«Asentó el Señor con él un pacto de paz y le constituyó Príncipe, adjudicándole para siempre la dignidad sacerdotal» (Eclesiástico XLV, 30).
San Prudencio fue obispo de Tarazona y floreció antes del siglo VIII; sin que se pueda precisar su fecha de modo seguro. La lista de los obispos de Tarazona ofrece algunos huecos en el siglo VI, y uno de esos huecos debe corresponder, sin duda alguna, a San Prudencio. Había nacido en Armentia, cerca de Vitoria. Siendo aún muy joven, dejó su tierra y se juntó con San Saturio para hacer vida solitaria en una cueva que hay en la orilla del Duero, cerca de Soria. De allí lo sacaron los habitantes de Tarazona, para hacerle su obispo.
ORACIÓN
Oh Dios, dador de la paz, que concediste a tu santo Confesor y Pontífice Prudencio la admirable gracia de pacificar los ánimos revueltos: haz, te suplicamos, que, por sus méritos e intercesión, conservemos siempre una verdadera concordia con tu voluntad. Por J. C. N. S. Amén.
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