la verdad y la vida, y la fortaleza de los que en Ti esperan, dispón bien su camino, y concédele toda prosperidad; para que en medio de las dificultades de este mundo presente, pueda ser siempre dirigido por Tu auxilio. Envíale, Señor, a tu Ángel San Rafael, que fue el compañero de Tobías en su camino y liberó a su padre de la ceguera corporal, para que en su camino y su regreso, sea su defensor contra todas las asechanzas de los enemigos visibles e invisibles, y aleje de él toda ceguera de alma y cuerpo. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos]. Amen. 
  
El Obispo entonces se sienta, y recibiendo la mitra, les impone la Cruz diciendo:
Áccipe signum crucis, in nómine Pa tris, et Fí lii et Spíritus Sancti, in figúram crucis, passiónis, et mortis Christi, ad tui córporis, et ánimæ defensiónem: ut divínæ bonitátis grátia post iter explétum, salvus et emendátus ad tuos váleas remeáre. Per Christum Dóminum nostrum [Recibe la señal de la cruz, en el nombre del Padre , y del Hijo , y del Espíritu Santo, como figura de la Cruz, Pasión y muerte de Cristo, para defensa de tu cuerpo y alma: para que por la gracia de la divina bondad puedas regresar a los tuyos salvo y enmendado después de cumplido el viaje. Por Jesucristo, nuestro Señor]. Amen. 
   
Finalmente, el Obispo asperja con el agua bendita a los que son signados con la cruz, que de rodillas besan la mano del Obispo, y se retiran.
  
BENDICIÓN DE LA ARMADURA
  

El Obispo que va a bendecir la armadura, que algún ministro sostiene ante él, o puesta sobre el altar o alguna mesa, dice de pie, sin mitra:
℣. Adjutórium nostrum in nómine Dómini.
℟. Qui fecit cœlum et terram.
℣. Dóminus vobíscum.
℟. Et cum spíritu tuo.
   
Oremus.
Benedíctio Dei omnipoténtis, Pa tris, et Fí lii, et Spíritus Sancti, descéndat super hæc arma, et super induéntem ea, quíbus ad tuéndam justítiam induátur. Rogámus te, Dómine Deus, ut illum protégas, et deféndas, qui vivis et regnas Deus, per ómnia sǽcula sæculorum [Que la bendición de Dios omnipotente, Padre , Hijo , y Espíritu Santo, descienda sobre esta armadura, y sobre quien la viste, para que, pueda defender la justicia. Te rogamos, Señor Dios, que lo protejas y defiendas, Tú que vives y reinas por todos los siglos de los siglos]. Amen. 
  
Otra oración
Oremus.
Deus omnípotens, in cujus manu victória plena constítit, quíque étiam David ad expugnándum rebéllem Góliam vires mirábiles tribuísti, clementiam tuam húmili prece depóscimus, ut hæc arma almífica pietáte bene dícere dignéris; et concéde fámulo tuo N. eádem gestáre cupiénti, ut ad múnimen, ac defensiónem sanctæ matris Ecclésiæ, pupillórum, et viduárum, contra visibílium et invisibílium hóstium impugnationem, ipsis líbere et victorióse utátur. Per Christum Dóminum nostrum [Dios omnipotente, en cuya mano descansa la victoria plena, y que diste también a David una admirable fuerza para vencer al rebelde Goliat, presentamos humildemente nuestra súplica a tu clemencia, para que por tu santísima piedad te dignes ben decir esta armadura, y concédele a tu siervo N. que desea vestirla, que pueda usarla libre y victorioso para la protección y defensa de la Santa madre Iglesia, de los huérfanos y las viudas, contra los asaltos de los enemigos visibles e invisibles. Por Jesucristo nuestro Señor]. Amen.
  
Luego la armadura es asperjada con agua bendita.
 
BENDICIÓN DE LAS ESPADAS O DE LAS ARMAS DE FUEGO
 

El Obispo, estando de rodillas ante él quien recibirá la espada o el arma que quiere bendecir, teniéndola ante él uno de los ministros, estando de pie sin la mitra, dice:
℣. Adjutórium nostrum in nómine Dómini.
℟. Qui fecit cœlum et terram.
℣. Dóminus vobíscum.
℟. Et cum spíritu tuo.
   
Oremus.

Bene dícere dignéris, quǽsumus, Dómine, ensem istum (scoplétum istum | pistólium istum | bombárdam istam)*, et hunc fámulum tuum (fámulam tuam) N., qui eum, te inspiránte, suscípere desíderat; pietátis tuæ custódia múnias et illǽsum custódias. Per Dóminum nostrum Jesum Christum, Fílium tuum, quí tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sǽcula sæculórum. [Suplicámoste, Señor, te dignes ben decir esta espada (este fusil | esta pistola | este cañón), y a tu siervo (tu sierva) N., que por tu inspiración desea recibir, para que en tu piedad lo guardes y lo custodies ileso (la custodies ilesa)]. Amen.
  
Luego asperja la espada (o el fusil, o la pistola, o el cañón) con agua bendita.
  
Entonces sentado, poniéndose la mitra, entrega el arma al que la va a recibir, estando de rodillas ante él, dice:
Áccipe ensem istum (scoplétum istum | pistólium istum | bombárdam istam), in nómine Pa tris, et Fí lii, et Spiritus Sancti, et utáris eo ad defensiónem tuam, ac sanctæ Dei Ecclésiæ, et ad confusiónem inimicórum crucis Christi, ac fídei christiánæ; et quántum humána fragílitas permíserit, cum eo néminem injúste lædas; quod ipse tibi præstáre dignétur, qui cum Patre, et Spíritu Sancto vivit et regnat Deus in sǽcula sæculórum [Recibe esta espada (este fusil | esta pistola | este cañón), en el nombre del Padre , y del Hijo , y del Espíritu Santo, y úsala para tu defensa, y de la santa Iglesia de Dios, y para confusión de los enemigos de la Cruz de Cristo y de la fe cristiana; y en cuanto lo permita la fragilidad humana, no lesiones injustamente con ella a nadie. Que se digne concedértelo Él, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina, Dios, por los siglos de los siglos]. Amen.
    
OTRA BENDICIÓN (Usada principalmente por los Caballeros Teutónicos)

℣. Adjutórium nostrum in nómine Dómini.
℟. Qui fecit cœlum et terram.
℣. Dóminus vobíscum.
℟. Et cum spíritu tuo.
 
Orémus.
   
Exáudi, quǽsumus, Dómine, preces nostras et hunc ensem (scoplétum istum | pistólium istum | hanc bombárdam istam) Majestátis tuæ déxtera dignáre bene dícere, qui eo utétur, possit esse defénsor ecclesiárum, viduárum, orphanórum, omniúmque Deo serviéntium, contra sævítiam paganórum atque hæreticórum; aliísque sibi insidiántibus fit terror et formído. Per Christum Dóminum nostrum [Suplicámoste, oh Señor, escuches nuestras súplicas, y con la diestra de tu Majestad, dígnate ben + decir esta espada (este fusil | esta pistola | este cañón), que tus siervos desean portar, para que puedan defender y proteger las iglesias, viudas, huérfanos y los siervos de Dios contra la crueldad de los paganos y herejes, y puedan ser el terror y miedo de cualquier otro enemigo. Por Jesucristo nuestro Señor]. Amen.
  
BENDICIÓN DEL ESTANDARTE DE GUERRA
   
  
El Obispo que quiera bendecir el estandarte de guerra, que uno de los ministros tendrá ante él, estando sin mitra, dice:
℣. Adjutórium nostrum in nómine Dómini.
℟. Qui fecit cœlum et terram.
℣. Dóminus vobíscum.
℟. Et cum spíritu tuo.
  
Oremus.
Omnípotens sempitérne Deus, qui es cunctórum benedíctio, et triumphántium fortitúdo; réspice propítius ad preces humilitátis nostræ, et hoc Vexíllum, quod béllico úsui præparátum est, cœlésti bene dictióne sanctífica; ut contra adversárias, et rebélles natiónes sit válidum, tuóque munímine circumséptum, sítque inimícis christiáni pópuli terríbile, átque in te confidéntibus solidaméntum, et certa fidúcia victóriæ. Tu enim es Deus, qui cónteris bella, et cœléstis præsídii sperántibus in te præstas auxílium. Per unicum Filium tuum, Christum Dóminum nostrum, qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum [Omnipotente y sempiterno Dios, que eres la bendición de todos y fortaleza de los vencedores, mira propicio nuestras humildes súplicas, y santifica con la ben dición celestial este estandarte dispuesto para el uso de la guerra, para que pueda ser poderoso contra las naciones enemigas y rebeldes, y rodeado por tu protección, sea terrible a los enemigos del pueblo cristiano, fortaleza de aquellos que confían en Ti y confianza cierta de la victoria. Porque Tú eres Dios, que pones fin a las guerras y concedes el auxilio de la protección celestial para los que esperan en Ti. Por Jesucristo tu único Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por todos los siglos de los siglos]. Amen. 
 
Luego asperja el estandarte con agua bendita. Entonces sentado, puesta la mitra, estando de rodillas aquel a quien le entregará el estandarte de guerra, le entrega el estandarte diciendo:
Áccipe Vexíllum cœlésti benedictióne sanctificátum, sítque inimícis pópuli Christiáni terríbile, et det tibi Dóminus grátiam, ut ad ipsíus nomen et honórem, cum illo hóstium cúneos poténter penétres incólumis et secúris [Recibe este estandarte, santificado por la bendición celestial, y que sea terrible para los enemigos del pueblo cristiano, y que el Señor te dé la gracia que en su Nombre y honor, puedas penetrar incólume y seguro en medio de los bandos enemigos]. 
   
Luego le da el ósculo de paz, diciendo: Pax tibi. Aquí, recibido el estandarte, besa las manos del Obispo, se levanta y desciende.
 
En algunos manuales de párrocos como el del Padre Miguel Venegas SJ, México, imprenta de María Fernández de Jauregui, año 1811, las bendiciones de la espada y del estandarte de guerra eran incluidas también, por lo que pueden conferirse por cualquier sacerdote.
  
Como muchas ceremonias tradicionales, estas bendiciones fueron suprimidas por Roncalli en 1961 (la bendición de la cruz fue transformada en una bendición de la Cruz pectoral de los obispos, eliminando la segunda parte de la primera oración y suprimiendo del todo las otras dos), ad portas de un Concilio Vaticano II que quería ser de apertura al mundo, enemigo mortal de la Iglesia Católica. Y en 1984, salió el Bendicional conciliar tras un proceso de dos décadas de elaboración, que redujo algunos de los ritos de bendiciones más espléndidos y antiguos a poco más que historas bíblicas y reflexiones que un presbítero señaló: «El nuevo Liber de Benedictiónibus debieron titularlo mejor como el Liber de Pía Desidéria». En resultas de esto, tenemos que la Secta Vaticana se avergüenza y pide perdón por las Cruzadas, sale con las chorradas pacifistas de Bergoglio y Horan, o vemos esta horterada del presbítero estadounidense Timothy R. “Tim” Pelc Niemiec, que para la Pascua de 2020 se le ocurrió emplear una pistola de agua para “bendecir” a sus feligreses, usando además mascarilla, guantes quirúrgicos y una careta de metacrilato, provocando memes en internet.
   
Líbranos, Señor.

NOTA ÚNICA
* Esta bendición se puede aplicar también a las armas de fuego, remplazando ensem (espada) por scoplétum (fusil), pistólium (pistola) o bombárdam (cañón), según el caso.

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