jueves, 11 de mayo de 2023

BERGOGLIO ACUSA A LOS TRADICIONALISTAS DE “VOLVER ATRÁS” (CUANDO ES ÉL EL QUE LO HACE)

      
El 29 de Abril de 2023, Francisco Bergoglio tuvo otra de sus reuniones secretas con los jesuitas, algo que se ha convertido en rutina cuando va de viaje. En este encuentro le dijo a los jesuitas que semi-novusordita Nueva Misa Latina de 1962 (que ni siquiera es la verdadera Misa Latina Tradicional) está muerta. El contenido de esta reunión secreta fue filtrado por el periódico jesuita La Civiltà Cattolica.

Ítem, denunció a los neoconservadores y pseudotradicionalistas conciliares, que están inclinándose desesperadamente hacia este servicio de 1962, el cual solía llamarse erróneamente como “Extraordinaria”, como “volver atrás” (indietrismo) al querer plegarse a la Tradición:
«El Concilio [Vaticano II] está todavía en vías de aplicación. Dicen que se necesita un siglo para asimilar un Concilio. Y sé que las resistencias son terribles. Hay un restauracionismo increíble. Lo que yo llamo en italiano “indietrismo” [Del italiano “indietro”: que mira hacia atrás, N. del T.], como dice la Carta a los Hebreos 10,39: “Nosotros no somos de los que se vuelven atrás”. El flujo de la historia y de la gracia va desde abajo hacia arriba, como la savia de un árbol que da fruto. Sin este flujo, somos una momia. Retrocediendo no se conserva la vida, nunca. Hay que cambiar, como escribe San Vicente de Lerins, cuando afirma en Commonitórium primum que también el dogma de la religión cristiana progresa, consolidándose con los años, desarrollándose con el tiempo, profundizándose con la edad. Pero esto es un cambio desde abajo hacia arriba. El peligro hoy es el indietrismo, la reacción contra lo moderno. Es una enfermedad nostálgica. Este es el motivo por el cual decidí que en adelante la concesión de celebrar según el Misal Romano de 1962 fuese obligatoria para todos los sacerdotes recién consagrados. Después de todas las consultas necesarias, lo hice porque vi que esa medida pastoral, bien hecha por Juan Pablo II y Benedicto XVI, estaba siendo usada de modo ideológico, para retroceder. Había que parar este indietrismo, que no formaba parte de la visión pastoral de mis predecesores».
Él declaro que los tradicionalistas abusaron deliberadamente del claro intento de Juan Pablo II Wojtyła (Indulto “Quáttuor abhinc annos”; Motu próprio “Ecclésia Dei adflícta”) y Benedicto Ratzinger (Motu próprio “Summórum Pontíficum”) para avanzar hacia el modernismo, no para “deslizarse” del Anticoncilio Vaticano II hacia la Tradición. Por tanto, dijo el apóstata Bergoglio, ningún presbítero puede usar el servicio de 1962 sin permiso explícito de Roma (que será negado de todos modos).

Vale señalar que es sabido por los Católicos que desde la Constitución Apostólica “Pontificális Románi recognítio” del 18 de Junio de 1968, cuando la Iglesia Conciliar adoptó el inválido (falso) Ordinal protestantizado, esta ya no cuenta con sacerdotes ordenados sino con presbíteros meramente “instalados”, sin más poder para celebrar una Misa válida que el que un ministro protestante tendría. Y de hecho, el mismo Bergoglio tampoco lo es, porque fue “instalado” presbítero el 17 de Diciembre de 1969 con el nuevo rito (y según se consigna en su partida de bautismo que se presenta a continuación, fue instalado sin recibir el Orden mayor del Diaconado).
   

De otra parte, para apuntalar su agenda y propaganda, Bergoglio tuerce la Escritura y la Tradición. Porque por medio de la expresión ὑποστολῆς (hupostolés), traducida en latín como substractiónis y en siríaco como ܕ݁ܩܽܘܛܳܥܳܐ  (dqu'taa), se habla de deserción, de cortar con la Ley de Dios para volver atrás al error y la impiedad:
  • «No queráis, pues, malograr vuestra confianza adquirida con tantos trabajos, la cual recibirá un gran galardón. Porque os es necesaria la paciencia para que, haciendo la voluntad de Dios, obtengáis la promesa, pues dentro de un brevísimo tiempo, dice Dios, vendrá aquel que ha de venir, y no tardará. Entretanto el justo mío, añade el Señor, vivirá por la fe animada por la caridad; pero si desertare, no será agradable sino aborrecible a mi alma (Habacuc II, 3-4). Mas nosotros, hermanos, no somos de los hijos que desertan de la fe para perderse, sino de los fieles y constantes para poner a salvo al alma, y asegurarle la eterna gloria» (Hebreos X, 35-39/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
  • «Estos [los impíos] son fuentes pero sin agua, y nieblas agitadas por torbellinos que se mueven a todas partes, para los cuales está reservado el abismo de las tinieblas; porque profiriendo discursos pomposos llenos de vanidad, atraen con el cebo de apetitos carnales de lujuria a los que poco antes habían huido de la compañía de los que profesan el error, prometiéndoles libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción; pues quien de otro es vencido, por lo mismo queda esclavo del que le venció. Porque si después de haberse apartado de las asquerosidades del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, enredados otra vez en ellas son vencidos, su postrera condición viene a ser peor que la primera. Por lo que mejor les fuera no haber conocido el camino de la justicia, que después de conocido, volver atrás y abandonar la Ley santa que se les había dado, cumpliéndose en ellos lo que suele significarse por aquel refrán verdadero: Volvióse el perro a comer lo que vomitó; y: La marrana lavada, a revolcarse en el cieno» (2.ª Pedro II, 17-22/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
  
Y San Vicente de Lérins, en su Conmonitorio, toma una postura totalmente a las antípodas de Bergoglio:
«Ciertamente que debe haber progreso, ¡Y grandísimo! ¿Quién podría ser tan hostil a los hombres y tan contrario a Dios que intentara impedirlo? Pero a condición de que se trate verdaderamente de progreso por la fe, no de modificación. Es característica del progreso el que una cosa crezca, permaneciendo siempre idéntica a sí misma; es propio, en cambio, de la modificación que una cosa se transforme en otra. Así, pues, crezcan y progresen de todas las maneras posibles la inteligencia, el conocimiento, la sabiduría, tanto de la colectividad como del individuo, de toda la Iglesia, según las edades y los siglos; con tal de que eso suceda exactamente según su naturaleza peculiar, en el mismo dogma, en el mismo sentido, según una misma interpretación.
  
[…]
  
No cabe ninguna duda de que éste es el proceso regular y normal del progreso, según el orden preciso y bellísimo del crecimiento: el crecer en la edad revela en los grandes las mismas partes y proporciones que la sabiduría del Creador había delineado en los pequeños. Si la forma humana adoptase con el tiempo un aspecto extraño a su especie, si se le añadiese o se le quitase algún miembro, necesariamente todo el cuerpo moriría o se haría monstruoso, o al menos se debilitaría.
   
Estas mismas leyes de crecimiento debe seguir el dogma cristiano, de modo que con el paso de los años se vaya consolidando, se vaya desarrollando en el tiempo, se vaya haciendo más majestuoso con la edad, pero de tal manera que siga siempre incorrupto e incontaminado, integro y perfecto en todas sus partes y, por así decir, en todos sus miembros y sentidos, sin admitir ninguna alteración, ninguna pérdida de sus propiedades, ninguna variación en lo que está definido» (Conmonitorio, 23).
  
Católicos tradicionales, la postura de Francisco Bergoglio es (además de verdaderamente indietrista, por su obsesión enfermiza con volver al Vaticano II), herética, porque el dogma católico, cuyo rechazo o duda deliberada es herejía, se deriva de, entre otros lugares teológicos, de la clara enseñanza del Apóstol San Pablo (2.ª Tesalonicenses II, 14), que la Iglesia debe estar basada en la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición, y solo estas, como las dos fuentes de la Revelación Pública de Cristo y que el Magisterio eclesiástico custodia, interpreta y transmite al clero y los fieles.
   
Para la redacción de este artículo se tomaron elementos de TRADITIO y GLORIA NEWS.
  
JORGE RONDÓN SANTOS
11 de Mayo de 2023.
Jueves de la IV Semana después de la Octava de Pascua. Fiesta de San Antimio de Roma, Sacerdote y Mártir de la Fe; de San Mamerto, Obispo de Vienne y Confesor; de San Francisco de Jerónimo y Gravina SJ, Sacerdote, Confesor y Apóstol de Nápoles; y de San Ignacio de Láconi OFM Cap., Hermano lego y Confesor. Dedicación de la ciudad de Constantinopla; Comienzo de la quema de iglesias y conventos por los anarquistas de la 2.ª República Española; Primer bombardeo aliado a la ciudad de Mönchengladbach. Día del Himno Nacional Argentino. Consagración episcopal de Mons. Martín Dávila Gándara SST por Mons. Mark Anthony Pivarunas CMRI.

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