El obispón español José Ignacio Munilla Aguirre de Orihuela-Alicante dijo en entrevista a Religión en Libertad que la declaración tuchobergogliana “Fidúcia súpplicans”, si bien es inoportuna y no había necesidad de ella, no es herética:
«El texto de Fiducia supplicans no afirma nada que esté en contra de la fe de la Iglesia. Y como siempre se ha hecho para interpretar correctamente los documentos de la Iglesia, lo que pueda ser oscuro o dudoso debe interpretarse a la luz de lo claro, la doctrina moral tradicional sobre el matrimonio que se reafirma en esta declaración.Mención aparte merece el juicio sobre la oportunidad de esta declaración. En este sentido, mi opinión es que esta declaración no era necesaria, dado que la nota de 2021 –redactada por el cardenal Ladaria y aprobada por el Papa Francisco hace tan solo dos años y medio– no era contraria en absoluto a los signos de caridad pastoral que los pastores hacemos habitualmente con las parejas que viven en situaciones irregulares.Ahora bien, una vez que Fiducia supplicans ha sido publicada, es nuestro deber luchar contra esas dos interpretaciones que usted ha descrito: por una parte, sabemos que la moral de la Iglesia católica es sustancialmente irreformable (incluyendo, por supuesto, la doctrina sobre la homosexualidad). Y, por otra, como ya he indicado, excluyendo la acusación de herejía contra el Papa, que no tiene fundamento objetivo en el texto».
Lo que criticó Munilla es que Francisco Bergoglio no hubiese procedido «de forma sinodal», consultando a los obispos conciliares «máxime, cuando en la declaración se alegan razones pastorales», citando como ejemplo las consultas simultáneas que hizo el entonces cardenal Ratzinger para la redacción del Catecismo de 1992.
«Tratándose en el caso presente de una cuestión especialmente discutida y delicada, sorprende que no se haya procedido de forma sinodal, en línea con la eclesiología del Concilio Vaticano II», dijo (como si el problema fuese el modo de abordar el tema y no el contenido). «Nos hubiésemos ahorrado las reacciones de disenso de conferencias episcopales de las que estamos siendo testigos», como es el caso de Zambia, Malaui, Camerún, Nigeria, Ruanda, Polonia, Ghana y la Iglesia Grecocatólica Ucraniana (cuyo líder Sviatoslav Shevchuk Krokis dijo básicamente: «esa declaración solo aplica a los latinos, no a nosotros»).
Aun así, admite «es un hecho que los sectores que están en abierto disenso con la moral sexual de la Iglesia católica están aplaudiendo esta declaración, al mismo tiempo que la desobedecen», refiriéndose a James Martin SJ (que anunció en su página Outreach y su cuenta de X –anteriormente Twitter– que seguiría bendiciendo públicamente las uniones homosexuales) y las iglesias conciliares de Alemania y Bélgica (que organizan bendiciones litúrgicas públicas).
COMENTARIO: Si fuésemos neocones como Munilla, nos hubiese decepcionado una declaración tan blandengue para alguien que es considerado de línea dura entre los obispones españoles. Pero como gracias a Dios no lo somos, y a estas alturas nada impresiona de ellos, decimos que no se podía esperar menos dél. Y en cuanto a la sinodalidad (colegialidad 2.0), si bien no estuvo en la lista de participantes de las sesiones del pasado Octubre, en algún momento LE CONSULTARON A MUNILLA, bien sea en la etapa diocesana (sea en San Sebastián/Donostia o en Orihuela) o en la nacional, así que POR AHÍ VA MUY MAL.
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