A diferencia de otros años, el belén de la Plaza de San Pedro inaugurado el 9 de Diciembre por el cardenal Fernando Vérgez Alzaga LC, presidente del Gobernadorato del Vaticano, es particularmente hermoso.
Este año se hizo conmemorar que, en el año 1223, San Francisco de Asís, regresado de Tierra Santa, organizó (con aprobación del Papa Honorio III y la ayuda de los frailes Ángel Tancredi de Rieti, Rufino Offreduccio –pariente de Santa Clara– y León de Asís, y de los nobles Juan de Velita de Berardi, señor de Reggio y cercano a los frailes –una tradición asegura que era terciario franciscano– y su esposa Alticama Castelli di Stroncone) la primera representación del Nacimiento de Jesús en una cueva de Monte Lacerone, cerca de Reggio.
Sin embargo, no podía faltar el falso histórico: fray León (que era sacerdote en Viterbo antes de conocer al Poverello de Asís) es presentado celebrando la Misa mirando al pueblo. Además que la predicación de San Francisco fue en el momento de la homilía (y no durante la Consagración), y las mesas de la cena Novus Ordo no existían en tiempos de San Francisco, sino que se introdujeron a fines de la década de 1960.
El belén fue diseñado por Franco Artese, un belenista oriundo de Grassano (provincia de Matera en Basilicata) residente en Lucca, y construido por Antonio Cantone a instancias de la diócesis de Rieti.
Los belenes de años anteriores fueron controversiales por demasiada inculturación (año 2021), ser directamente feo (año 2020), estar hecho de arena (año 2018), incluir un hombre desnudo (año 2017), o ya de plano no ser un belén sino un “nazaret”, al situar el Nacimiento de Jesús en el taller de Nazaret (año 2007). Sumado a esto último, la polémica que se dio después que el (todavía no emérito) Benedicto XVI en su libro de 2012 “La infancia de Jesús”, dijo que no había ni mula ni buey en la gruta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.