lunes, 11 de diciembre de 2023

BARTOLOMÉ RECLAMANDO EL PRIMADO ENTRE LOS ORTODOXOS


El patriarca Bartolomé Archondonis de los fanariotas presidió la Divina Liturgia en la tumba de San Nicolás en Mira (actual Demre, Turquía) el 6 de Diciembre, acompañado de los metropólitas Manuel Adamakis de Calcedonia, Apóstol Daniilidis de Derkoi, Crisóstomo Kalaïtsís de Mira, Andrés Nanakis de Arkalojori, Kastelli y Viannos, y Job Getcha de Pisidia, y el obispo Ambrosio Jorozidis de Eudocia. Crisóstomo presidió el Orthros (maitines).

Bartolomé en su homilía, intentó reivindicar su primado entre las iglesias ortodoxas, que ha sido cuestionado por la Iglesia Ortodoxa Rusa (traducción tomada de INFOCATÓLICA):
«Lo que consideramos como el Oriente, que es la magnífica obra de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, Andrés el Primer Llamado, Juan el Teólogo, es en realidad el modo y el lugar históricos de la educación en tiempos de la Iglesia
   
El Oriente no es solo el lugar de nacimiento de grandes santos, sino también la cuna de la Iglesia en su forma actual. Nuestra teología y eclesiología se originaron en estas tierras sagradas, dentro de la jurisdicción canónica del Patriarcado Ecuménico. Fue aquí donde se reunieron los Concilios Ecuménicos, dando forma a la conciencia eclesiástica arraigada en el ministerio del Señor, trascendiendo distinciones nacionales u otras. La sabiduría de los Santos Padres estableció la pentarquía y su orden jerárquico, definiendo límites, principios y valores con profunda perspicacia, considerando la historia y la santidad de cada región.
    
Por lo tanto, desde Asia Menor, proclamamos en todas las direcciones que la verdadera y única Madre Iglesia es la Gran Iglesia de Constantinopla. Exclusivamente lleva el legado del sacrificio de Jesús en la Cruz por toda la humanidad, dando origen a numerosas Iglesias desde Bulgaria hasta Ucrania. Esta declaración no es una invención moderna en eclesiología, sino una verdad experiencial y un legado heredado de los Padres de los Concilios Ecuménicos y Locales.
    
No es solo una afirmación teórica, sino un acto continuo y bendito de la Iglesia que otorga a Constantinopla el privilegio del sacrificio de la Crucifixión, el camino del sacrificio y la posición como Cabeza de todas las Iglesias. Constantemente lleva la corona de espinas que simboliza la Pasión de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
   
Como humildes sucesores, por la gracia de Dios, de estas tradiciones, nos comprometemos a salvaguardar esta sagrada confianza. Nos negamos a renunciar al sagrado deber y responsabilidad confiados a nosotros.
    
No renunciamos al manto de la Madre de la Gran Iglesia, un papel que nos ha llegado a través de la sangre, y nos comprometemos a transmitirlo indemne e inalterado. Durante 32 años, y en el futuro, abrazamos esta tarea con alegría, al servicio de la Santísima Madre de Dios.
    
No nos apartamos de la Cruz a la que la Iglesia de Constantinopla se ha dedicado. Seguimos dedicados a nuestro llamado, honrando nuestra historia y la sabiduría de los Padres.
     
Hemos aprendido cómo guiar a todos los pueblos, razas e idiomas hacia la Resurrección a través de la Cruz. Estamos dispuestos a soportar la crucifixión y unirnos a Cristo hasta el fin de los tiempos, por el bien del mundo. Por lo tanto, permanecemos firmes, todos nosotros, en reverente temor ante el tribunal de Dios».
Luego, hablando en turco, se refirió a las guerras en curso en Gaza y Ucrania, señalando que afectan profundamente a toda la humanidad:
«Hoy vinimos aquí, a la Iglesia de San Nicolás, para orar una vez más por la paz. Oramos para que las guerras terminen lo antes posible, pero también por el sufrimiento en ambas regiones de Ucrania y el Medio Oriente. Las madres ya no deberían llorar, los niños no deberían tener miedo, los jóvenes no deberían morir temprano. Esperamos que la paz duradera prevalezca lo antes posible en nuestros países vecinos, con los que compartimos el mismo mar, el Mediterráneo».
Desde que Bartolomé otorgó la autonomía a la hechiza y pro-occidental Iglesia Ortodoxa Ucraniana de Epifanio Dumenko en Enero de 2019, el patriarca Cirilo I Gundíaev de Moscú y la Iglesia Ortodoxa Rusa han señalado de anticanónica y catolizante la pretensión de primado jurisdiccional de Constantinopla y lo retiraron de los Dípticos (análogo al Te ígitur y los Meméntos de la Misa Latina Tradicional), por asociarse con excomulgados en contravía de los cánones.

Pero desde el punto católico, las pretensiones de Bartolomé Archondonis del Fanar al primado tienen el mismo valor que las de Justin Welby al arzobispado cantuariense, o Francisco Bergoglio al papado: NULO, porque no puede ser cabeza de la Iglesia el que por sus herejías, apostasía o cisma dejó de ser parte de su Cuerpo.

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