Noticia tomada del CORRIERE FIORENTINO (Italia).
PRATO: PÁRROCO DETENIDO POR TRÁFICO DE DROGAS COMPRADAS CON LAS OFRENDAS DE LOS FIELES: FIESTAS EN CASA DE SU COMPAÑERO
Don Francesco Spagnesi, de 40 años, fue detenido por la venta e importación de drogas, la llamada «droga de la violación».
Por Giorgio Bernardini – 14 de septiembre de 2021, 13:36
Un sacerdote de 40 años fue detenido por la venta e importación de drogas. Don Francesco Spagnesi, que hace unos días dejó su cargo de párroco de la parroquia de la Anunciación en el distrito de Castellina de Prato, terminó esposado como parte de una sensacional investigación sobre las fiestas de cocaína y gamma-butirolactona (GBL), la llamada «droga de la violación». El párroco fue puesto bajo arresto domiciliario luego de que la jueza de instrucción del juzgado de Prato, Francesca Scarlatti, aceptara la solicitud de medida cautelar presentada por el fiscal. De acuerdo con lo reconstruido por el equipo móvil que realizó las investigaciones por cuenta del fiscal, el párroco habría importado del exterior, con el tiempo, cantidades de GBL entre medio litro y un litro a la vez junto con un cómplice, Alessio Regina, de 40 años. Gracias a la identificación de la actividad delictiva de este último y su detención a finales de agosto por importar drogas desde Holanda, los investigadores descubrieron la implicación del párroco. La droga se pagaba con las ofrendas de los feligreses y se destinaría a personas contactadas a través de sitios de citas sexuales.
Según lo reconstruido por los investigadores, las fiestas se habrían organizado en una casa a disposición del otro sospechoso, que también se encontraba bajo arresto domiciliario. Una decena de participantes en los encuentros de un total de unos 200 contactos hallados en el celular del cura, en los que se identificaron «huellas evidentes –explicadas por la jefatura de policía– de la actividad ilícita del hombre». Don Francesco Spagnesi había dejado a petición suya la dirección de la parroquia de la Anunciación y la pastoral de la Archicofradía de la Misericordia de Prato hace dos semanas. El sacerdote había pedido y obtenido del obispo Giovanni Nerbini «poder vivir un año sabático por motivos de salud». Según los fiscales, en los últimos tres años el párroco habría invitado a feligreses y conocidos a ocuparse de obras de caridad y esto le habría permitido recaudar el dinero necesario para la compra de cocaína y la «droga de la violación».
«Movimientos sospechosos por cuenta de la parroquia». Confesión en abril
«Dolor y consternación». El obispo de Prato Giovanni Nerbini expresa así su estado de ánimo ante la noticia de la detención de Don Francesco Spagnesi, ex párroco de la Anunciación en Castellina. «Estas son noticias que un padre y un pastor nunca querrían tener –dice Mons. Nerbini–, y eso afecta a toda la Diócesis. En este momento quiero estar especialmente cerca de la comunidad parroquial de Castellina, compartiendo su sufrimiento y malestar». La Diócesis informa que el obispo hacía tiempo que conocía un fuerte estado de sufrimiento físico y psicológico del sacerdote. «Pero nadie –explica Nerbini– jamás podría haber imaginado que tenía problemas de adicción a las drogas. Durante mucho tiempo había sido un malestar personal». En abril, cuando fue acorralado, Don Francesco reveló la causa del sufrimiento: el uso estable de drogas. Fue en ese momento que el Obispo le impuso un proceso de rehabilitación psicoterapéutica con un especialista. «Cuando –continúa Nerbini– recibimos noticias de movimientos sospechosos en las cuentas parroquiales, procedí a retirar el poder exclusivo de firma del párroco, para poder proceder a una verificación de la situación». Nerbini inmediatamente le pidió a Don Spagnesi que contabilizara esas operaciones bancarias: «Cada vez me dijeron que era ayuda para los necesitados de la parroquia». En junio, el obispo informó al párroco que sería relevado de la parroquia, para poder dedicarse por completo a los tratamientos: el suministro entró en funcionamiento el primero de septiembre. Finalmente, las investigaciones del Poder Judicial, en el cual el obispo «tiene plena confianza», dieron cuenta de los trazos exactos del asunto y de las disputas sobre el narcotráfico.
¿Ahora vas a decir que estos “pastores” son de irreprochable conducta, Mercedes, y no como el “gran pecador” de Mel Gibson al que tanto descalificas (porque no tienes con qué más rebatirlo)? ¿Estarías tranquila si enviaras a tus hijos o nietos con alguien así? Por algo dijo San Ignacio de Loyola a San Pedro Canisio: «Más vale a la grey no tener pastor, que tener por pastor a un lobo».
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