domingo, 28 de mayo de 2023

CARISMATISMO

Traducción del artículo publicado en OUR LADY OF ROSARY LIBRARY. Los pasajes bíblicos fueron tomados de la versión de Mons. Félix Torres Amat.

EL MOVIMIENTO CARISMÁTICO CATÓLICO
   
La siguiente carta y respuesta provienen de New Covenant, una revista mensual dirigida a los activos en los movimientos pentecostales o carismáticos protestantes y católicos:
«P: Alguien recientemente asistió a nuestra reunión de oración y habló como una profecía una palabra glorificando a satanás. Él no pudo ser callado, y la mayoría de las personas que asistieron a la reunión estaba muy molesta. ¿Qué podemos hacer cuando se presente esta situación?».
«R: Parece que algún tipo de espíritu maligno estaba intentando irrumpir en la reunión de oración. Muchos grupos de oración han tenido eventos semejantes. Los líderes del grupo deberían hacer todo lo posible para tranquilizar y alentar a los otros miembros del grupo. Uno de los líderes debería explicar públicamente qué ha pasado y alentar a la gente a no estar temerosa o molesta. Es especialmente importante, si hay novicios en el grupo, hacerles saber que esta situación no es la norma».
Cuando los discípulos le preguntaron a Jesús cómo orar, Él les enseñó el Padre Nuestro. Simple. No una experiencia emocional y energética. No un “don” que algunas personas reciben, mientras que las otras no (esto es, el hablar en “lenguas”), sino en cambio una oración sencilla que cualquier hombre, mujer o niño puede decir.
    
Las vidas de los Santos refuerzan claramente esta verdad. Sus métodos de oración no presentaban esporádicos arrebatos en lenguas desconocidas e indecifrables. Ellos se hicieron Santos en las oraciones tradicionales de la Iglesia: el Credo, el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria Patri, etc., y por supuesto la elevación constante de sus corazones en gratitud hacia Dios. ¿A cuántos innumerables Santos ha elevado el Santo Rosario? Uno nunca oye que en los grupos donde rezan el Santo Rosario ocurran los acontecimientos satánicos descritos anteriormente en la carta.
   
La Iglesia Pentecostal comenzó en Topeka (Kansas), en 1900. Es un movimiento protestante que se ha dividido en al menos 16 grupos diferentes por la disensión y los desacuerdos sobre cómo interpretar la Biblia. Este movimiento no es más que obra del Maligno. Algunas de las dificultades más destacadas con el pentecostalismo “católico” son las siguientes:
  1. El movimiento carismático exalta al Espíritu Santo. La Biblia exalta a Cristo. Juan 16, 13-14: «Cuando venga el Espíritu de verdad, él os enseñará todas las verdades necesarias para la salvación; pues no hablará de suyo, sino que dirá todas las cosas que habrá oído, y os anunciará las venideras. Él me glorificará: porque recibirá de lo mío, y os lo anunciará».
  2. El movimiento carismático dice que hablar en lenguas es un signo de que has sido bautizado con el Espíritu Santo. La Biblia dice que era una señal para los judíos incrédulos. I Cor. 14, 22: «El don de las lenguas es una señal no para los fieles, sino para los infieles; mas el de las profecías no se ha dado para convertir a los infieles, sino para instruir a los fieles».
  3. El movimiento carismático dice que está bien que las mujeres hablen en lenguas en la iglesia. La Biblia dice que las mujeres deben permanecer en silencio en la iglesia. I Cor. 14, 34: «Las mujeres callen en las iglesias, porque no les es permitido hablar allí, sino que deben estar sumisas, como lo dice también la ley».
  4. El movimiento carismático pone gran énfasis en la “sanidad corporal” y le dice a la gente que “Dios no quiere que estén enfermos”, pero no tienen Escritura que nos muestre dónde Dios haya dicho eso. Muchos de ellos se burlan y escarnecen de tales pasajes. II Cor. 12, 7-9: «Y para que la grandeza de las revelaciones no me desvanezca, se me ha dado el estímulo de mi carne, que es como un ángel de Satanás, para que me abofetee. Sobre lo cual por tres veces pedí al Señor que le apartase de mí; y me respondió: “Bástate mi gracia, porque el poder mío brilla y consigue su fin por medio de la flaqueza”. Así que con gusto me gloriaré de mis flaquezas o enfermedades, para que haga morada en mí el poder de Cristo».
  5. Todo el movimiento se basa en un pecado contra la Fe.
Hay tres pronunciamientos dogmáticos ex cáthedra (verdades reveladas infaliblemente por Dios que nunca pueden ser cambiadas o revocadas) enseñando que fuera de la Iglesia Católica no hay salvación. El más fuerte de estos pronunciamientos dice:
«La Santa Iglesia Romana firmemente cree, profesa y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia Católica, no solo paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos, puede hacerse partícipe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está aparejado para el diablo y sus ángeles [Mat. 25, 41], a no ser que antes de su muerte se uniere con ella; y que es de tanto precio la unidad en el cuerpo de la Iglesia, que sólo a quienes en él permanecen les aprovechan para su salvación los Sacramentos y producen premios eternos los ayunos, limosnas y demás oficios de piedad y ejercicios de la milicia cristiana. Y que nadie, por más limosnas que hiciere, aun cuando derramare su sangre por el nombre de Cristo, puede salvarse, si no permaneciere en el seno y unidad de la Iglesia Católica» (Papa Eugenio IV, Bula “Cantáte Dómino”, 1442).
En perfecta continuidad con estas enseñanzas infalibles, la teología moral católica tradicional, resumida aquí por el obispo Louis LaRavoire Morrow S.Th.D., sostiene que «un católico peca contra la Fe tomando parte en un culto no católico, porque así profesa creer en una religión que sabe que es falsa».
   
Incluso por la confesión del pionero carismático católico, Kevin Ranaghan, el movimiento comenzó con católicos realizando el ritual grotesco de buscar una transfusión espiritual de sangre del cadáver del protestantismo, y proclamando que Dios «los llenó del espíritu hasta desbordar» haciendo eso. Tal colaboración y «búsqueda de la santidad del Espíritu Santo» de herejes anatematizados no puede ser un movimiento religioso verdaderamente de Dios.
   
El Papa Pío XI castigó además los proyectos interreligiosos en su encíclica “Mortálium Ánimos” sobre la verdadera unidad religiosa, declarando: «Bien claro se muestra, pues, Venerables Hermanos, por qué esta Sede Apostólica no ha permitido nunca a los suyos que asistan a los citados congresos de acatólicos; porque la unión de los cristianos no se puede fomentar de otro modo que procurando el retorno de los disidentes a la única y verdadera Iglesia de Cristo».
   
¿Cuál ha sido el resultado de la revuelta protestante que comenzó en el siglo XVI?
   
Un artículo en el U.S. News & World Report de Marzo de 1991 declaró que hasta 1985, el número de denominaciones sobrepasó los 22.000 con un promedio de cinco nuevas denominaciones siendo organizadas cada semana. Los bautistas, fundados en 1600, tienen 27 o más grupos diferentes; los luteranos, fundados en 1517, tienen 20 o más grupos; los metodistas, fundados en 1739, tienen al menos 19 divisiones; la Iglesia Cristiana establecida en 1809 se ha dividido en tres grupos. ¿Por qué hay tantas sectas protestantes diferentes que afirman estar basadas en la Biblia y solo la Biblia? Escuchemos a San Alfonso María de Ligorio:
«Los novadores dicen que el Señor le da a cada fiel un conocimiento claro de la Escritura. ¡Hela aquí, la “interpretación privada” de los herejes que ha producido tal variedad de credos! Luego, después de todos los Congresos y sínodos que han tenido, ellos nunca han sido capaces de esbozar una fórmula de creencia uniforme; luego, todos saben que entre los Reformadores hay tantas fórmulas de fe como individuos. Esto solo es suficiente para mostrar que ellos están en error y no tienen la fe verdadera. Dios dispuso que la Fe verdadera sea preservada solo en la Iglesia Romana, así que, no habiendo sino solo una Iglesia, no habría sino una sola fe y una sola doctrina para todos los fieles».
   
Incluso Martín Lutero, el originador del protestantismo e instigador de la idea de la interpretación privada de la Biblia, admitió que «hay casi tantas sectas y creencias como cabezas hay».
   
Si uno quiere adquirir un gran amor y entusiasmo por la Fe Católica, y un conocimiento de cómo vivir una buena vida cristiana, entonces debe leer las vidas de los santos. Después de la Sagrada Escritura y lo que puede ser descrito como la enseñanza normal de la Iglesia, probablemente nada ha sido más conducente a la promocióm de la santidad a través de los tiempos que los memoriales registrados de los santos. Una de las mayores pruebas que la Iglesia Católica es la única Iglesia verdadera fundada por Jesucristo Nuestro Señor y Salvador, es la gran cantidad de santos y bienaventurados que Él ha suscitado en Su Igledia en cada siglo desde que Nuestro Señor estuvo aquí en la tierra. El don de milagros nunca ha cesado de mostrar su presencia en la Iglesia Católica. Consideremos algunos de los Santos a los que Dios Omnipotente ha dado el don de hacer asombrosos milagros.
    
El primero y más destacado es Su Santísima Madre. Considera el gran milagro de Lourdes donde la Santísima Virgen se apareció a Santa Bernardita en 1858. Miles de curaciones milagrosas han ocurrido allí por más de un siglo. Incluso Hollywood hizo una película de este gran evento llamada The Song of Bernadette. El gran milagro público de Fátima en 1917, presenciado por más de 70.000 personas, es otro testimonio inmenso del gran poder intercesor de Nuestra Madre Santísima con su Hijo Divino. Pero aun más importantes que los milagros de sanación del cuerpo, son las grandes conversiones que han ocurrido en estos santuarios de Nuestra Señora.
   
En este siglo tenemos al Padre Pío, un monje capuchino que tuvo los estigmas de las llagas de Cristo por 50 años hasta su muerte en 1968. Él fue ampliamente conocido por los muchos y grandes milagros que Dios obró por medio de él durante la mayor parte de su larga vida de 81 años.
   
El bienaventurado Andrés Bessete, un humilde hermano lego de Montréal (Canadá), fue otro gran taumaturgo en este siglo. San Juan Vianney, San Antonio María Claret y San Juan Bosco son tres de los grandes hacedores de milagros del siglo XIX. San Pablo de la Cruz, San Alfonso María de Ligorio y San Leonardo de Puerto Mauricio del siglo XVIII; San José de Cupertino, San Pedro Claver y San Martín de Porres en el siglo XVII; San Francisco Javier, Santa Teresa de Ávila y San Luis Beltrán en el siglo XVI; San Vicente Ferrer, que vivió entre los siglos XIV y XVI, realizó casi 40.000 milagros entre ellos levantar de entre los muertos a 28 personas y convertir a casi 200.000 almas a la única Iglesia verdadera, incluyendo 25.000 judíos y 8.000 moros. San Patricio realizó asombrosos milagros para convertir a toda Irlanda de una nación pagana a un país católico. Él levantó de entre los muertos a 30 personas, muchas de ellas muertas hacía años. San Francisco Javier, como misionero hacia las Indias, convirtió a más de un millón de personas a la Fe Católica. Dios Omnipotente confirmó su labor por los muchos milagros que Él hizo por su medio, incluyendo muchos milagros de resurrección.
   
El hacer milagros es una prueba que conocemos por los mismos textos del Evangelio, que promete ese poder a los santos, tanto de la santidad del que los hace como de la verdad de las doctrina que promueve: «aunque no queráis darme crédito», dijo Nuestro Señor a los judíos, «dádselo a mis obras» (Juan 10, 38).
    
Las vidas de todos estos santos están fácilmente disponibles a todos los que quieran leerlas y ser edificados por ellos, pero es triste decirlo, la mayoría de los católicos no están familiarizados con ellas debido a la negligencia.
   
Para los que están fuera de la Iglesia Católica, que este artículo os abra los ojos para que investiguéis la enseñanza docttinal de la Iglesia Católica Romana que «fuera de la Iglesia Católica no hay salvación». Muchas almas se pierden por la ignorancia. Dios quiere que todos los hombres sean salvos. Él nos dice en la Sagrada Biblia que Él ilumina a cada hombre que viene a este mundo. Él nos provee con los medios más apropiados para nosotros a fin de ser salvos. La ignorancia de estos medios de salvación es pecaminosa porque es debida a la negligencia perezosa: «Y no pensaron jamás en el diluvio, hasta que le vieron comenzado, y los arrebató a todos» (Mat. 24, 39).
   
Este artículo se distribuye en Caridad para la mayor honra y gloria de Nuestro Amado Salvador y la salvación de las almas.
   
Los siguientes tres opúsculos son recomendados por igual a católicos y acatólicos para entender mejor y creer lo que enseña la Iglesia: La Única Iglesia VerdaderaLa Iglesia o la Biblia; y La Iglesia Católica probada por la Biblia protestante.

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