miércoles, 20 de diciembre de 2023

¿LA CURIA ESTÁ FURIOSA POR LA DECLARACIÓN DE BERGOGLIO Y “TUCHO”?

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   

Caminante-Wanderer.blogspot.com comentó el 19 de diciembre sobre el reciente texto de propaganda homosexual de Francisco Bergoglio y “Tucho” Fernández que “permite” una “bendición” de la homosexualidad practicada, que es un pecado mortal. Sus puntos principales:
  • El garabato fue escrito por Fernández y Bergoglio y publicado sin pasar por los canales habituales, supuestamente enfureciendo a la Curia Romana. Hace sólo dos años, el Dicasterio de Tucho para la Doctrina de la Fe dijo lo contrario, y los teólogos que trabajan allí siguen siendo las mismas personas.
  • Caminate-Wanderer cree que el cardenal Parolin “debe estar furioso” porque hace unas semanas le dijo a los obispos alemanes que la cuestión de la bendición de las prácticas homosexuales no era negociable.
  • No hay “razones pastorales” para el garabato Bergoglio/Fernández. Las parejas homosexuales no se amontonan en las puertas de las iglesias esperando ser bendecidas. Los que querían tales bendiciones las han recibido. Esta ha sido la práctica en Argentina [y en otros lugares] durante al menos 25 años.
  • La razón principal es que Bergoglio y Fernández quieren construir una “nueva iglesia” [= secta] que no tiene nada que ver con la Iglesia de Cristo.
  • También hay razones personales para los dos, ya que Bergoglio tiene una personalidad “psicópata” y Fernández una personalidad “femenina”.
  • Fernández nunca superó la humillación cuando, en 2010, la Congregación para la Doctrina de la Fe le impidió convertirse en rector de la Universidad Católica de Argentina precisamente por su pequeña defensa velada de las prácticas homosexuales.
  • El garabato de Bergoglio y Fernández “abole” el sexto mandamiento del Decálogo, que es la ley divina. De ahora en adelante, cualquier desviación sexual [¿incluyendo la pedofilia?] “merece” ser bendecida.
  • Caminate-Wanderer señala que dos “canallas” están destruyendo la Iglesia y no hay básicamente ninguna reacción de los cardenales y obispos.

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